¿Por qué no Football Story?
Aquí tenéis el análisis en vídeo.
No, en serio... ¿por qué no Football Story? Vale que el subtítulo que acompaña un poco a la cabecera tira por la gracieta en muchas ocasiones, pero lo de hoy no es tan broma, especialmente cuando PanicBarn está afincada en Londres y, sobre todo, cuando este juego tiene más mercado fuera de Estados Unidos que en el país donde se le llama al fútbol soccer. En cualquier caso, con un nombre u otro, Soccer Story nos deja una idea con la que muchos hemos soñado pero que, por desgracia, se ha materializado de una manera un tanto regular.
PanicBarn (Not Tonight, Not Tonight 2) nos lanza un híbrido entre un juego de fútbol y un RPG -esto muy cogido con pinzas-. Quizá os haríais una mejor idea si os lo describiera como un juego de fútbol indie con modo historia, y una presentación que, de alguna manera, parece apelar a ser jugado en portátil, quizá derivado de esa sensación de juego que bien podría pasar por uno de Game Boy Advance. No es la primera vez que PanicBarn coquetea con el fútbol, y es que los británicos también lanzaron para dispositivos móviles el Tiki Taka Soccer, un solvente juego de fútbol del que bebe un poco este Soccer Story que hoy analizamos.
Tras pasar por los Not Tonight, unos juegos más profundos que usaban de base el Papers, Please (Lucas Pope, 2013), PanicBarn vuelve a un juego más arcade, pero que tiene especial interés por su modo historia. Así, Soccer Story se divide en dos grandes bloques desde el propio menú, y aprovecharemos estos dos modos para dividir también nuestro análisis: el modo partido rápido y el modo historia.
En el modo partido rápido, podemos encontrar un solvente juego de fútbol arcade, que claramente está basado en Super Mario Strikers (Next Level Games, 2005) y su secuela, con equipos de pocos jugadores simulando las pachangas de barrio en entornos vallados y casi sin reglas, que fomentan un ritmo vertiginoso -a veces de más- con varias melees de por medio. Los controles, personalizables, pasan por los básicos, y todo está considerablemente imantado en un sistema que apuesta por agotar al portero a balonazos, rompiendo su resistencia para poder marcar gol. Si bien la base del juego funciona, resulta un tanto extraña la cantidad de paradas automatizadas que realiza el portero a escasos metros del jugador fomentando los rechaces en contraste con la cantidad de goles que se come en tiros desde el centro del campo e incluso más lejos.
Este modo ofrece ocho equipos distintos sin grandes diferencias entre sí, que pecan de presentar jugadores un tanto confusos en la mayoría de ellos. Las equipaciones no están del todo bien integradas, y hay demasiada disparidad entre los jugadores de un mismo equipo. Por ejemplo, el equipo principal que se deriva de la historia, cuenta con el personaje principal, una chica rubia, un anciano, un chico moreno y el portero que es un oso panda. Esto, unido a que las equipaciones no son lo suficientemente llamativas y que los sprites no son muy grandes, da lugar a bastantes equívocos a la hora de saber quién va en tu equipo. Esto pasa en demasiados equipos, por lo que la mayoría se verán casi obligados a jugar entre los equipos que sí se distinguen con total claridad.
El modo historia no es más que el aglutinamiento de todo esto metido en un entorno con tintes RPG. Muchos matices a esto de "con tintes RPG", que cada vez suena más a meme, peo nos da una pequeña idea aproximada de lo que queremos decir. Nuestro protagonista habita una ciudad donde el fútbol está prohibido por una corporación. Los árbitros distribuidos por la ciudad, se encargan de vigilar que no existan pelotas ni fútbol en general como si se tratara de guardias de seguridad. Todo cambia cuando una pelota mágica aparece en manos de este protagonista. A partir de ahí, se inicia una aventura por restaurar el fútbol e inaugurar las ligas perdidas.
