SLIDER

14 ago 2025

EL LENGUAJE DEL VIDEOJUEGO CANIBALIZA EL LENGUAJE DE LOS PUZLES


He roto los juegos de puzles. Mejor dicho, me he roto a mí mismo jugando a juegos de puzles.




Me encontraba yo jugando a Echoes of the End, haciendo el puzle de turno de mover cajas, cuando a mi pequeño cerebrito se le ha encendido la bombilla para, paradójicamente, hacerme ver que hace mucho tiempo que no resuelvo un puzle de la manera que debería resolverlo. Me he dado cuenta con Echoes of the End, pero podría haber sido con cualquier otro juego con partes de puzle que haya jugado en los últimos años. Y digo "con partes de puzle" porque creo que esta sensación no se aplica tanto a juegos verdaderamente de puzles, que sí que requieren de una planificación, conocimiento y análisis previo para poder ser resueltos.


Supongo que todos enfrentamos los puzles de manera muy similar: hay un problema, y acabamos intentando resolverlo planteándolo de forma inversa. En lugar de pensar en el siguiente movimiento para avanzar, lo que realmente pensamos es en la meta a conseguir, y desde ella, vamos dando pasos hacia atrás hasta encontrarnos con una ruta que nos lleva a dicha solución. De alguna manera, troceamos el problema para llegar a pequeñas conquistas que sirven como puntos de control de cara a llegar al objetivo final, pero siempre de una manera, como digo, inversa. Yo también lo hacía así, pero llegó un punto, hace varios años, en donde eso cambió para quedarme con una aproximación totalmente distinta.




He roto la forma en la que funciona mi cerebro de cara a estas partes de puzle. Creo que he olvidado el propio lenguaje de los puzles por haberlo reemplazado por el lenguaje del videojuego. Toda la fase inicial, una fase analítica donde antes buscaba el camino a seguir para llegar a un objetivo, ha sido borrada de mi planificación sin titubear un poco, y ahora me limito a dar los pasos que sé que el juego me va a pedir dar, únicamente por tener a mis espaldas un largo historial de juegos. Me veo demasiadas veces moviendo cajas, tirando de palancas, saltando a verjas, rebobinando el tiempo e incluso pulsando interruptores en un orden concreto para llegar a una meta final que ni siquiera conocía, solo porque sé que voy a tener que hacerlo. Esto también se aplica no solo al qué hacer, sino en qué orden hacerlo. Ya sea una puerta cerrada o vaciar un estanque, mi relación con este tipo de puzles se basa ya más en una especie de memoria muscular a través del lenguaje del videojuego en sí mismo, que en una sucesión de pasos lógicos premeditados con un fin. No me estoy llevando una caja porque he visto que la voy a necesitar en el siguiente paso, sino porque he tenido que llevármela en una docena de juegos en el pasado.




Más dudas tengo sobre qué grado de culpabilidad tienen los juegos en esto. Por supuesto, sigo encontrándome algún puzle que me obliga a resetear mi cerebro y a restablecer mi planteamiento más analítico, pero cada vez ocurre menos. Puzles de empujar cajas, mover poleas, establecer atajos que te permiten llevar objetos que antes no se te permitían, lanzar rayos que rebotan en espejos o activan interruptores y miles de situaciones parecidas se repiten una y otra vez en cada título que pretende mezclar puzles con algún otro género. Si bien el diseño de juego acaba, muchas veces, por camuflar ciertos problemas para hacer sentir estas partes como algo lo suficientemente fresco, lo cierto es que a día de hoy la mayoría de puzles que encuentro suponen tareas rutinarias que tan solo pausan el ritmo. Suelen esconder detrás carencias en una base jugable que, por sí sola, no es lo suficientemente atractiva como para sustentar el recorrido del juego, tirando de fases de puzles como comodines para dinamizar el trayecto y no porque realmente tengan algo que aportar a la fórmula final.


No me estoy llevando una caja porque he visto que la voy a necesitar en el siguiente paso, sino porque he tenido que llevármela en una docena de juegos en el pasado.


No creo que el haberme dado cuenta de todo esto ahora vaya a cambiar mucho. Creo que voy a seguir resolviendo puzles de una manera mecánica por encima de lógica, solo por mi historial afrontando este tipo de situaciones. Quizá esto haga que alguien se sienta identificado, y los jugadores empecemos a darnos cuenta de que, en la mayoría de ocasiones, no es que seamos superdotados resolviendo puzles en cuestión de segundos, sino simples humanos que reproducen una y otra vez los mismos pasos en busca de una dosis mayor de ingenio.




No hay comentarios :

Publicar un comentario