FORZA HORIZON 5 - TIRANDO DE REBUFO

Playground Games parece no querer tocar un ápice de la fórmula que llevo a Forza Horizon a convertirse en la saga de juegos de conducción más en forma del momento. Forza Horizon 5 es continuista de más, pero sigue guardando esa magia indescriptible que convierte cada hora invertida en él en un festival de sensaciones positivas.

Os invito a que echéis un profundo vistazo al análisis de Forza Horizon 4 para entender lo importante que fue ese juego para mí, cosa que se tradujo en la gala de premios a lo mejor de 2019 otorgándole el GOTY El BloJ. Y es que siempre he visto Forza Horizon como un compañero, como una excusa para pasar tiempo contigo mismo. Un juego que prácticamente supone para mí un espacio seguro, un envoltorio donde quedarme y donde me siento acunado, y que me ofrece el mejor fondo para pararme a, simplemente, estar conmigo mismo. Todas aquellas sensaciones de confort y bienestar son heredadas en este Forza Horizon 5, y es algo que quiero dejar muy claro porque desgraciadamente es uno de esos análisis que pueden quedar engañósamente negativos.

Lo cierto es que me preparé a conciencia para esta quinta entrega de la saga. Dejé de jugar en contra de mi propia voluntad a Forza Horizon 4 únicamente con el propósito de llegar con más ganas a este Forza Horizon 5. Sí, Forza horizon 4 es un juego que vio la luz en 2018, pero ha cumplido perfectamente con su estructura de juego-servicio y se ha dedicado a ofrecer tres años de contenido prácticamente ininterrumpido, por lo que de alguna manera no estamos hablando de entregas que se lanzan en fechas marcadas sino de juegos que nos acompañan entre lanzamientos. Esto sin duda ha tenido que ver con que lo que estemos jugando hoy se pueda definir como un Forza Horizon 4.5 en lugar de Forza Horizon 5. Tampoco esperaba una gran revolución, pero sí que quedé decepcionado con un salto tan pequeño con respecto al anterior, al presentar un juego que no se ha parado siquiera a cambiar un mínimo la interfaz o a subsanar los pequeñísimos problemas que presentaba la anterior entrega.

La gran excusa para dar el salto a esta quinta entrega, más allá de seguir el ritmo al planeta que por cuestiones lógicas irá abandonando Forza Horizon 4, es la de llegar a un nuevo mapa inspirado en esta ocasión en México. Desgraciadamente, el mayor lunar que tengo que ponerle a Forza Horizon 5 es precisamente que me parece un mapa bastante inferior al que teníamos en Forza Horizon 4. Sigue siendo un verdadero gustazo recorrerlo, pero me parece un mapa mucho más vacío y menos atractivo que aquellas tierras altas de Escocia. Falto de vida, tuve la sensación de que la apuesta por la diversidad de biomas -que luego en muchas ocasiones se traducen en meras distintas vertientes de desierto vacío- dejó un poco de lado la variedad de estaciones que protagonizaban la anterior entrega. Sí, en Forza Horizon 5 seguimos teniendo las cuatro estaciones, pero los cambios en el mapa me han parecido minúsculos o no tan llamativos.

En lo que sí parece haber un salto es en la cantidad de contenido, dando un sentido más contundente a lo que podríamos decir que son las misiones principales del juego y poblando con un sinfín de actividades la lista de reproducción del festival, ese sitio donde las misiones semanales se dan la mano para otorgarte recompensas de temporada y que, dicho sea de paso, son tantas que alguna vez he sentido que estaba haciendo deberes más que disfrutar de la libertad del juego, principio al que debería agarrarse en todo momento. Sobre esto debemos recordar que Forza Horizon sigue siendo una saga que bebe del juego-servicio y que nos acompañará durante años, por lo que la cantidad y calidad de este contenido irá variando con nuevos modos y mejoras de los ya existentes -algunos como el Eliminator, Playground o el Horizon Arcade piden a gritos un rediseño-. Este análisis no deja de ser una fotografía estática del juego en este momento, aunque estoy seguro de que la esencia se mantendrá intacta.

¿Y a qué nos referimos con esencia? Al hecho de que al juego le sigue dando igual todo. El principal y único objetivo del juego no es que te lo pases bien, sino que seas capaz de hacerlo como a ti te de la gana. He leído críticas sobre que el juego te recompensa muy pronto con los coches más veloces y no hay necesidad de progresión por ello, y no puedo estar más en desacuerdo. Forza Horizon 5 quiere que disfrutes tanto una carrera con el coche más veloz como otra con autos que no alcanzan los 100 km/h. No se va a poner exigente, no te va a pedir que mejores un coche o que te hagas con el más competitivo, quiere simplemente que conduzcas como quieras y que resuelvas los campeonatos como quieras. La pantalla de haber ganado una carrera o haber quedado penúltimo es prácticamente la misma, y todo está lleno de refuerzos positivos por, simplemente, haberte divertido. Es un festival al que todos estamos invitados, y no una competición. Es esa sensación de tirarte con tus cochecitos cuando eras niño en el pasillo e imaginar miles de escenarios con ellos, potenciado por esa cada vez más llamada Cochédex que te invita a obtener el medio millar de coches disponibles en el juego. Mientras estas sensaciones se mantengan, Forza Horizon seguirá siendo uno de los mejores juegos posibles simplemente por apelar de una manera tan libre a la diversión. Todos los juegos pretenden entender la diversión de una manera concreta mientras que los Forza Horizon se limitan a darte las herramientas necesarias para que cada uno se cree su propia diversión.

Forza Horizon 5 me parece inferior al 4 por todas las cosas que he dejado caer, capitaneadas por un excesivo continuismo y un mapa que me parece inferior, pero no deja de ser una de las experiencias más recomendables que puedes encontrar en el mundo de los videojuegos. Sí, es un juego de coches, lo cual casi es nicho, pero no existe conversación sobre él que no termine con "es un juego de coches, pero" matizando las sensaciones que existen alrededor de él. Darle de lado por creer no ser el target, es uno de los errores más grandes que puedes cometer.