No había que ser vidente para ver que la secuela de Tormented Souls iba a ser mejor, pero no esperaba que lo consiguiera cambiando únicamente una cosa.
Tormented Souls II ha acudido a la cita de la spooky season. Dual Effect se ha hecho de rogar con esta secuela, pero ya podemos disfrutar de no solo uno de los mejores homenajes a los survival horror clásicos de toda la vida, sino del que probablemente es el juego chileno más importante de todos los tiempos.
Este análisis, dicho sea de paso, se apoya mucho en todo lo que vimos en el análisis de Tormented Souls, su primera parte por lo que os insto a leerlo para contextualizar mejor todas las referencias a las que continuamente voy a estar aludiendo.
"Si todos los juegos son para todo el mundo, no lo son para nadie."
No fui un gran defensor de Tormented Souls. En su análisis podéis ver un montón de críticas a sus mecánicas, que se apoyaban en decisiones obsoletas que entonces eran vigentes no tanto por decisión de diseño, sino porque no había otra manera de enfocarlas. Sentía, y siento, que una cosa es homenajear una época por un encanto perdido, y otra muy distinta arrastrar con ello todos los problemas cuando por entonces no eran como tal y han emergido por el mero paso del tiempo. Fuera de eso, sigo recordando con risa nervioso la estupidez infinita de su protagonista y determinadas escenas un tanto ridículas de más. De la misma manera, me lo pasé estupendamente bien jugándolo, porque tenía todo lo que me gustaba del género y porque tenía claro que una secuela iba a venir a arreglar muchos de los problemas del original, ya que estaban muy claros y muy marcados.
Me sorprende decir que no ha sido tanto así. "Si todos los juegos son para todo el mundo, no lo son para nadie", decía Dual Effect en una de las recientes entrevistas que leí sobre su desarrollo.Tormented Souls II es, para mí, inesperadamente continuista, hasta el punto de que su principio e incluso estructura de la mansión -convento, en este caso- es casi un calco del original. Esta vez me agarré más a la experiencia tal y como fue concebida, y volví a sufrir esas muertes que te obligan a volver a empezar desde el punto de guardado, además de asegurarme sesiones largas de juego con el objetivo de no gastar las cintas de grabación que te permiten guardar partida. Es cierto que el juego cuenta con un modo específico donde no hay que guardar la partida manualmente, y que probablemente cualquier crítica sobre determinados aspectos se subsana solo con la presencia de ese modo, que si está es para usarlo. Sobre la estupidez del personaje, que recalcaba como uno de los puntos más negativos, creo que está suavizada -o más bien que el primero era inigualable en esto- pero las cinemáticas y situaciones se siguen sintiendo como que se toman demasiado en serio cuando esto es algo que encontrarías en las filas de abajo del estante de películas de terror del videoclub de barrio. También sufrí todo lo relativo a cámaras fijas, monstruos que vienen a ti de morros pero no puedes ver porque la cámara no lo recoge -literalmente el primer monstruo que aparece en el juego viene fuera de cámara-, autoapuntados chivatos como aliados y toda una serie de mecánicas que pagamos de alguna manera con gusto a cambio de tener planos muy de autor, por decirlo pronto y mar, donde la cámara forma parte de la ambientación y la inmersión final.
Os vais a preguntar cómo he podido escribir el párrafo de arriba y la conclusión final en el mismo texto. Os preguntaréis cómo es posible que diga que Tormented Souls II es mejor en todo cuando hereda tanto de su primera parte. Hay una clave principal en la que nos pararemos en el siguiente párrafo, pero fuera de eso, creo que yo mismo dejo de considerar todo eso tan importante cuando acabé disfrutando -y aprobando- la primera parte. En esta ocasión creo que iba más preparado, porque la primera parte la jugué en streaming via Twitch cuando requería de una mayor tranquilidad y dedicación antes que estar pendiente de no morir para tener que repetir pasajes de horas con el objetivo de que el espectador no se aburriera. Sea como fuere, en mi partida he tenido menos muertes relacionadas con la cámara porque creo que hay un esfuerzo por ofrecer una experiencia más amena para el jugador a cambio de perder cierta personalidad, y yo se lo agradezco. Tormented Souls tenía demasiados planos donde el protagonista avanzaba hacia la cámara, y aquí creo que hay mejor emplazamiento de las mismas, lo que me ha llevado a una experiencia algo más relajada.