Bajo esta sinopsis tiene lugar Soccer Story, en un modo historia que deja mucho que desear. Desgraciadamente, en lugar de buscar algo con más fuerza, PanicBarn han apostado por solucionar todos sus objetivos con listas de recadero que bien podrían calificarse como coleccionables. Si le pides ayuda al conserje, este te pedirá que rompas 5 cajas a balonazos distribuidas por la ciudad. Si le pides al anciano que se una a tu equipo de fútbol, este te pedirá que encuentres 5 porterías ocultas por el mapa. Esto se repite con prácticamente todos los objetivos que van apareciendo en el menú. Una vez completada una tanda de objetivos, se disputan partidos con la misma jugabilidad que el modo partido rápido.
El tono RPG se le da en el momento en el que, al completar algunos objetivos, se te hace entrega de piedras que podemos gastar en diversas stats para nuestros personaje, como velocidad o potencia de tiro. Tendremos que asignar estos puntos de habilidad para mejorar nuestro equipo, pero poco más. En cualquier caso, el principal problema lo encontramos simplemente en ese planteamiento de que todo el mapa es una suma de coleccionables metidos como objetivos principales. Si bien esta idea suena un tanto aburrida y decepcionante, lo cierto es que, para los aficionados del fútbol, hay cierto buen feeling a la hora de ir andando por las calles soltando pelotazos y tirando paredes contra, valga la redundancia, paredes del mapeado, en lo que es forzarse a encontrar el modo historia algo más dinámico.
Salvaríamos Soccer Story con todo lo que he puesto hasta ahora. El modo partido rápido es decente y divertido, y el modo historia está tan poco visto en este tipo de juegos que, aunque decepcionante, se siente fresco. El problema está en el acabado del juego. Pocas veces me he encontrado este año con un juego que pide tan a gritos un retraso, ya que las sensaciones que he tenido es que el juego está completamente a medio.
Por eso, lo primero que tengo que decir es que, como no sé cuándo vais a leer esto, os aseguréis de si el juego se ha actualizado y ha resuelto todos sus problemas técnicos, que no son pocos. Objetivos que se cumplen y se quedan en el menú marcados sin cumplir, coleccionables que al romperlos no cuentan, una versión en español tremendamente catastrófica con anotaciones de los traductores y enlaces directos a páginas de traducción como si fueran post-its de los desarrolladores, partidos que se quedan paralizados y no avanzan una vez se ha marcado un gol y, lo más grave de todo, bugs muy dolorosos que me llevaron a tener que empezar de cero tras haber sufrido un teletransporte a una zona donde no debería estar y de la que ya no pude salir, echando por tierra una partida de 4 horas.
Teniendo en cuenta el estado en el que está, me duele no poder recomendar con más ilusión Soccer Story. En cualquier caso, si tenéis Game Pass el juego sale de lanzamiento en esa plataforma, por lo que os invito a que veáis el estado en el que está. Puede que para entonces tengamos algún parche de salida, pero de momento, toca esperar a que el juego sea más solido.
Copia de prensa proporcionada por Not the Robots. En ningún momento este hecho ha condicionado las opiniones de este análisis.
Échale un ojo al Pixel Cup Ultimate de Steam, una joyita.
ResponderEliminarNo lo conocía! Tiene pintarraza esto de verdad! Gracias por la recomendación.
EliminarMuy ben análisis y es una pena porque la idea me gusta mucho, fútbol arcade mezclado con un modo historia. Le echaré un vistazo al Pixel Cup Soccer que recomienda el compañero, que tiene buena pinta y sigue una idea similar
ResponderEliminarGracias por tu comentario! He estado siguiendo un poco lo de Soccer Story y van a lanzar actualización solucionando bugs y, lo más importante, van a meter la posibilidad de teletransportarse a tu casa en cualquier momento, lo cual arregla muchísimos de los problemas. Eso no soluciona el diseño del juego en sí, pero desde luego eleva su nota un puntillo más.
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