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17 may 2022

2064: READ ONLY MEMORIES - ENTRE DOS TIERRAS


Midboss mezcla una aventura gráfica con una visual novel, no dejándome contento en ninguna de las dos facetas.




Siempre hablo de videojuegos y muy poco de industria, más todavía cuando estoy haciendo un análisis de un juego, pero hoy toca saltarse un poco la norma porque considero que es un agente externo lo suficientemente influyente como para, como mínimo, ponerlo sobre la mesa. 2064: Read Only Memories -2064: ROM para abreviar- es un juego desarrollado por MidBoss, una compañía norteamericana de videojuegos fundada por miembros del equipo de GaymerX, que a su vez es una organización sin ánimo de lucro de apoyo a la comunidad LGBTQ+ centrada en videojuegos con el objetivo de organizar una serie de acciones y eventos con el fin de visibilizar estos colectivos en la industria. Detrás de ambos nombres se encuentra Matt Conn, o mejor dicho, se encontraba, ya que tuvo que abandonar su posición de CEO en 2018 -por tanto, posterior al lanzamiento de este 2064: ROM que nos ocupa hoy- tras ser acusado de numerosos episodios de acoso sexual y explotación laboral de sus trabajadores. No vamos a profundizar en el tema porque no es el objetivo de este análisis, pero creo que es conveniente conocer un poco de ese contexto a la hora de ponerse a jugar a un juego de estas características. Si buscáis más información, puedo recomendaros un artículo de VentureBeat al respecto.


2064: ROM es un juego que viene de un Kickstarter y que se autodefine como una aventura queer-inclusiva. No es de extrañar esa especial sensibilidad teniendo en cuenta sus orígenes y su relación con GaymerX. MidBoss presenta un futuro utópico donde la discriminación al colectivo LGTBQ+ es residual. Llama por ejemplo la atención que el juego pregunte por pronombres al poco de empezar, lo cual hoy en día empieza a ser por fortuna algo más habitual, pero que hace casi ya una década desde que se empezó a gestar, no lo era tanto. Así, tenemos un futuro donde todo este tema está bastante normalizado, y se tratan otro tipo de discriminaciones relacionadas con el progreso y la tecnología. Sí, estamos ante una aventura cyberpunk donde la humanidad se divide básicamente entre aquellos que aceptan los nanoimplantes y mejores biotécnicas, y aquellos que las repudian por ir en contra lo que se considera humano. Esto, que es un tema tan claramente atractivo, empieza a ser un debate tan presente y manido en la cultura cyberpunk que ya empieza a aburrir, o como mínimo, hacen que ya no vea con los mismos ojos la originalidad con lo que lo veía las primeras veces.




Si nos metemos en el juego, lo que tenemos es una aventura gráfica mezclada con visual novel, pero donde lo segundo se encuentra mucho más presente. Snatcher (Konami, 1988) o Gabriel Knight (Sierra On-Line, 1993) son algunas de las referencias destapadas por la propia MidBoss. El error está en que interfaz, y parece que espíritu, bebe de las aventuras gráficas clásicas, mientras que todo el cuerpo del juego, se alimenta de las visual novel. Esto es, básicamente, un inventario donde coger mil cosas y utilizarlas con mil cosas, pero que no sirve para absolutamente nada porque el juego queda marcado en todo momento por la linealidad extrema que presenta una visual novel, y donde lo único que nos debe preocupar es prestar atención a las conversaciones con el fin de intentar llegar a un final que nos convenga mediante un sistema básico de toma de decisiones relacionado con la afinidad de nuestro protagonista con el resto de personajes.


Así pues, como aventura gráfica tenemos un producto olvidable. Lo que al principio empieza como el clásico probar todo con todo para evitar dejarnos nada, acaba convirtiéndose en un no molestarse ni en observar el escenario porque todo el camino está marcado y no hay posibilidad de perderse nada. Ojo, no digo que esto sea malo, porque sólo me hubiera faltado perderme en un juego que cláramente me aburrió, pero sí que digo que toda la capa de aventura gráfica es un exceso que no le aporta nada, e incluso puede llegar a confundir.




Otro tema es la visual novel. Ya sabemos -si no es así, enhorabuena por recibir la noticia por primera vez- que mi relación con las visual novel es profundamente inestable, así que no me mostraré tan tajante en este aspecto, pero me aburrí bastante en un juego que adolece de una gran falta de ritmo, y que tiene algunos pequeños puzles que se hacen exasperantes e innecesarios. Sí que tengo que aplaudir el tremendo trabajo de voz. Casi la totalidad está doblado, e incluso cuando nos ponemos a probar objetos random del inventario con el personaje de turno encontramos siempre una línea de diálogo doblada que hace referencia a ese objeto. Lo mismo pasa al interactuar con objetos del escenario, y es que descubriremos que el juego está preparado para cualquier interacción, respondiendo de manera concreta y no con el clásico "no tiene sentido que use este objeto ahora" que se usa de forma generalista.




2064: ROM no es para mí. Un juego demasiado largo, que se hace todavía más insufrible si te lo tomas como una aventura gráfica, y cuyo final no justifica la cantidad de horas que tiene detrás. Personajes aburridos, carentes de impacto en pantalla, en una MidBoss desesperada por encontrar una transcendencia y sobre todo un cariño por sus protagonistas que nunca llega.




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