Hola, ¿tienes diez segunditos?
¡2025! ¿Cuáles son vuestros propósitos de año nuevo? Os vais a reír, porque uno de los míos era jugar a los juegos con más calma, saboreando más cada escenario y, en definitiva, bajarme del ritmo frenético de lanzamientos. Pues como quien promete ir al gimnasio la primera semana del año pero lo sustituye por el Roscón de Reyes, a mí me ha caído Mullet MadJack, un juego donde tienes diez segundos para completar cada nivel. ¡Así no se puede!
Noches de cyberpunk y city pop
El estudio Hammer 95 es quien está detrás de esto, y pronto se convirtió en uno de los fenómenos de 2024 tras su salida en mayo. Fue un buen año para los indies, mejor sin duda que 2023, así que Mullet MadJack no ha tenido quizá tanto hueco, pero desde luego no le ha ido mal y a poco que rasquéis os aparecerá en más de una lista de lo más destacado de 2024. Se han comido los turrones en Hammer 95, eso lo tenemos claro, y ya os adelanto que bien merecidos están.
Una introducción de animación nipona noventera nos da la bienvenida, dejando el derrape de Akira a los pocos segundos para solventar cualquier duda sobre sus influencias. Ultraviolencia cyberpunk ambientada en los 90, sí, pero en el de los 2090's, que tiene una mayor definición en las numerosas escenas de inspirado trabajo que nos acompañarán tanto al principio como en los diversos interludios. Akira, Ghost in the Shell, Angel Cop, Silent Möbius... el que queráis, porque lo que evoca el juego es un sentimiento más que una influencia directa. Referencias a la cultura pop y también a los shooters retro, que coronan con una banda sonora de sobresaliente compuesta por Fernando Pepe y Mateus Polati, y que es capaz de mezclar el synthwave más esperable con composiciones que se acercan al city pop japonés.
El TikTok de los FPS
Por su naturaleza en la apuesta -ahora vamos con eso-, uno puede pensar que Mullet MadJack no va de mucho, que la historia es secundaria. En el fondo es así, no nos engañemos, pero acaba siendo mejor de lo que se le pide, con personajes directos pero bien trabajados que despiertan cosas bastante interesantes, dentro de un género que tampoco tiene mucha competencia en cualidades narrativas. Todo esto se asienta sobre una base contextual que parece apoyarse en una base satírica, donde los humanos se han hecho adictos a la dopamina y necesitan de estímulos constantes para seguir vivos. Esta idea se lanza para un futuro lejano, pero yo diría que ya estamos ahí. Mullet MadJack es algo así como el TikTok de los FPS.
Lo que tendremos delante, como canalizador de todo esto, es un evento en directo donde tenemos diez segundos de vida para contentar a los espectadores aniquilando todo lo que se mueva en pantalla, a cambio de que nos den sus likes para incrementar nuestro tiempo de vida. Algo así como la película Perseguido (Paul Michael Glaser, 1987), pero actualizada a los estándares de las redes sociales de hoy en día. Matar a un robot nos otorgará un segundo extra -modificable según la dificultad-, pero hacerlo con estilo o conseguir cadenas de combo nos proporcionará tiempo adicional que utilizaremos para ir escalando todos los pisos de una torre, de un nombre que sonará a más de uno, en rescate de una damisela -influencer- en apuros y, ya de paso, hacernos con unas flamantes zapatillas nuevas.
Así, sales al ruedo y no tienes tiempo de pensar en nada. Te bebes los refrescos que te recargan de vida mientras disparas, de la misma manera que a día de hoy comes unos fideos instantáneos en vaso de camino al trabajo o haces scroll por tu TikTok mientras tu madre te cuenta que han ingresado al abuelo. Todo el rato tendrás en pantalla el móvil en la otra mano, para ver cómo va bajando tu tiempo de vida, en lo que parece una crítica social directa que no creo que esté forzando demasiado.
No se trata de velocidad, se trata de fluir
Si necesitáis unas referencias videojueguiles, sacad la coctelera y meted en ella un poco de Neon White (Angel Matrix, 2022) con Doom Eternal (id Software, 2020) sobre una base de Post-Void (YCJY Games) y el tono de Duke Nukem 3D (3D Realms, 1996), del cual no solo toma un personaje de claras inspiraciones, sino también lo que parece una secuela espiritual de sus icónicas patadas a enemigos congelados. ¿Queréis más cosas icónicas? Si el tiro en la cabeza se os queda corto, disparad a la otra cabeza, a la de la entrepierna, que parece que los robots han heredado más de una función humana.
Cada nivel llevará en torno a 30 segundos, tras los cuales, nos tocará elegir una mejora entre las que se incluyen tanto habilidades pasivas, como cambios de arma, como facilidades a la hora de obtener bonificaciones. Corregidme si me equivoco pero no estamos ante un rogue-like de generación de niveles procedural, sino ante una especie de selección de niveles diseñados a mano donde el enemigo siempre está colocado convenientemente al lado de una trampa. Así, entre usar el dash como un loco y disparar a todo lo que veamos sin mucha cabeza, debemos sacar tiempo para gestionar nuestro comodín, un arma de cuerpo a cuerpo que nos permitirá ejecutar a cualquier enemigo y recuperar entera toda nuestra vida. Mullet MadJack consigue equilibrar la velocidad y el hecho de ser esponjas de balas con esta pequeña mecánica, y dominarla será nuestra única preocupación.
Como podéis intuir, el principal problema del juego no es otro que la falta de efectividad a la hora de avisarte de que vas a morir. Es complicado a veces saber qué pasa, si estás a punto de morir por falta de vida o por falta de tiempo. Acabas aprendiendo a golpes, claro, y la confusión del principio se acaba evaporando para que tu cerebro empiece a trabajar más por la inercia que por otra cosa, pero mecánicamente se nota un poco falto a la hora de gestionar esto. Dicho pronto y mal, lo que te pase no hace que cambies tu forma de jugar en ningún momento.
Otro aspecto que quizá podría mejorar es el endgame. Como hemos dicho, no estamos ante un roguelike, y una vez terminada la historia, cosa que te llevará poco más de una hora, empezarás a ver cómo se van desbloqueando nuevos modos que incluyen un boss rush y, el más destacado, un modo infinito donde te enfrentarás a todos los niveles del juego barajados sin orden concreto. Si bien tenía altos niveles de dopamina, alineándome con el juego, sí que sentí un poco de bajón cuando lo terminé tan pronto, para quedarme con unos modos que convierten a Mullet MadJack en un juego entretenido sin más -que no es poco-, pero al que ya se le ha quitado toda la capa de personalidad que arrojan sus inspirados momentos del modo historia, que merecen la pena tanto en lo visual como en contenido.
Pero no os confundáis, porque Mullet MadJack es un gran compañero de vida que solo os pide cinco gigas de espacio a cambio de llenar pequeños espacios ociosos y otorgaros esa dopamina que el cuerpo os pide, incapaz de estar más de medio segundo mirando una pared haciendo nada. ¿Te pones a instalar un juego? Déjame que mientras me eche un Mullet. ¿Tu cita se ha ido a cagar? Échate mientras un Mullet. ¿Se retrasa el pedido de ramen? Partida rápida al Mullet. ¿Llega la Navidad? Un poco de Mullet MadJack para homenajear al Cascanueces.
Y a seguir haciendo scroll.
Copia de prensa proporcionada por JF Games.
No hay comentarios :
Publicar un comentario