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13 dic 2022

TOEM - LA LISTA DE LA COMPRA - ANÁLISIS


Toem, una experiencia que debería ser relajante, acabó transformándose en toda una lista de deberes.




Reconozco que cuando Toem fue elegido en el ¿A Qué Juego Quieres que Juegue? #18 tras haber sido propuesto por 1215, me alegré un montón de tener la excusa para hincarle el diente. Uno de los juegos más recomendados entre la lista de mejores juegos tapados de 2021, desarrollado y publicado por el estudio sueco Something We Made, y que prometía una experiencia sencilla, casi contemplativa y muy disfrutable, donde nuestro objetivo será únicamente emprender un viaje en busca del Toem, un misterioso fenómeno natural que se divisa desde lo más alto de una montaña y que queremos fotografiar.


En compañía de nuestro álbum de fotos, nuestra cámara y nuestro walkman, iniciamos un viaje que nos invitará a ayudar a los habitantes de cada una de las localizaciones a atravesar, además de completar nuestra colección de la fauna de cada uno de estos lugares. Así, Somethhing We Made nos ofrece ese rato relajante que, ya os anuncio, consigue a medias tintas. Lo que debería ser un juego donde bajar tu nivel de adrenalina y disfrutar como hizo Unpacking (Witch Beam, 2021), por mencionar alguno de su mismo año, acaba convirtiéndose en una inexplicable lista de deberes -o de la compra, lo que os dé más pereza-, donde fotografiamos todo por inercia con el fin de ahorrar tiempo y librarnos de una interminable lista de objetivos donde muchas veces se juega con la ambigüedad.


Este estrés producido por esta enorme lista de objetivos se ve reducida por unas muy bajas demandas a la hora de progresar. Normalmente, para pasar a la siguiente localización, el juego nos pedirá la mitad de estos objetivos, por lo que los requisitos son adecuadamente escasos. Esto no es del todo excusa para un jugador que se verá empujado al completismo para intentar sacarle el jugo al juego completo, ya que, principalmente, no hay nada más que hacer en él.




Ahora mismo deberíamos estar hablando de lo carismático de Toem, de alguna trama que, aunque simple, calara de alguna manera, o de su aspecto gráfico potenciado por esa sensación de diorama que hace de cada pantalla un pequeño universo pixelado, donde podemos girar y profundizar la cámara en busca de cada pequeño rincón con encanto. Deberíamos estar hablando de lo bonito de su final, de su búsqueda del humor reconfortante o de ese FX que a veces parece querer mirar al trabajo tan personal de Amanita Design, pero por desgracia lo único de lo que me apetece hablaros es de cómo Toem se confunde en su propio concepto, poniéndose zancadillas con demasiada frecuencia.


La lista de la compra es uno de los males del videojuego contemporáneo. La espero en determinados juegos, digamos que estoy preparado para ello, pero no me esperaba encontrarlo en Toem. Quizá por esperar algo distinto, Toem me estresó demasiado por llenar mi pantalla de objetivos e invitarme a, en lugar de buscarlos, tener un arsenal de fotos preparado de todo aquello que destacara un poco en cada parte de los escenarios. Si bien esto se puede traducir en una actitud inadecuada a la hora de afrontar el juego, cosa por la que no me enzarzaré por alguien que esgrima dicho argumento ya que lo comparto, estoy cada vez más en la línea de que no es el jugador el que falla sino el juego por empujarte a ello. Reconozco que me faltó ese pequeño plus de meterme en el papel, pero no creo que Toem, con todo y con eso, esquive esa bala.




Porque jugando a Toem me vino a la mente, y mucho, mi queridísimo Scribblenauts, en concreto en su formato Scribblenauts Unlimited (5th Cell, 2012). Un juego con el que encontré numerosas similitudes en estructura, pero tremendas diferencias en su resolución. En Scribblenauts Unlimited -y el resto de la saga Scribblenauts- manejas a un personaje que va recorriendo distintas localizaciones resolviendo los problemas de los habitantes, en ese caso escribiendo en una libreta mágica cualquier cosa que tuvieras en mente para que se materializara, en otro nuevo ejemplo de una lista de la compra a completar. Me pasé la totalidad de horas de Toem pensando en por qué me estaba otorgando una experiencia cercana a ser negativa cuando Scribblenauts me proporcionó todo lo contrario, pero no ha sido hasta pasado unos días que mi cerebro ha encontrado una salida a ese rompecabezas.


Toem me estresó demasiado por llenar mi pantalla de objetivos e invitarme a, en lugar de buscarlos, tener un arsenal de fotos preparado de todo aquello que destacara un poco en cada parte de los escenarios.


Scribblenauts Unlimited basaba su lista de la compra en una resolución inmediata. Te presentaba un problema, y la solución la tenías tan pronto como quisieras. El tamaño de aquella lista de la compra dependía exclusivamente de la pereza que tuvieras en el momento a la hora de olvidarte y pasar al siguiente puzle. Toem es justo lo contrario, por presentar el objetivo e invitarte a buscarlo a lo largo de las diversas pantallas. Así, Toem se divide en dos fases que se van repitiendo de manera exponencial conforme se van agrandando las localizaciones. Su diseño circular en la mayoría de ubicaciones invita a dar una primera vuelta de recolección de misiones -y en esa fase ya vas fotografiando cualquier cosa llamativa una vez has pillado el rollo del juego- y una segunda vuelta de entrega de todas estas fotos para ir completando la lista de la compra. Sucesiva vueltas van desbloqueando el resto de objetivos, pero la sensación que tengo, entre la cantidad de misiones que hay y lo críptico de algunas, es la de que estaba haciendo click sin seguir un proceso lógico de resolución de un puzle. Mi partida a Toem se pareció más a la de un Pokémon que a otra cosa.




Si bien tengo esa amarga sensación de haber jugado a Toem mal, no puedo dejar de pensar en ese mantra de que no se puede jugar a un juego mal si el desarrollador así lo ha permitido y no ha hecho nada por evitarlo dentro de su juego. Entiendo que sea un juego que guste, y no soy tan necio como para no valorarlo desde un punto de vista objetivo, pero mi experiencia estuvo demasiado unida a la decepción.




2 comentarios :

  1. Totalmente de acuerdo con tu análisis. Ya por la premisa me interesaba, pero encima, ahora mismo estoy estudiando fotografía con la esperanza de poder dejar la hostelería, por lo que en principio este videojuego me llegaba en el momento justo. Pero no, es un juego de dar vueltas. Es un juego que quiere ser mundo abierto, pero no tiene presupuesto. Es un juego que te obliga a perder el tiempo, y esto es lo peor que le puedo decir.

    Me he pasado horas y horas con el modo foto de Horizon, y ahora con el God of War Ragnarok, pero Toem para mí ha sido más un shooter que otra cosa.

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  2. Te agradezco especialmente el comentario! También te lo agradecería si me dijeras lo contrario, pero ver que alguien entiende lo que dices en un juego que se ha llevado tantos comentarios positivos, me hace sentir un poco menos solo.

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