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25 feb 2023

SEASON: A LETTER TO THE FUTURE - VER, OÍR, ¿SENTIR?


SEASON: A Letter to the Future, es uno de los juegos indies que más esperábamos para este inicio de 2023. Su bella presentación en un State of Play le otorgó otra dimensión, o por lo menos lo puso en el radar de mucha gente. Tras algún retraso, Season ha sido lanzado con menos ruido del que quizá se le presuponía. Toca ver si estamos ante un indie tapado en el que detenerse, o si por el contrario estamos ante algo que está de pasada, como un viajero en bici que no se para a asomarse a los miradores de su viaje.




Scavengers Studio (Darwin Project) nos presenta lo que en el juego se llama un cambio de estación. No hablamos del paso de la primavera al verano, sino más bien un cambio de temporada, asociado en este caso a un evento levemente catastrófico pero no catastrofista, que se personaliza en la destrucción de una vieja presa que inundará el valle, y con ello, todas las pertenencias de unos habitantes que serán evacuados. si bien este hecho tan plástico forma parte de la historia, lo del cambio de estación va mucho más allá, y supone más un reinicio a todas luces para todo el mundo, que verán olvidados todos sus recuerdos. Salimos de nuestra villa en lo alto de las montañas con el fin no solo de conocer el mundo exterior del que nos habíamos distanciado tanto, sino también de documentar, por medio de un diario, todo lo que consideramos relevante de esta estación, de manera que quede registrado para aquél que lo encuentre.


Así, Estelle inicia su viaje ataviada con una grabadora, una cámara de fotos y un diario donde, además de estas grabaciones y fotografías, podremos ir añadiendo recortes que encontremos, cartas, panfletos e incluso objetos pequeños como florecillas que decorarán nuestro diario. A este se le sumarán reflexiones y dibujos de la propia protagonista para acabar ofreciendo el principal atractivo del juego: montarte tu álbum digital, como bien podrías hacer en cualquier web de personalización de fotos de eventos.


Este álbum digital tiene suficientes formas de personalización como para ser el auténtico motivo de jugar al juego. Podremos editar el tamaño y rotación de cada elemento para montarnos nuestro álbum idílico del fin del mundo. Lo que recojamos o no en él es cosa nuestra, quitando determinadas páginas dirigidas a eventos que pretenden profundizar en el lore de la historia.




He dedicado dos párrafos a hablar de este simulador de álbum Hoffman, y no es casualidad, porque SEASON es un juego que deja mucho que desear en todo lo demás, especialmente en su historia y presentación. Realmente, el juego de Scavengers Studio es un intento de ejemplificar el paso del legado cultural. Lo vemos durante todo el juego, pero sobre todo en la última parte donde interactuamos con otro personaje del que no hablaré mucho por no destripar nada, pero con el que tenemos mucho en común. Este legado, esta forma de transmitir la cultura, no acaba de ser una representación fiel, y ni siquiera con sentido, como para centrar la atención de la manera en la que lo hace. Al final, después de tanta meditación, tanto tono contemplativo y costumbrista, tanta profundidad y empujes hacia toma de decisiones de los demás supeditadas a nosotros por alguna razón que desconozco, lo cierto es que SEASON es, para mí, el simulador de álbum Hoffman, y pensar en volverlo a jugar me invita más a cargar mi partida y ver mi álbum ya hecho, que volver a hacerme uno nuevo.


Tocada ya su problemática narrativa, nos queda señalar lo obvio y a la vez no tan obvio. Hablamos de su aspecto gráfico, tremendamente atractivo pero que, desgraciadamente, solo brilla con fuerza en capturas estáticas y trailers orquestados y controlados, para suponer una inquietante decepción en lo técnico cuando te pones a los mandos. La razón es que SEASON cuenta con animaciones que no están a la altura de lo que estás viendo. Más allá de falta de animaciones faciales e incluso voces de la protagonista en conversaciones pero no en reflexiones mentales, lo que tenemos por delante son problemas como caminatas flotantes donde no pisamos suelo o teletransportes de bicicleta a tus manos que prescinden directamente de animación. Scavengers Studio ha hecho un juego donde claramente no has de salirte del camino, porque a poco que rasques, encontrarás lo débil de su superficialidad.



El último punto que tenemos que tocar antes de cerrar es el del gamefeel, que en este caso se traduce en la conducción de la bicicleta. Es una sensación similar al del aspecto técnico, porque va unido a él. Literalmente salirse del camino es invitar al juego a una montaña de problemas que no es capaz siquiera de empezar a escalar. No es casualidad que los desarrolladores, en una demostración de honestidad y a la vez cutrez, hayan incluido en el menú de pausa una opción para llevar directamente la bicicleta a tus manos para cuando se te pierda y, lo más grave, una opción de desatascar al personaje, lo cual, sumado a los retrasos del juego pre-lanzamiento, dejan ver que Scavengers Studio no ha conseguido un juego precisamente fino en lo técnico. Este festival de problemas jugables se rellena con un control de bicicleta demasiado tosco que no nos da esos momentos de "¿te gusta conducir?" de anuncio de coches que esperaríamos con las imágenes de los trailers, y que saca completamente del flow con todas esas paredes invisibles y piedrecitas por el camino que no suponen barreras para un jugador como tal, sino zancadillas para el propio juego.




Si echáis un vistazo a la puntuación final, veréis que se me ha quedado en el 6. Sin embargo, conviene reflexionar sobre los tipos de 6 que hay en esta industria. Tenemos por un lado el 6 más común, el de un juego que lo hace todo bien, pero que no destaca en nada. Por otro, existe el 6 de juegos malos pero que tienen ideas llamativas que quizá no han sabido plasmar, o que simplemente no eran idas que casaran con el medio. Por último, está el caso de SEASON, el caso de un juego que hace cosas muy bien pero otras considerablemente mal, quedándose en ese engañoso 6 que no es más que una media entre suspensos y notables.




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