DIARIO DE UN GORDOCHEETOS #34

Empezando 2022 con dramitas. Xbox me da el caramelo y me lo quita de la boca, compañías que no hacen bien su trabajo, ordenadores que explotan... y entre medias una demo de un prometedor juego, que va sobre cosas que se rompen. ¡Ah! La vida.

Algo pasó hace un par de meses. No sé si fue la milagrosa navidad, o qué, pero desde diciembre hasta los últimos días de enero he vivido una época mágica del Xcloud de Microsoft a través de mi conexión por Wifi que, vete a saber por qué, ha vuelto a desaparecer. La cosa me dio para jugar a cosas como Forza Horizon 5 o completar entero AI: The Somnium Files sin sentir un solo tirón, incluyendo sesiones en el water ubicado en la otra punta de mi casa. Creía que por fin Microsoft había mejorado unos servidores que por alguna razón en España dejaban bastante que desear, aunque he de decir que por cable siempre me fueron como un tiro. En cualquier caso, esa utopía murió hace unos días cuando comprobé como todo vuelve a ir bastante mal aunque, esto sí tengo que decirlo, va mejor que antes de ir bien. No sé si están cambiando cosas, si es la magia y lo aleatorio de lo inalámbrico, o qué es exactamente, pero ahora vivo para que vuelvan esos meses dorados de jugar al Forza tirado en la cama. De momento, me conformo con jugar partidas a juegos por turnos como el fantástico Dicey Dungeons -pronto tendréis el análisis-, ese juego que está consiguiendo que me olvide, al menos durante unas semanas, de Slay the Spire.

Pero qué friends si no tengo ni conexión, Phil

El otro día estrenamos los directos de 2022 en Twitch -seguidme, que me hace ilusión- con una demo/teaser/whatever de Terrorbane llamada Terrorbane: An Introduction, Mostly. Un curioso juego que podéis probar gratuitamente y que nos deja ver el concepto que hay detrás del juego de BitNine Studio. La verdad es que recibo unas cuantas peticiones para que pruebe demos y juegos pequeños que no suelo aceptar por falta de tiempo, pero por alguna razón éste captó mi atención. Lo que acabé encontrándome fue un poco lo que esperaba, que no es poco. Un juego con una base de RPG clásico donde los bugs son parte del juego, y donde por tanto, la cuarta pared es derribada incesántemente de maneras muy creativas que, intuimos, nos llevarán a situaciones pocas veces vistas. Abalado con varias nominaciones a juego mas original en varias ferias de videojuegos, nos queda esperar un poco más hasta tener el juego completo, disponible, salvo retrasos, en el Q1 de este año.

Undertale vibes

Toca pasar por un trago desagradable. Puede que algunos recordéis mi colaboración con MoonGaming, una empresa valenciana que diseña y comercializa productos fabricados en China relacionados con accesorios gaming. Tenéis aquí la reseña de los MoonGaming Namaka, y un poco más de contexto por si lo necesitáis. Pues bien, el producto dejó de funcionar a los tres meses de uso, cosa que me hizo ponerme en contacto por email con ellos para ver qué estaba pasando. Desgraciadamente, nunca obtuve respuesta alguna del soporte técnico, lo cual siempre despierta algunas alarmas, pero lo más duro fue comprobar como, tras estar esperando el resto de productos que me iban a mandar, hicieron caso omiso a todos los mensajes que fui mandando durante meses. Tras tener una paciencia que nadie tendría, recibí un bloqueo por parte de su cuenta de Twitter como respuesta. Hay muchos más detalles y más sinsentidos en el hilo de Twitter donde explico todo, por si queréis saber más. Por lo demás, sólo puedo decir dos cosas al respecto: primero, que sigo suscribiendo cada palabra de la reseña que le hice al producto, ya que que se me haya roto a los tres meses no es sinónimo de mala calidad eso quiero creer-, y segundo, que si alguna vez tenéis un negocio, cuidéis a vuestros clientes y gente que se interesa por vuestros productos con especial mimo, porque a día de hoy, con tantas marcas y productos de similar calidad, es lo que marca la diferencia. Como digo en el hilo de Twitter, cosas así más que apenarme me hacen valorar todavía más al resto de compañías con las que he colaborado y se han preocupado por mi en todo momento. Desde aquí, eternas gracias a todos ellos.

Mucha pulserita, poca asistencia

Salimos de un drama para entrar en otro. Me las prometía yo muy felices cuando hice un regalo en reyes de 8gb de RAM para un portátil. Ya sabéis, esa típica inversión que se hace cuando no lo necesitas, para llegar al estándar de 16 -no tan estándar en portátiles- y que como no lo hagas a tiempo te va a tocar pagar como el doble en unos pocos años, eso si tienes la suerte de encontrar el modelo compatible. Pues bien, tras unos momentos críticos de no saber siquiera abrir el portátil, llegamos a sus órganos internos y procedimos a desenchufar la batería -integrada- para meter la memoria RAM. Se cierra todo, se enciende, todo bien, todo correcto, y unos 16GB funcionando en el portátil. ¿Felicidad? ¡Error! No sabemos todavía muy bien si se debió a la RAM, principal candidato, o se debió a que durante una actualización de Windows que tardó demasiado, nuestra querida propietaria le dio al botón de apagado a mitad, pero el caso es que dejó de funcionar con errores bastante desquiciantes que iban desde directamente no arrancar, hasta congelamientos en la pantalla de carga de HP, bloqueos absolutos en el escritorio y glitches gráficos varios. Tras probar a reestablecer actualizaciones de Windows y similares, extraímos la memoria RAM volviendo a los 8GB para comprobar que todo iba bien. ¿Felicidad? ¡Error! La inestabilidad se produjo al día siguiente de nuevo, acabando en una nube de desesperación y llevando el portátil a la tienda de informática de turno. Allí, no os lo vais a creer -ironía-, todo funcionaba perfecto. Han actualizado la BIOS y han hecho algunas pruebas y, tras instalar de nuevo el módulo de RAM, se ha devuelto un ordenador que está como el primer día, solo que con las 16GB de RAM. A veces le miro y hablo con él. "Sé lo que hiciste", le susurro por uno de los puertos USB.

El quitasueños de este mes