La calva más famosa del mundo de los videojuegos. El código de barras que hacía que el agente 47 fuera capaz de infiltrarse hasta en la Casa Blanca si le daba la gana pero que convertía un supermercado en una tarea imposible porque le pitaba al salir. El asesino más letal, silencioso, eficaz y con el mayor fetiche que ha habido jamás por el roleplay. Hoy, vemos cómo le ha sentado a Hitman la absolución con un profundo lavado de cara.
Mi historia con Hitman es la de todo el mundo. El primero estaba bien aunque ofreciera niveles inconexos. A día de hoy probablemente jugarlo se haga bastante duro. El segundo, Silent Assassin, fue un gran juego que unía todas las piezas en una interfaz que acompañaría a Hitman mucho tiempo porque funcionaba. Contracts, el primer Hitman que apareció por El BloJ, era más un refrito que otra cosa, y finalmente Blood Money se convertía en el mejor Hitman de todos los tiempos, tanto, que a día de hoy veo su valoración algo escasa. La mayoría de gente coincide en todo esto, y a partir de ahí se produce la primera gran separación entre jugadores. Absolution es un muy buen juego y hay unanimidad en esto, pero... ¿es un buen Hitman?
Io-Interactive ha querido darle un profundo lavado de cara, que por otra parte empezaba a necesitar. Si bien todo funcionaba de la leche ya en Blood Money otro juego con la misma interfaz y estructura habría hecho más daño que bien, por lo que he de felicitarles por su valentía. La compañía quiso llevar a Hitman más al terreno de las consolas, y convirtió la saga en un juego que empezabas a jugar con mando, cosa que por ejemplo no hice en los anteriores. No, no es un cambio tan radical como el de Splinter Cell Conviction, básicamente porque su núcleo sigue siendo el mismo: encontrar oportunidades únicas de asesinato. Sí, puedes liarte a tiros con todos y escapar, Absolution incluye un sistema de coberturas y una cantidad inhumana de armas, pero te verás cargando partida rápidamente con la sensación de estar destrozando el juego.
Y en todo esto los disfraces siguen teniendo especial importancia, y esta vez sí que existen reglas muy claras al respecto que en otros juegos se hacían un poco borrosas. Si te disfrazas de algo, tan sólo tus compañeros de profesión pueden detectar que no eres parte del staff. Siguen habiendo algunos problemas como que muchas veces no sabes si puedes entrar en una zona o no con el traje que llevas y para comprobarlo tienes que hacerlo, llevándote a morir y cargar partida alguna vez.
Relacionado con todo esto tenemos un nuevo poder llamado "concentración" que te permite bajar las sospechas de tus compañeros con una estúpida animación de bajarte la gorra. A veces entra en conflicto con los controles de ocultación y lo usarás cuando no quieres usarlo. También sirve como ojo de águila de ya casi cualquier juego que te permite ver enemigos y oportunidades de asesinato.
Al menos sabes que vas a morir con estilo |
Pero la madre de los cambios se presenta en sus niveles. Hitman deja de ser un macromundo donde buscarte las castañas para ofrecer segmentos con checkpoints. Trocear todo esto y ver cómo 47 va siempre agachado invocando al lumbago, añadido a que te pasas medio juego pillando enemigos por la espalda acercan a Absolution más a un Splinter Cell que a un Hitman propiamente dicho. Eso sí, las misiones son muy variadas y el juego es bastante largo. Hay un sistema de logros de cada misión que en el fondo no son más que pistas sobre lo que puedes hacer en cada uno de los niveles. "Disfrázate X veces", "mata a tal persona de tal manera". El juego es bastante imaginativo, y aunque todo está bastante escriptado da la sensación de libertad y aleatoriedad.
Sam Fisher se ha rapado |
La historia está bastante bien, diría que inesperadamente bien. Hitman cuida bastante este aspecto pero su sistema de juego y todo lo que le rodea te hace siempre pensar que la historia puede pecar de típica. No hay nada revolucionario aquí, pero está bien llevada. Aunque he de decir que las misiones se me hacían muy inconexas, como si tuvieran una trama muy separada, como si faltaran puentes entre las misiones. Muchas veces me encontré en sitios donde no sabía ni cómo había llegado ahí.
El lavado de cara era necesario, pero la realidad es que Absolution me pareció un muy buen juego -sobre todo conforme vas avanzando- pero un Hitman algo más irregular. El principal problema es ese sistema de checkpoints que choca directamente con esos niveles grandes que había que estudiar en su totalidad.
Buen juego, no tan buen Hitman.
Un señor juegazo aunque algunas de las secciones lineales sean algo irregulares. Lo mejor sin duda es la forma que tiene de picarte para sacar el 100% incitándote a probar todas las opciones jugables que tiene el juego.
ResponderEliminarEs un gran ejemplo de cómo conseguir que los logros sean parte de un juego y que no sean meros pop-ups!
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