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Todo esto son pinceladas previas a abordar la verdadera mejora con respecto a la primera parte: el mapa. Tenemos un mapa a la altura de lo que requieren los tiempos de ahora, y no el casi anecdótico mapa de la primera parte donde traía más a cuenta memorizar la mansión que consultarlo. No solo eso, recordad que estamos hablando de un juego duro, donde la muerte implica haber perdido mucho tiempo y donde la gestión de recursos, especialmente las de las cintas de guardado de partida, son un quebradero de cabeza. La suma de un mapa enemigo, junto con la gestión de dichos recursos, unidos a unos puzles un tanto obtusos y demasiado demandantes, configuraban un escenario donde las pérdidas de tiempo alrededor de la mansión laberíntica aportaban más frustración que tensión. Tormented Souls II trae un nuevo mapa que sí que es útil, y que nos hará hundir el botón de consultarlo a cada paso, ya que no solo marca nuestra ubicación sino también muestra puertas por abrir y enigmas por resolver. Punto extra positivo al hecho de que se te indica que en cierta habitación hay algo, pero no se dice el qué, por lo que todavía te va a tocar dar más de un paseo. Unido a esto los puzles, que también me parecen mucho más razonables, siguen apostando por intentar desmarcarse de lo básico y siguen necesitando de cierta fisicalidad en las acciones que me pareció acertada.
Si lo reducimos todo mucho, sí, puedo decir que Tormented Souls II es el mismo juego con un mapa a la altura de lo que requiere la situación, pero no os imagináis hasta qué punto es un factor determinante. Un buen mapa implica un ahorro de tiempo muy superior, que rebaja cualquier frustración de cualquier tipo de muerte que puedas considerar injusta porque tus encuentros van a ser minoritarios. Incluso cuando te va a tocar atravesar partes concretas sin mapa y cuando tampoco te va a quitar de morir más de una vez y tener que repetir tramos, este único factor convierte a Tormented Souls II en un juego bastante mejor que el anterior, y a veces es más que suficiente.
Hay también que mencionar la considerable subida gráfica del juego en entornos que ahora muestran mucho mejor reflejos e iluminaciones dinámicas. Hubiera celebrado un mayor esfuerzo en animaciones y también en los propios modelados, pero a la misma vez celebré la sinceridad de las cinemáticas, no mostrando complejos y apostando más por la visión creativa que por la excelencia técnica. Estoy muy acostumbrado, y más en este género, a trucos baratos en juegos que esconden sus gráficos porque son conscientes de que no son la gran cosa, así que cuando llega algo como Tormented Souls II siempre celebro que el flojo trabajo en animaciones no haya mermado la calidad de la presentación desde la visión del autor.
Como veis, es sencillo recomendar Tormented Souls II cuando ya el primero, con todo lo que llevaba encima, me parecía recomendable. Esperaba un trabajo menos continuista, en el sentido de accesibilidad, pero las novedades han sido suficientes como para demostrarme que está bien justo como está, equilibrando perfectamente el homenaje a una época pasada con lo que necesitamos hoy en día los jugadores.
Jugado en PC (Steam). Copia de prensa proporcionada por Meridiem Games.
Edición física de Meridiem Games
Meridiem Games sigue apostando por el formato físico y lanza Tormented Souls IIen una edición estándar para PS5. Desde la página oficial del producto tenéis varios enlaces de compra, a unos precios de entre 35€ y 40€.
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