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26 jun 2023

GATO ROBOTO - PURIFICANDO EL METROIDVANIA - ANÁLISIS


Acción y plataformas para un metroidvania clásico apadrinado por Devolver Digital.




Gato Roboto es uno de esos metroidvania que vieron a la luz en 2019, en unos años donde el género ganó especial presencia. Juegos como Dead Cells (Motion Twin, 2017), Hollow Knight (Team Cherry, 2017), Sundered (Thunder Lotus Games, 2017), Dandara (Long Hat House, 2018) o Blasphemous (The Game Kitchen), entre muchos otros, convirtieron el final de la década en un momento dorado para un género con incontables títulos de renombre. Gato Roboto se siente un tanto diferente al resto por, precisamente, abrazar una estructura mucho más clásica y no entremezclar sus ideas con otros géneros como hicieron los anteriores, consiguiendo desde su simpleza brillar.




Probablemente nadie mencionará Gato Roboto entre sus metroidvanias favoritos, porque lo cierto es que no da tiempo a adorarlo tanto. Con una duración que a duras penas llega a las tres horas, Gato Roboto ofrece unos pocos mapas reducidos donde la exploración queda limitada a encontrar mejoras de vida y paletas de colores diferentes en forma de coleccionables. Poco backtracking en unos escenarios fácilmente explorables, ofreciendo una experiencia más relajada en lo metroidvania, pero también más demandante en la acción.


El estudio Doinksoft (Demon Throttle, Gunbrella) nos dejó en su Gato Roboto una experiencia prácticamente portátil, apostando por una estética simplista de 8-bit y paleta de dos colores que podremos intercambiar conforme vayamos desbloqueando nuevas. De alguna manera, por el propio gamefeel, Gato Roboto parece mirar a los ojos de Mega Man como principal fuente de inspiración, pero quitando esa capa compleja de diferentes armas y elementos con los que atacar. De hecho, tan solo un disparo principal y un lanzamisiles que se recalienta, serán nuestros elementos de defensa.




La verdadera particularidad de Gato Robot se encuentra en su división en dos partes jugables claramente diferenciadas. Por un lado, un juego de acción, prácticamente run 'n' gun, donde destruiremos todo lo que se ponga por delante en un sistema de combate simple y decente, pero que carece de recompensa alguna, ya que no existe subida de nivel, ni items, ni ninguna razón, en definitiva, para eliminar a los enemigos, invitando así a avanzar sin detenerse demasiado en limpiar las zonas que no sean obligatorias. Por otra parte, una interesante parte de plataformas, capitaneada por esos momentos donde tenemos que salir de nuestro traje robótico y encarnar al gato, el cual morirá de un solo toque pero cuenta con habilidades especiales como trepar paredes o bucear, dando lugar a varias etapas de precisión y esquiva que son bastante satisfactorias.




Doinksoft no se ha querido complicar y ha decidido quedarse en la base de su juego, lo cual desde aquí aplaudo, en un mundo cada vez más obsesionado por ofrecer experiencias largas y densas, o géneros híbridos que se entremezclan con ideas de otros juegos. Abrazando la pureza, lo cual sentimos ya desde el propio diseño artístico, tenemos un juego tan disfrutable como, por qué no decirlo, olvidable en el largo plazo.




4 comentarios :

  1. Nunca me he decidido a pillarlo precisamente por lo poco que destaca más allá de ser un juego bueno.
    Aún no has jugado blasfemous? Pues posible candidato a aqjqqj futuro

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    1. Sin duda una de las grandes lagunas que he de solventar más pronto que tarde. Con la salida del 2 me lo han vuelto a recordar xD

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  2. Por cierto, no recuerdo si jugaste a wildfrost, pero ayer me enteré de que han publicado el parche 1.5 y lo han arreglado bastante, si quieres probar como alternativa del dicey y del slay

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    1. Lo tengo en la wishlist!! Totalmente ocupando la plaza de alternativa a esos. También le tengo echado el ojo al Griftlands, que es de Klei y eso siempre me da gustito, pero a día de hoy el Wildfrost me llama más.

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