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11 dic 2018

The Mooseman

Morteshka, un pequeñísimo estudio ruso, nos enseña un poco del folclore y la mitología del pueblo Komi, en la zona del noreste europeo de Rusia. Algo totalmente desconocido para el humano común que se nos acerca mediante este videojuego.




Cuando uno juega a The Mooseman se da cuenta de la cantidad de historias, creencias y en definitiva cuentos no adaptados que deben quedar por ahí. Estudios de videojuegos como Morteshka acercan algo tan desconocido como es la mitología Komi al jugador común, en un juego que inmediatamente por muchas razones recordará a aquél Never Alone que alcanzó cierta popularidad, solo que The Mooseman en vez de ofrecer una experiencia tan interactiva opta por una especie de video-libro que cuenta una historia donde tú no eres, como jugador, protagonista.


Los chicos de Morteshka no tienen ningún complejo, saben lo que están proponiendo e incluso han incluído una opción de doble pulsación para que el personaje ande solo y tú disfrutes del paisaje. En tu periplo te encontrarás con pequeños puzles que tampoco buscan estresarte, tan sólo funcionan como pequeños obstáculos que te permiten mantenerte despierto captando tu atención. Puzles basados en distintas realidades que nuestro Mooseman puede ver. En algunas realidades aparecerán plataformas, se moverán objetos y en definitiva se trazará un camino por el que debemos continuar. Esta dualidad será el recurso utilizado constantemente en cada uno de los pequeños desafíos que se nos presentan.

A grandes rasgos eso es The Mooseman, pero no es la vertiente de juego la que hay que destacar. Su apartado visual es magnífico. Dentro de la humildad que destila The Mooseman tiene imágenes imborrables, y mediante una lograda ambientación logra que cada escena te parezca mucho más que un puñado de gráficos bien puestos. He jugado muchos juegos del estilo y por este blog han pasado unos cuantos de ellos, pero diría que en este campo pocos se acercan a The Mooseman.

Se ve bien, pero en movimiento es bastante más espectacular

Otro gran punto a favor es su historia. Cuando lo empiezas tienes la sensación de que no vas a entender nada. Un "cuento" que narra una mitología que no conoces de una etnia que no conoces. Te preparas para mucho simbolismo y mucha metáfora e intentas sobrellevarlo. Aquí está el punto fuerte de The Mooseman: no se hace el místico. Te presenta la historia de la manera más accesible posible, y todo lo que te va contando tiene efecto inmediato en la pantalla. Por supuesto hay mucho simbolismo en el juego, pero vas siempre muy guiado y las dobles lecturas se dejan para los que quieran tomarlas. Teniendo en cuenta lo desconocido de la mitología mencionada es una gran decisión.

Claro, The Mooseman es lo que es: un juego que no llega a las dos horas de las cuales sientes que has estado jugando si acaso una. Ahí están los directos para atestiguarlo. Sí que es cierto que meterle más entramado jugable hubiera roto un poco la presencia de esa historia, pero no deja de ser necesaria la advertencia.


Copia de prensa proporcionada por Sometimes You. En ningún momento las opiniones vertidas en este texto se han visto influenciadas por este hecho.

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