SEA OF STARS ES MÁS QUE UN HOMENAJE - ANÁLISIS

Una de las grandes sorpresas del año, incluso cuando se esperaba con expectación.

Muchos veíamos Sea of Stars como un juego con mucho potencial, pero casi nadie esperaba el gigante que Sabotage Studio (The Messenger) se traía entre manos. Un contendiente a considerar para juego del año, y un ganador virtual de juego independiente del año. No es casualidad que el juego haya superado todas las expectativas en cuanto a ventas, incluso cuando ha salido de lanzamiento tanto en Game Pass como en PlayStation Plus.

"Sea of Stars es un homenaje a una época". Chrono Trigger, Secret of Mana e incluso Golden Sun son los juegos que, junto a esa frase que he entrecomillado, aparecerán en el 95% de los análisis de este Sea of Stars. Muchos de ellos apelan a su capa de nostalgia, que va desde el aspecto gráfico hasta a su banda sonora, pero lo cierto es que creo que se ha sido un poco injusto con el juego en este aspecto, por quedarse cortos. Sea of Stars es un gran juego por méritos propios, y probablemente así te lo parezca sin haber jugado a ninguno de los RPG clásicos sobre los que bebe. Si bien los primeros compases te dejarán en esa corriente de pensamiento, pronto descubrirás que Sea of Stars es mucho más que eso, y se ha ganado un lugar a considerar en el olimpo de los JRPG.

Sabotage Studio ha optado por condensar la experiencia de los RPG clásicos y privarla de todo lo que los hace a día de hoy algo tediosos. Sí, tenemos ante nosotros una estructura de juego de combate por turnos, pero se ha abrazado el QTE y el dinamismo para darle ese extra que vemos en RPGs más livianos como pueden ser los Paper Mario. Eso sí, aunque el juego lanza pronto un mensaje al jugador para evitar que se agobie con la sincronización de estos ataques y defensas que dependen de tus capacidades rítmicas, he de deciros que más os vale aprender a clavarlos porque gran parte del éxito en la batalla radica en ello.

Otra muestra de la simplificación que ha buscado Sabotage Studio la tenemos en la ausencia de objetos más allá de alimentos para cocinar recetas. No existen pociones, ni elixires, ni nada por el estilo. Adiós a inventarios inútiles. Ni tan siquiera se producen cambios de estado, y la muerte se reemplaza por un noqueo del que el jugador vuelve a la vida tras un par de turnos -con giro, pero lo dejaremos así para simplificar-. Por otra parte, en los combates se permite el intercambio de personajes de manera libre, en un sistema que convierte a todos en útiles, tal y como hiciera, por ejemplo, Final Fantasy X y su sistema de cambios sin penalización a mitad del combate.

Pero toda esta simplificación no ha de confundirse con vaguería, porque Sea of Stars se encarga de dejar claras sus aptitudes con un sistema de combate muy original que otorga un carácter muy estratégico a los combates. Cada movimiento y turno ha de pensarse al milímetro, gracias también a una dificultad que a más de uno se le puede hacer cuesta arriba, pero de la que pronto entiendes su funcionamiento. No temas si al principio ves todo complicado de más, como si el juego apretara demasiado para lo que te está ofreciendo, porque pronto empezarás a entender todos los mecanismos que se esconden detrás de un sistema profundo pero a la vez tremendamente adictivo y simple.

La verdad es que hubiera agradecido que Sea of Stars hubiera seguido esa dinámica de accesibilidad en el mapeado, ya que en el momento en el que el conocido como backtracking hace presencia, se hace un tanto tedioso por lo intrincado de algunos mapas, los cuales a su vez son un poco incómodos por culpa del juego de perspectivas y la numerosa cantidad de capas que presenta cada nivel. Lo más recomendable es, sin duda, esperar a los últimos compases para iniciar esta fase de exploración en busca de más contenido y mejor equipo que nos permita afrontar con mayores garantías el tramo final, pero aún así, sí que he sentido Sea of Stars como un juego un tanto del pasado, aumentando un poco artificialmente su duración para aquellos que busquen el completismo.

Sea of Stars es mucho más que un homenaje, y se ha ganado un lugar a considerar en el olimpo de los JRPG.

Una de las claves que marcan la trascendencia de este Sea of Stars es una historia inesperadamente buena, que aunque tiene algún que otro cliché acaba sorprendiendo en varios momentos gracias a un buen trabajo a la hora de cuidar a los personajes. Sea of Stars te va a dar, con casi toda seguridad, algunos de los momentos más emotivos de lo que hemos visto este año, y lo hace desde situaciones un tanto tópicas y predecibles en muchas ocasiones, lo cual le otorga todavía más mérito. Es, sin embargo, bastante decepcionante comprobar que todas sus artes narrativas no están a la altura en la última parte, donde el juego se precipita sobremanera y nos deja un final demasiado insulso para la carga emotiva que hemos ido arrastrando. Existe, tal y como revela el juego, un final adicional que dejará mejor sabor de boca a aquellos que, como yo, queden bastante decepcionados con la resolución en términos de ejecución y presentación, pero creo que Sea of Stars se equivoca demasiado en no otorgar un final que verdaderamente esté a la altura.

No puedo dejar de recomendar Sea of Stars, pero no solo a aquellos que crecimos en la generación de los RPG de las 16 bits, sino a cualquiera que quiera disfrutar de un excelente juego.

Y por aquí, el "análisis en mal", para los que necesitéis un plus.