Cuando hice aquella entrada con los resultados finales de
las encuestas dije algo así como que Soul Reaver me iba a gustar mucho. La
razón es que siempre he oído hablar de Soul Reaver, y siempre fue una de mis
carencias más elementales de mi camino en el mundo de los videojuegos. No
necesitaba que nadie me dijera que tenía que jugarlo porque lo iba a hacer
tarde o temprano. En cualquier caso todo se confabuló para que el juego elegido
por Pablosh_ Snake (muchas gracias, nuevamente) fuera uno de los más votados en
las encuestas, y por ello empecé a jugarlo sin demora alguna.
Soul Reaver tiene sus cosas buenas. La historia sin ir más
lejos es bastante interesante. También es verdad que me matasteis un poco la
emoción cuando todo el mundo me decía que era la leche, por lo que no me cogió
ya muy de sorpresa. Me sorprendió en cambio muy positivamente el hecho de que
esperaba un juego más de acción sin más, y me encontré con que la estrategia es
importante. Hay que saber donde matar a los enemigos y cómo afrontar las
peleas. Hay sucesivos puzles que llevan la aventura a un grado
distinto, o por lo menos diferente al género que yo tenía en mente para las
aventuras de Raziel. Existen además dos mundos por los que hemos de movernos, aunque a veces no queda claro cuando debemos cambiar de uno a otro para solucionar ciertos puzles.
Raziel es otra de las cosas que me gustó bastante. Ya había
visto al personaje cientos de veces, pero claro, nunca lo había encarnado. Me
gusta su diseño y su forma de ser, bastante interesante como protagonista sin
ninguna duda, y ayuda a tener esa buena idea de la historia. También forman
parte importante los antagonistas, los enemigos de cada fase y prácticamente cualquier
ser que deambula por los escenarios acertadamente detallados. No tengo nada que recriminar en cuanto a diseño y todos esos aspectos.
También dije en aquel texto que mencioné, algo así como que
comprobaríais si al juego le ha castigado el paso de los años. Ahora que lo he
jugado puedo asegurar que el paso de los años le ha masacrado. Jugué a la
versión de Dreamcast, como bien se me aconsejó, y la verdad es que comparándola
con el resto de versiones parece salir ganando mucho, al menos por lo que puedo
ver gráficamente y técnicamente. En cualquier caso, sufrí Soul Reaver por razones únicamente fruto
de su tiempo. La jugabilidad me resultó muy tosca, muy incómoda, principalmente
por el nefasto uso de la cámara.
La cámara es sin duda lo que me hizo más daño de Soul Reaver.
Imaginaos cualquier juego 3D en el que no podéis girar la cámara a vuestro
antojo. Bueno, no es tan difícil imaginarlo porque por aquella época lo de
controlar la cámara pasaba por ser el mayor enigma de la tecnología en los
videojuegos. Todavía a día de hoy muchos juegos perecen por el mal control de la cámara. La cosa estaría bien si la cámara al menos se quedara bien
enfocada, o hiciera por arreglarse, pero no, simplemente te acompaña, y si
tuerces unas cuantas veces se queda donde le pille, ya sea de cara a lo que se
avecina o no. Todo es especialmente grave cuando Soul Reaver tiene mucho de
plataformas. Es un juego que exige que busques la salida para poder continuar,
y muchas veces la salida se encuentra en el techo o en cualquier otro lugar
escondido de los ojos de los humanos. Vamos, que la cámara no te va a insinuar
como ocurre con otros juegos por dónde es la salida. Esto también influye en la
búsqueda de objetos secretos e incluso a la hora de solventar ciertos puzles.
Quiero creer que todos aquellos que jugasteis a Soul Reaver
lo hicisteis en su día, cuando salió, porque lo de la cámara es como para
pegarse un tiro. A mí me ha pasado de hecho con varios juegos. No hace mucho
decía que el Prince of Persia: Sands of Time no me había gustado
tanto como antes porque la cámara era un dolor de barriga a media noche. La
cámara de Soul Reaver es de las peores que he visto, agravada por la propia
mecánica del juego que requiere que encuentres la salida, habitualmente escondida. Contamos, que no lo
he dicho, con la posibilidad de mover la cámara libremente apretando dos
botones, de manera que, desde una posición incómoda y desde un punto de vista
ineficaz podemos conseguir ver una posible salida.
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Jamás sabrás lo que hay delante, tu salta y Dios dirá |
Por si no lo habéis notado, me perdí bastantes veces jugando
a Soul Reaver. Raziel va desbloqueando algunas habilidades que requieren volver
sobre tus pasos para acceder por lugares por los que antes no podías. Entre lo
de la cámara y que no sabía por dónde ir muchas veces acababa rendido ante el
juego. Tampoco cuentas con una guía ni un menú donde te muestren tu próximo
objetivo, por lo que si encima dejas el juego un par de días aparcado (cosa que
hice más de una vez) reengancharte cuesta mucho.
Los combates me gustaron, no les puedo poner grandes pegas.
Raziel va cogiendo armas y usando cosas de su entorno para acabar con las
criaturas que le salen a su paso. Puedes agarrar a tus presas y lanzarlas a las
diversas trampas (como agua o fuego) para acabar con ellas definitivamente y
poder darte un festín con sus almas. Tuve problemas serios con lo de los
lanzamientos de los enemigos, pero era tan raro que creo que fue más un
problema de emulación que del juego en sí, así que no se lo tengo mucho en
cuenta. Raziel soltaba a los enemigos cuando le daba la gana.
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Los placeres de la carne |
Lo que también me gustó fueron las batallas contra los jefes
finales, ya que requerían de cierta audacia para acabar con ellos. Había que
encontrar siempre la manera de vencer a seres que en fortaleza eran superiores
a Raziel. Los diseños de dichos personajes también me gustaron. Se echa de
menos en los videojuegos de hoy unos jefes finales a la altura, ya que ahora no
van más allá de meros bustos gigantes a los que hay que golpearles las manos
que tienen apoyadas para que se debiliten y caiga la cabeza más a tu alcance.
En la era de Soul Reaver todavía veíamos algunos jefes finales decentes.
Soul Reaver me dejó una sensación muy amarga. Sería un
hipócrita si le pusiera mayor puntuación por el hecho de que todo el mundo me
ha dicho que es un gran juego y que yo mismo llevo años oyendo que lo es. Objetivamente no es un juego tan malo como refleja la puntuación, pero la
realidad es que no me lo he pasado nada bien jugando al juego, y eso sí que es lo que refleja dicha puntuación (y todas las puntuaciones de todo lo que os vais a encontrar en El BloJ). A la misma vez
soy plenamente consciente de que las razones por las que ha ocurrido son fruto
de cuestiones muy concretas que estoy convencido cambiaron en la siguiente
parte. Es por ello que, aunque Soul Reaver no me ha gustado, no me he planteado
en ningún momento dejar de jugar a los juegos posteriores de la saga.
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Raziel, de picoteo |
PUNTUACIÓN
3.5