Más que un simulador de fotografía fotorrealista.
Matt Newell lleva trabajando en Lushfoil Photography Sim alrededor de cuatro años. Annapurna Interactive acabó abrazando el proyecto del australiano, y nos lo presentó en el pasado Annapurna Interactive Showcase. Pronto captó la atención de los espectadores, gracias a un profundo realismo en las imágenes propiciado por el motor Unreal Engine 5 del que hace uso para invitarnos a recorrer este simulador de fotografía pensado tanto para principiantes como para expertos.
¿Dónde quedo yo? Claramente en el nivel principiante, así que desde ya os aviso que el texto que tenéis delante ha de ser considerado desde ese prisma. Lushfoil Photography Sim promete entregar, además de escenarios realistas repartidos por todo el planeta, una cámara DSLR profesional del mundo real con todas -o la mayoría, entiendo- de sus configuraciones: enfoque automático/manual, flash, exposición, contraste, balance de blancos, apertura o disparos en ráfaga entre otros, además de incorporar distintas cámaras que se van desbloqueando conforme vamos avanzando. No vamos a meternos mucho en esto, porque como digo, no gozo de los conocimientos adecuados para hablaros de ello.
La imagen de arriba es la única imagen que os comparto sacada del propio juego, con el objetivo de que veáis parte de la interfaz con las posibilidades de ajustes para la foto. Desde aquí, sabed que todas las imágenes que vienen no son imágenes sacadas del juego como tal, sino aquellas que salen al hacer la foto dentro del juego, exportadas directamente a resolución 4K.
Ya que hemos lanzado el aviso, puedo empezar a contaros cómo está implementado todo este sistema de fotografía. El desarrollo es simple, andas por distintos niveles inspirados en localizaciones reales que abrazan el fotorrealismo y vas sacando todas las fotos que quieras, tocando los ajustes como si fuera una cámara de verdad. Estas fotos se guardan en un álbum dentro del juego, y a la misma vez en una carpeta específica en tu PC, como si fueran fotos reales sacadas de una cámara. Tanta importancia tiene esto, que al salir del juego se te pone a tiro la opción de abrir la carpeta con los archivos locales, con el fin de que las saques de allí y las guardes en otro sitio, o para tentarte a invitar a unos amigos a ver las fotos de un viaje que nunca hiciste.
Más allá del simulador, Matt Newell ha pensado en diversos recursos para llegar más lejos y, de alguna manera, gamificar un poco el asunto. Cada una de estas fotos que vas haciendo en tu álbum te permite saltar a ese lugar concreto, como si fueran puntos de viaje rápido por los mapas. Además, el juego te deja viajar entre localizaciones de manera libre, siempre y cuando las hayas desbloqueado -hay que cumplir ciertos requisitos-. Por último, además de coleccionables y algunos elementos interactivos perdidos por cada nivel -sin contar con las cámaras extra-, Lushfoil Photography Sim invita a hacer un desafío fotográfico en cada zona retratando elementos concretos del escenario. En definitiva, una serie de ideas que pretenden dar un paso más allá, para no dejar el juego como un mero simulador sin ningún tipo de meta.
Sin embargo, que no se nos quite de la cabeza la idea principal del juego, que no es más que la de relajarte en entornos encantadores elegidos minuciosamente y recreados a mano con una música ambiental sobresaliente. En las imágenes que acompañan este artículo tan solo me he limitado a poner dos de ellos, porque creo que parte de la experiencia es descubrir cada una de las siguientes localizaciones. Solo puedo deciros que, aunque la naturaleza predomina siempre en ellas, hay un esfuerzo por ofrecer diferentes escenarios con distintas iluminaciones y situaciones climáticas.
Unreal Engine 5 y sus claroscuros vuelven a ser patentes también aquí. Sé que en las fotos de este análisis la calidad es impactante, pero hay veces en las que sentí que el juego no se veía tan bien. Este juego apuesta por un fotorrealismo obvio, que tiene sentido con sus mecánicas jugables, pero a la misma vez, en movimiento, hay cosas que no se ven tan bien como deberían. Es el caso de todo aquello que se aleje de lo natural, como pequeñas casas y objetos similares. Tampoco lleva bien el tema de los animales, que se dejan oír en numerosas localizaciones pero nunca están ahí, salvo alguna ardilla o animal casual que se cruza en mitad del camino -y desaparece por arte de magia-. Este tipo de situaciones chocan demasiado con el fotorrealismo buscado, y a mí me sacan demasiado de la inmersión. Además, he de decir que tuve serios problemas en mi PC debido al juego, reiniciándoseme solo en situaciones muy concretas -el uso de alguna cámara concreta-. Hice una vigilancia de temperaturas y no hubo nada extraño nunca, pero ocurrió varias veces y, como mínimo, incluso sabedor de que puede que solo me ocurra a mí, me sentía en la obligación de compartirlo en el análisis, especialmente cuando detrás se encuentra el Unreal Engine 5, que no es que esté precisamente exento de problemas.
No soy capaz de otorgar una puntuación como tal a Lushfoil Photography Sim, porque es difícil evaluar un simulador cuando tan solo eres un principiante, pero mi experiencia fue positiva, quitando esos problemas técnicos desquiciantes de más. Como mínimo, las fotos hablan por sí solas, y el cómo está pensado todo el tema de dar importancia a las fotos, junto con los esfuerzos por hacer amena la partida más allá de la simulación, hacen que el juego de Matt Newell, como mínimo, cumpla con su cometido.
Copia de prensa proporcionada por Popagenda.
Cada día un motivo nuevo para no salir de casa.
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