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14 jul 2025

URBAN MYTH DISSOLUTION CENTER SE QUEDA A MEDIO CAMINO - ANÁLISIS

 

Lo que debió ser una de las visual novel del año, acabó siendo un juego meramente cumplidor.




Azami Fukurai ve espectros. Se ha acostumbrado de alguna manera a ello, y más que solucionar su problema lo que quiere es encontrar una explicación al mismo. Como llovido del cielo, se topa con un anuncio: "un servicio espectracular" ofrecido por un llamado Club de Desmantelamiento de Leyendas Urbanas. Cuando llega, Azami se sienta y rompe una silla que está maldita, obligándola a pagar la deuda de su carísimo accidente -sí, es uno de esos juegos de secuestro por deuda- trabajando como investigadora del club. Usando los poderes que le permiten ver lo que ella considera espectros, Azami pronto descubre que no son fantasmas lo que ve, sino impregnaciones que se producen cuando ha ocurrido algún evento impactante. En definitiva, Azami tiene el poder de ver una pincelada del pasado allá donde va, lo cual la convierte en una detective de gran valor para el Club.




Como veis, la premisa es bastante infantil, cosa que se traslada también al tono general del juego. Nos iremos desplazando por los distintos escenarios cambiando entre la realidad y la capa del pasado para ir sacando información y afrontar así procesos de deducción mental que resuelvan los casos. Pensad en un Phoenix Wright con pinceladas de tono de Ghost Trick, pero quitadle toda la parte de los juicios. Urban Myth Dissolution Center es como toda la fase inicial de investigación de un Phoenix Wright, sin que haya un momento álgido en prácticamente ningún momento más allá de su final. Cada capítulo presenta un caso diferente, y su finalización requiere de responder a una serie de preguntas con el objetivo de desmantelar la leyenda urbana y descartar el fenómeno paranormal como tal.




Estamos ante un juego lineal, donde equivocarse no tiene mayor repercusión. Los casos son interesantes, la presentación con esos aires de juego de Game Boy -la Color, concretamente- es muy atractiva, y las escenas que se van sucediendo gozan de un nivel de animación y detalle superior al que esperaba. Hay buena mano en lo que hace Hakababunko y sin duda estaré atento a todo lo que vaya saliendo por su parte, pero por desgracia, el tono del juego se me hizo demasiado infantil para lo que esperaba. El hecho de que todos los casos acaben de maneras similares, y suelan ser bajonazo en lugar de clímax, no ayudó a un juego del que narrativamente esperaba algo más.




También hay un buen cuidado de la interfaz, con una agenda que va organizando todo de una manera muy dinámica, y un trabajo de localización al español de matrícula de honor. A destacar como añadido el proceso de investigación en redes sociales, donde realizas varias búsquedas basándote en palabras clave para encontrar información relevante. Está quizá guiado de más, pero era un proceso que siempre me gustaba hacer. Viniendo al caso, estas investigaciones en decenas de posts llevan a desbloquear contenido extra que funciona como coleccionable, donde haces una pequeña colección de leyendas urbanas modernas, las cuales son descritas desde un tono humorístico y amable.




He disfrutado Urban Myth Dissolution Center, pero ha quedado lejos de esa etiqueta que le puse en su día como uno de los juegos más prometedores del año. Al final ha sido una buena experiencia, pero me he quedado con ganas de algo más profundo, menos anecdótico, que me permitiera estar hablándoos ahora mismo de lo interesante que son sus propuestas.




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