Algo haces mal cuando pasas de los notables a los suspensos con el mismo juego.
Bienvenidos a uno de esos análisis de un juego que no he terminado por infumable. Como quizá sabréis, tengo una tolerancia envidiable -o no- a la hora de jugar a juegos malos, los cuales termino en la gran mayoría de ocasiones. No ha sido el caso de Saints Row IV, un juego con tantísimos problemas de estructura que no sé ni por dónde empezar. No, no se trata de que la persona con la que lo estaba jugando no aguantara semejante despropósito, porque fui yo quien tiró del cable. El juego desarrollado por Deep Silver Volition (Red Faction, Saints Row) parece más un mod amateur de Saints Row: The Third que un juego con identidad propia. Lejos queda la coherencia de Saints Row 2 y el descenso a los infiernos del meme es voluntario, convirtiendo a la franquicia en un cash grabber descarado que mezcla ingredientes de una receta como quien le echa ketchup al chocolate.
Saints Row IV se define rápido por utilizar el mismo exacto mapa que se utilizaba en Saints Row: The Third, y rodearse de una invasión alienígena que acaba desembocando en una simulación a lo Matrix donde somos capaces de correr a velocidades absurdas, escalar rascacielos en cuestión de segundos y adquirir poderes especiales. Básicamente lo que estamos jugando es una suerte de Prototype en el mapa del tercer Saints Row, al cual sólo se le ha dotado de maquinaria alienígena por las calles y poco más. Lo que antes era un mundo abierto con sentido, donde la conducción era parte de la experiencia ofreciéndonos momentos memorables como ese protagonista cantando encima de What I got de Sublime, ahora no es más que un residuo anecdótico como demuestra el hecho de no haber cogido un coche más allá del tutorial en todo el juego. No sé en qué momento la franquicia se pasó de frenada y se cayó por el acantilado, pero Saints Row IV es una barrera que nunca debió cruzarse. Quizá los análisis -me incluyo- que aplaudían el hecho de que Saints Row no estaba intentando copiar el éxito de Grand Theft Auto propiciaron que en Volition abrazaran definitivamente el meme en la época dorada de youtuberismo. No sé lo que fue, y mi vinagrismo adquirido con los años sólo puede pensar en decisiones monetarias que van unidas a esa gran cantidad de DLCs -muchos repetidos del anterior Saints Row, todo sea dicho- y esas Ultimate Edition, Game of the Century Edition o -ponga aquí su nombre rocambolesco favorito- Edition.
No es tanto el despropósito jugable que implica el hecho de haber metido un juego donde eres un superhéroe como la nula estructura de un juego que plaga de iconos su mapeado para dejar fuera las misiones principales a las que sólo puedes acceder vía menú. Esta sosería se acaba notando mucho y enfatizando más esa sensación de que Saints Row IV va de atropellar coches con tu propia carrera de superhéroe que de realizar unas misiones que, las pocas que jugué, están por estar. Esta simulación que nos planta el juego es una capa de justificación para una IA loquísima que también se dedica a saltar y correr como si no hubiera un mañana, mientras de fondo los coches van atropellando gente en un caos propio de un final de juego con el que, creedme, no queréis convivir durante las decenas de horas que pretende ofrecer. La sensación de estar jugando a un mod lleno de errores visuales, patinajes de físicas y una banda sonora que suena todo el tiempo como si fueras en el coche porque el juego es consciente de que no vas a conducir uno en toda la partida, son unas losas demasiado pesadas como para justificar la posible diversión autoinducida por lo bien que te puedas llevar con tus amigos. Una falsa ilusión de la que quizá Deep Silver Volition es consciente y a la que se agarra como clavo ardiendo, porque no le queda otra.
Se me viene a la cabeza la saga Borderlands, la cual tiene factores en común con Saints Row. Un juego multijugador, que se apoya en gran medida en tu conexión con tus amigos -suele ser buena, por aquello de lo que implica la palabra "amigo"- en un universo de acción con la comedia como principal reclamo. Sí, también es un juego de memes, no hay por qué esconderlo, pero tiene una estructura y un sentido a la que agarrarse incluso cuando es una saga estancada en el continuismo. Saints Row IV es la penúltima piedra en la lápida de la saga, de la cual todavía me queda Gat out of Hell pero que, por impresiones, dudo mucho que vuelva a devolverla a su cauce. Llegaría Agents of Mayhem, que prácticamente fue un dead on arrival. La buena noticia es que estamos cerca del lanzamiento de un nuevo Saints Row -del cual acabamos de conocer su retraso hasta agosto de 2022- sin numeración que, según declaraciones, pretende devolver a la saga su esencia más básica. Veremos a ver si es una auténtica declaración de intenciones o vuelve a sucumbir a las necesidades monetarias, porque puede que sea su última bala.
Antes que nada, decir que llevo 3 días con esta pestaña abierta en el móvil y sin tiempo de leer, aún menos de comentar, por eso habrás visto que comento menos de lo habitual últimamente.
ResponderEliminarEl Saints row 3 lo tengo pendiente de jugar, pero si ya la comparación con prototype me llama poco la atención (es de los pocos juegos que analicé en mi blog y el único que no me gustó), que el juego sea así de absurdo me tira para atrás del todo.
Buenas! No te preocupes, si siempre estás leyendo todo lo que publico, jamás me podré quejar de ti. Gracias eternas!
EliminarA mí es que el Prototype sí me gustó bastante, pero claro, era un juego diseñado para ser así, lo de éste es de traca.