Por encima de todos, otra vez.
Me debato sobre cómo afrontar el análisis de este Tales of Arise, juego perteneciente a la saga que probablemente mejores puntuaciones y más cariño se ha llevado en El BloJ. La saga Tales of siempre acaba siendo un evento en mi vida, y suelo volver a ella de manera casi anual. En 2021, con el 25 aniversario por bandera, nos encontramos con el Tales of más accesible y equilibrado, con la autoconsciencia de su contexto que se traduce en una capacidad de homenaje presente sobre todo en su parte final.
Lo primero que vemos en Tales of Arise es, por fin, un cambio gráfico que deja atrás un estilo que ya quedaba obsoleto en el lanzamiento de Berseria y cuyo cambio se percibe todavía más al dejar de lado el motor propio y optar por el Unreal Engine 4. El nuevo aspecto gráfico apuesta por una mezcla de cel-shading y acuarela, que hace que cada fondo parezca una postal de arte conceptual, con ese toque manual que puede incluso llegar a confundirse en ocasiones con una falta de carga de texturas. Nada más lejos de la realidad, Tales of Arise se ve imponentemente bonito y lo suficientemente variado en sus mazmorras como para ser un juego que gráficamente sea más que atractivo, incluso cuando sus personajes a veces parecen no compartir el estilo de los escenarios. Es quizá en esto donde podemos pedirle un plus en los siguientes Tales of, o como mínimo, lograr casar de una manera más simbiótica el arte de los escenarios con los modelados y animaciones de los personajes, sin llegar a ser esto, quede claro, un punto negativo en ningún momento.
Es cierto que todo lo que rodea a este Tales of es la sensación de haber hecho un juego redondo, un juego que no se complica -no es en ningún caso una revolución- y que va a lo fácil para satisfacer a todos los usuarios, y que precisamente destaca por quitar de alguna manera malos vicios que vienen siendo arrastrados de manera casi endémica desde el principio de la saga. Una saga que cada vez se acercaba más peligrosamente al machacabotones, y que en Tales of Arise sienta las bases de una jugabilidad muchísimo más pulida y mucho más controlable, donde la lluvia de números en pantalla y ataques especiales van a estar presentes igualmente, pero que parece hacer lo posible para que siempre sientas que tienes el control. Culpa de todo esto la tiene una curva de aprendizaje sobresaliente que va introduciéndote poco a poco los comandos, y que facilita que, a poco que prestes atención, puedas realizar unos combates inolvidables en el que puede ser el mejor sistema de batalla que me he encontrado en un RPG de acción. También ayuda, no nos engañemos, esa cantidad de movimientos especiales que no te cansas de ver una y otra vez a pesar de repetir secuencia por gozar de una espectacularidad que se sale de lo nunca antes visto en la saga, y probablemente en el resto de videojuegos del género.
Cada vez que hago un análisis de un Tales of mi argumentación suele ser la misma: la fórmula de éxito de los Tales of pasa por reducir a lo más básico el concepto de diversión. Los Tales of tienen claro que a lo largo de su posible centenar de horas de turno, lo que vas a hacer el 75% del tiempo es pelear, y todos los esfuerzos por hacer el juego divertido van en torno en esto. Tales of Arise no sólo no es una excepción, sino que es un paso más allá en esto. He luchado un cuatrillón de veces sin ningún objetivo, porque la experiencia está muy bien medida, y lo hacía porque luchar es sin duda lo mejor de este juego. Es imposible pasar por el lado de unos monstruos y no correr a ellos para entrar en la pelea con el mero objetivo de disfrutarla y no la de subir experiencia. También ayuda que consiga ser uno de los pocos RPG donde absolutamente todos los personajes son útiles y usados por igual. Mientras Tales of tenga claro que su pilar fundamental reside en todo esto, nada puede salir mal en las futuras entregas.
Y ya que estamos con los pilares, conviene decir que otra de las características fundamentales de los Tales of es la de saber contar una historia alrededor de grandes tragedias que no solemos ver en RPG asiáticos. El desarrollo de personajes, la madurez con la que se presenta el título y esos giros argumentales que acompañan en todo momento, son también seña de identidad de una saga que en Tales of Arise no tiene su máximo exponente. Quizá por lo que comentaba de obsesionarse con hacer un juego redondo y accesible, eché un poco en falta una historia más seria y madura, con un punto más oscuro que propiciara unos personajes más interesantes. También es cierto que venimos de Velvet, personaje principal de Berseria que a día de hoy me sigue pareciendo el mejor personaje principal que hemos visto. En cualquier caso, si bien la historia y personajes quedan por encima de la media del género, no puedo evitar señalar que algunos de los personajes no están del todo bien construidos. Tampoco olvido la caída al vacío que supone una recta final en la que pasan demasiadas cosas de una, con una cantidad de secuencias de vídeo y texto que disipan por completo el interés. Tales of Arise peca de no saber rematar un argumento que de principio era simple y que en todo momento debió mantener así.
A los aspectos visuales y jugables se le une un gran esfuerzo en calidad de vida para un juego que viene de un país donde cuesta cambiar las cosas especialmente. Tales of Arise es tremendamente accesible, y no tiene problema en que guardes en cualquier punto del mapa, en permitir que te teletransportes en la misma puerta de la posada y vuelvas donde estabas -en la gran mayoría de ocasiones- o directamente en ofrecerte un multiplicador de experiencia y objetos cuando detecta que estás dedicándote a farmear. Dicho sea de paso, este multiplicador es uno de los puntos negativos que tengo que lanzarle al juego, porque acaba siendo un elemento estresante que hace que recorras las mazmorras a gran velocidad con el fin de no perder el multiplicador, convirtiendo así un juego precioso donde pararse a ver cada despliegue visual en un tour a toda velocidad.
En lo jugable, Tales of Arise es el mejor Tales que se ha hecho, pero no puedo evitar sentir que me acordé demasiado de Velvet y su descenso a los infiernos en Tales of Berseria durantemi partida a Arise. En cualquier caso, lo bonito de esto es que no tenemos por qué elegir. Tales of sigue siendo garantía de calidad y personalidad, y eso, después de 25 años, no lo pueden decir muchas sagas.
Estoy por comprar el berseria, que está a 10e en la store, pero es que sigo teniendo mil juegos pendientes... Y ahora me he comprado Hades, que también lo he probado con el Gamepass y me ha encantado
ResponderEliminarCon el Berseria y el Hades tienes para todo 2022 y parte de 2023 xDD. Bueno, tanto no.
EliminarYo te diría que fueras de cabeza a por él, pero si va a alimentar la "pile of shame", pues aguanta.