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30 jul 2025

1000XRESIST ES INIMITABLE - ANÁLISIS

 

"Ya no estamos en la era de las mecánicas"




Hace unos días, leía una entrevista a Fumito Ueda con Keita Takahashi donde el primero mencionaba que habíamos pasado la era de las mecánicas, que no existe nada particularmente especial en ese sentido desde hace años, y que el verdadero mérito hoy en día consiste en hacer algo freso con mecánicas ya existentes. Esa entrevista ha venido en el momento preciso, justo cuando he terminado 1000xResist, un juego que me ha hecho pensar precisamente en que, hoy en día, los juegos que más me gustan son aquellos que muestran una enorme personalidad, capaces de contar algo de una manera muy diferente gracias únicamente a las posibilidades narrativas y creativas que ofrecen los videojuegos.




Creo que, de cierta manera, 1000xResist es tan especial porque viene de un estudio diferente. Sunset Visitor está formado por un equipo canadiense de cuatro desarrolladores principales, que vienen del mundo del teatro, la danza y la interpretación. Remy Siu, su director creativo, reconoció que el juego fue una especie de obligación en el momento en el que todo se paró en marzo de 2020 con la pandemia del coronavirus, con el consiguiente confinamiento. De hecho, la premisa del propio juego nace de la propia pandemia, y aunque no hemos visto el fruto hasta 2024, es innegable la influencia que esa situación tan distópica ha tenido en el desarrollo del título.




Es difícil definir 1000xResist. Supongo que se mece a medio camino entre la visual novel y la aventura narrativa, pero ni siquiera soy capaz de saber a qué nicho va dirigido. Por delante os tocará atender a una historia muy bien contada, probablemente lo mejor que se ha escrito en muchos años, que parece empezar críptica de más pero a la que pronto le vais a poder coger el hilo. 1000xResist abarca muchos conceptos, algunos muy densos, pero por fortuna, todos ellos quedan bastante bien explicados y reflejados. Sunset Visitor ha creado una especia de distopía sociológica impulsada por la crisis del coronavirus, los debates alrededor de la ética moral de la clonación y la pérdida de la identidad y la realización tanto del yo como del grupo, mezclada con la diáspora que tanto está afectando a determinados países asiáticos. Una diáspora no ya étnica o religiosa, sino más social, derivada también de una imparable globalización.


¿Cómo se traslada todo esto al juego? Mediante una distopía donde los alienígenas han lanzado un virus que han mermado casi por completo la población de la tierra, en la cual solo se ha encontrado una persona inmune que se ha decidido clonar para formar una pequeña sociedad superviviente de clones capaces de mantener viva la raza humana. No hace falta que profundicemos en cómo conectan todas las ideas con la premisa, porque, además, ni siquiera considero que el qué sea tan importante, cuando lo que verdaderamente brilla es el cómo.




Vuelvo a sacar a la luz uno de los títulos más influyentes de los últimos años: What Remains of Edith Finch (Giant Sparrow, 2017). Probablemente no es una influencia directa, pero me parece necesario recordar cómo aquel juego conseguía propiciar un dinamismo narrativo que marca prácticamente un antes y un después en el medio. 1000xResist bebe mucho de esa idea, de la capacidad de contar una historia de una manera completamente dinámica, con continuos giros en su presentación y ejecución. Quizá no es tanto el cómo, cosa que abrazaba el mencionado What Remains of Edith Finch, sino su capacidad para hacer una puesta en escena tan tremendamente sincera y amable con el jugador como para que esto sea uno de los principales motivos por los que seguir jugando. De hecho, 1000xResist ni siquiera es un juego que imponga visualmente, la mayoría de escenarios presentan texturas planas, las animaciones faciales suelen brillar por su ausencia durante las escenas más básicas y, en general, dista mucho de las producciones de alto nivel -y también intermedias- que podemos encontrarnos a poco que busquemos más músculo. 1000xResist brilla por su personalidad y, sobre todo, por demostrar una enorme confianza y creencia en lo que se está contando. La posición de las cámaras, la elección de planos y los cambios de perspectiva, convierten a 1000xResist en una experiencia audiovisual que supera cualquier músculo técnico que se pueda poner de por medio. Me imagino 1000xResist en una especie de remake, y creo que, incluso calcando planos y situaciones, perdería personalidad e impacto.




El tono también es muy importante. Muchos de estos juegos caen en una solemnidad y un tedio buscado que a veces se confunde con profundidad. 1000xResist en cambio apuesta por una experiencia relajante, mecida por una banda sonora de sobresaliente que solo me queda maldecir por no encontrarse en mi plataforma de streaming musical favorita. Los propios diálogos, todos doblados, dan también otro empuje a un ritmo pausado pero contundente, donde todo personaje primario, secundario o incluso extra tiene algo interesante que decir. Estamos hablando de un juego donde hablas con clones y donde, por tanto, todos tienen la misma cara y expresión, y con todo y con eso, voy a recordar por siempre a muchos de estos personajes incluso cuando he pasado con ellos escasos minutos.




Hay, faltaría más, un enorme factor sorpresa con este juego. El hecho de que tantos hayamos quedado embelesados con él no es casualidad, y sigo insistiendo en que siento que gran parte del éxito proviene del hecho de tratarse de un estudio atípico, quizá no tan constreñido con las reglas del videojuego tal y como lo conocemos. Esta libertad de acción, siempre unida a los juegos independientes, ha chocado con una profunda sensibilidad artística para ofrecer una de las obras más únicas, personales y vibrantes que he tenido el placer de jugar nunca. 1000xResist me ha recordado, y hacía tiempo que no pasaba, por qué merece la pena jugar a videojuegos.




Jugado en PC (Steam).

2 comentarios :

  1. ¡Qué alegría leer 1000XRESIST por aquí! Me alegro muchísimo de que te haya gustado tanto, para mí es de lejos el mejor juego del 2024. La historia, personajes, la manera en que está narrado... y que cada vez que crees que se va a acabar, te sale con un nuevo capítulo que supones que va a ser relleno pero de repente no, estás ante uno de los mejores episodios de toda esta bestial trama de ciencia ficción. Un juego político y filosófico que habla del mundo real mucho más de lo que parece y, sobre todo, de la transmisión de los valores culturales dentro de una familia, del choque oriente-occidente... yo que sé. Aun no se está hablando lo suficiente de él, así que no callemos nunca.

    Pude entrevistar al director y fue una maravilla hablar con él. Un tipo de diez y que nos recordó lo más importante: cerrar todas las tramas al 100% es también matar a tu propia obra, y son esas pequeñas puertas abiertas las que harán que perdure en nuestra memoria.

    Eso, y el palomo gigante.

    ¡Un saludo!

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    Respuestas
    1. No, ¡la alegría es verte a ti por aquí!

      Juegos así son los que de verdad llegan. Algo tendrá cuando ha calado tanto (y en tantas personas de cuyo gusto me fío tanto).

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