Yakuza Kiwami hace todavía mejor a Yakuza 0.
Tras probar las mieles de Yakuza 0, llegaba el momento de empezar la saga clásica con este remake del primer Yakuza original, aparecido en Playstation 2 en 2005. Si queréis ver más información sobre el contexto en el que estoy metido con los Yakuza y la forma en la que los estoy jugando, podéis acudir al análisis de Yakuza 0, cosa que recomiendo encarecidamente ya que, tal y como hizo Sega con la franquicia, ese análisis es la piedra angular de la que presumo partirán el resto de análisis de la saga.
Yakuza Kiwami vio la luz en el 2016 y, si no me equivoco, es el último juego que utiliza el motor empleado en el 0 antes de que llegara el 6 presentando su Dragon Engine que acabaríamos viendo también en el Kiwami 2. Realmente la sensación que tenemos al jugar a Kiwami es la de que era muy cómodo hacer este remake una vez desplegada la tecnología del Yakuza 0, y más allá de meter algunos añadidos en el sistema de combate, nuevas tiendas y eventos especiales como la aparición de Goro Majima de manera aleatoria a lo largo del juego, Kiwami simplemente coge la base de 0 para meterle la historia del primer Yakuza y actualizarla a los tiempos que corren. En esto destacan las escenas que encontramos referentes a Akira Nishikiyama, dando mucho más contexto y perspectiva a un conflicto que ya cocinamos en Yakuza 0 y que aquí acaba por explotar con la epicidad y el dramatismo del que la saga hace gala.
No nos engañemos, esto sigue yendo de lo mismo: mundo abierto que bebe de Shenmue, retorciéndolo y añadiendole más cafrería, donde entre acontecimientos trascendentales nos paramos a cantar canciones de karaoke mientras degustamos los licores más suculentos de los fondos bajos de Kamurocho, el distrito imaginario basado en la real Kabukicho que no abandonamos en la saga. Un mapa que ya deberíamos conocer como la palma de nuestra mano y que nos acompañará repetidamente a lo largo de las entregas, alzándose a veces como verdadero protagonista de toda la saga Yakuza.
Mientras jugaba a Yakuza 0 siempre sentí que no iba a valorar apropiadamente el juego. Si bien es el juego más recomendado para aventurarse en este profundo pozo que son los Yakuza, también es el juego que más se menciona como el mejor de toda la saga, por lo que, empezar por el mejor, hace que se desvirtúe todo por completo y sea difícil adjudicarle una puntuación. Dada mi particularidad a la hora de jugar a los Yakuza, el 0 y Kiwami fueron contemporáneos y pude comprobar que, efectivamente, Yakuza 0 está varios peldaños por encima del que hoy nos ocupa. Más allá de un sistema de combate, del que ya me quejé en el análisis de Yakuza 0, la historia no tiene esa emotividad y ese poder narrativo que tenía el anterior. Tampoco podemos ser crueles en un juego cuya historia al fin y al cabo ya cuenta con 16 años y que, además, corresponden a la época de madurez del sector de los videojuegos donde se ha corrido bastante en términos de narrativa e historia. Al fin y al cabo, como mencionaba antes, se han añadido varias escenas que pretenden dar más contundencia a una historia que ya de por sí estaba adelantada a su época.
Por todo esto, Kiwami es en realidad un argumento para darle todavía más cariño a Yakuza 0. Tan sencillo como que si no existiera Yakuza 0, Kiwami hubiera tenido mejor valoración. Sin ser un mal juego en ningún momento, y conservando -más bien creando- el humor y el tono de toda la saga. También es una excusa para que los usuarios de PC por fin disfrutemos de los Yakuza, aunque haya sido tan tarde. Veremos si Kiwami 2, con su cambio ya de motor, consigue brillar un poco más.
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