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13 nov 2022

YAKUZA 6: THE SONG OF LIFE - PUNTO Y APARTE - ANÁLISIS


Yakuza 6: The Song of Life,  supone el punto y aparte más significativo de toda la saga Yakuza desde su primer lanzamiento.




Uno de los debates más repetidos sobre la saga Yakuza es su puerta de entrada, y lo difícil que es, siempre, meterse a un juego que se acerca a la decena de entregas en su saga principal y que además están numeradas, dando a entender que hay una profunda relación entre ellas, cosa que, no nos engañemos, es totalmente cierto. Si bien cada uno de los Yakuza tiene su propia historia y realmente sería disfrutable por sí mismo, lo cierto es que la pérdida contextual de jugar a cualquier Yakuza sin haber pasado por los anteriores es demasiado grande. Quizá por esto, Ryu Ga Gotoku emprendió una época de apertura con su saga, llevándola a occidente de una manera más masificada y no como ese juego de nicho doble A generador de memes, sacando todos sus títulos en otras plataformas -no pudimos disfrutar en PC de los Yakuza como se debe hasta 2021- y, sobre todo, lanzando aquel Yakuza 0 que, junto al tremendo cierre que supone Yakuza 6 y la salida de Yakuza: Like a Dragon, ponían a disposición varias herramientas de subirse al imparable tren que representa Yakuza.


No vamos a repetirnos mucho sobre cómo va la saga por El BloJ. Os invito a que veáis todo el contenido de la saga Yakuza que hay por El BloJ, que va mucho más allá de simples análisis, para entender cómo hemos llegado hasta el Yakuza 6 que nos ocupa hoy.




Yakuza 6: The Song of Life, lanzado por primera vez en 2016 en Japón -y llegando al resto del mundo en 2018-, supone el primer Yakuza que emplea el nuevo Dragon Engine, aunque si habéis seguido el orden recomendado para jugar a la saga principal -0, Kiwami, Kiwami 2, 3, 4, 5, 6: The Song of Life, Like a Dragon-, os habréis topado ya con él en el Yakuza Kiwami 2, juego con el que, por proximidad temporal, comparte no sólo motor gráfico sino ideas y ejecución de las mismas. Un motor que da un aire más sólido a los gráficos, y que incluye unas físicas un tanto alocadas que, si bien se sienten a veces fuera de lugar, casan de alguna forma con la excentricidad de la propia saga, aunque sin llegar a hacer virtud de su defecto.




Es sorprendente el viraje con respecto al tremendamente ambicioso Yakuza 5 -y por extensión, Yakuza 4-. De hecho, si a mí me preguntáis, Yakuza 6 parece un intento de repetir todos los conceptos costumbristas y estructura de Yakuza 3, considerado por muchos el más flojo de la saga. Una especie de intento de redención, que deja de lado toda la amplitud de las previas entregas para poner el foco en un único protagonista, un Kazuma Kiryu que recibe el trato de estrella que tanto anhelábamos en las dos anteriores entregas. Una vuelta al único protagonista, que repartirá sus andanzas por el viejo conocido Kamurocho y la nueva localización de Onomichi, en Hiroshima. Comparado con anteriores lanzamientos, con múltiples personajes e incluso una localización diferente para cada personaje, además de múltiples actividades personificadas para cada uno de ellos, Yakuza 6 se siente como un gran paso atrás, como una enorme pérdida de ambición.


Yakuza 6: The Song of Life es el Yakuza menos ambicioso, pero a la vez el Yakuza que claramente necesitábamos.


Yakuza 6: The Song of Life, es un juego de sacrificios, y la propia Ryu Ga Gotoku parece querer alinearse con esta idea. De alguna manera, decimos adiós al buffet libre que suponía lo anterior, para centrarnos en una experiencia más concreta, con una focalización extrema en un Kazuma Kiryu del que nunca tenemos suficiente, en lo que bien podría definirse como el Yakuza más lineal, capaz incluso de dejar de lado durante mucho tiempo toda su vertiente de minijuegos -Onomichi se caracteriza por la ausencia de los mismos- y donde, por tanto, hay poco más que hacer salvo seguir la historia.




Si os echaba para atrás la intensidad de culebrón de la saga Yakuza, definitivamente Yakuza 6 no es vuestro título, al estar claramente centrado en las relaciones paterno-filiales. Además, Yakuza 6 apuesta por la carga argumental con largas -a veces tediosas- escenas de vídeo, que nos llevarán hasta un final que no decepciona, lo cual es mucho decir teniendo en cuenta todo el arrastre emocional y argumental que llevamos después de tanto juego del arco de Kiryu, y que además se siente bastante generoso con el jugador no jugando en ningún momento con el misticismo ni dejando puertas abiertas. Sí que he de decir que la historia empieza donde acaba el 5, que ya tuvo un final bastante trascendente, pero que elimina pronto su importancia al resolverlo de inmediato con el principio de Yakuza 6. En cualquier caso, una dedicación a la historia como en ningún otro Yakuza, con toda la atención sobre Kiryu, en un juego que incluso parece manifestar pereza en todo lo demás y que, para rellenar el juego, ha hecho prácticamente un copia-pega de todos los minijuegos que hemos ido recopilando por el camino. No es casualidad que, en los recreativos de Kamurocho, tengamos prácticamente todo lo aparecido durante la saga: Virtua Fighter 5, Puyo Puyo, Phantasy Zone, Super Hang On, Out Run o Space Harrier, que recuerde ahora mismo. Es, de alguna manera, un "greatest hits" de minijuegos de todos los Yakuza, pero también el Yakuza con menos aporte a los mismos.


Sobre Kamurocho, no celebré tanto la vuelta a interiores -unos pocos- de la que nos habíamos despojado en la anterior entrega. Por fortuna, no han vuelto -ni espero que lo hagan- las aburridas azoteas ni red de alcantarillado que teníamos en Yakuza 4, y se han eliminado las persecuciones que llevábamos arrastrando en varios Yakuza definitivamente, a pesar de que estaban siendo mejoradas en las últimas entregas. Por lo demás, karaoke, cabaret y un compendio de minijuegos que, como digo, se sienten arrastrados sin más de los anteriores, sin aportar prácticamente nada nuevo.




Yakuza 6: The Song of Life es el Yakuza menos ambicioso, pero a la vez el Yakuza que claramente necesitábamos. Un cierre perfecto en historia, que va directamente al grano, y que deja la saga en aires de renovación completa. Es fácil hablar de esto sabiendo que Like a Dragon cambió por completo el paradigma, virando hacia no sólo un nuevo personaje, sino también un nuevo género, pero el anuncio de Yakuza 8 deja dudas sobre hasta qué punto se cerró la puerta en esta sexta entrega.




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