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30 oct 2022

REMOTHERED: TORMENTED FATHERS - ANÁLISIS


Todavía se puede aportar algo, haciendo más de lo mismo.




Es más complicado catalogar Remothered: Tormented Fathers de lo que parece. Puede que lo de mezclar un juego de terror con jugar al escondite sea algo que hayamos visto muchas veces, pero lo cierto es que no me he topado tantas veces con algo como lo del juego que nos ocupa hoy, y a la misma vez, tampoco se siente como algo original. Podemos hablar de alguna manera de survival horror sin armas/acción, o si lo preferís, una aventura gráfica de mando, porque la estructura de este juego se resume en encontrar objetos a usar en partes del escenario como en cualquier point and click clásico. Otra manera de describirlo es la de un juego de terror de esconderse en armarios pero en tercera persona. De alguna manera, Remothered: Tormented Fathers es a Amnesia: The Dark Descent (Frictional Games, 2010) lo que cualquier FPS es a un third person shooter, es decir, en líneas generales, un mero cambio de perspectiva para un mismo tipo de juego. Por todo esto, no es de extrañar que se nos viniera a la mente Song of Horror (Protocol Games, 2019), un juego que, si bien apostaba por cámaras estáticas, comparte mucho con Remothered: Tormented Fathers.




El estudio italiano Stormind Games nos trae una experiencia principalmente narrativa, con uno de esos entramados telenovelescos que nos deja a veces el género, y que requiere un esfuerzo -quizá demasiado- por mantener la atención. Por fortuna, a diferencia de la mayoría de títulos de este género y de adyacentes que tengan en común cierta falta de presupuesto, Remothered: Tormented Fathers se olvida de recortes de periódico, notas tiradas por la casa y otras fuentes de información para contar su historia, y tiene el buen gusto de incluir cinemáticas que, si bien no son en 2022 una feature como tal, sí que se celebran en estudios independientes de bajo presupuesto, aportando una solución más eficiente que la de contar su historia con grabaciones y anotaciones distribuidas por la casa.


Si bien hay varios detalles desde el comienzo que nos dejan ver una factura técnica modesta, como la pisada de la protagonista o su propia animación de andar, no podemos decir que estemos ante un juego mediocre en lo visual. Se nota especial dedicación a la iluminación y ambientación, aunque he de decir que la escenografía es mejorable. Todo el juego transcurre dentro de una mansión con varias plantas las cuales son difíciles de diferenciar. Falta un esfuerzo por otorgar más personalidad a cada zona, especialmente si consideramos que el juego carece de mapa o de cualquier tipo de indicación acerca de dónde ir. Por desgracia, también tenemos que remarcar una optimización que deja mucho que desear.




Creo que no tiene sentido hablar de si el juego da más miedo o menos miedo, porque es algo tremendamente subjetivo. Si os vale de algo, no vais a encontrar nada diferente a lo que existe en otros juegos de escondite, y tampoco vais a encontrar esos manidos jumpscares que le quitan el posible buen gusto a cualquier obra de inmediato. Sí que sentí una dedicación especial a cuidar la ambientación, especialmente en los compases iniciales -cosa que suele ir de la mano en el género-, y de alguna manera, me llegó el mensaje de que estaba ante un juego hecho con sinceridad, con el mimo suficiente como para no ser un intento vacío de desarrollador barato.




Quedé contento con Remothered: Tormented Fathers, especialmente por conseguir que, haciendo un juego de terror de esconderse en armarios y sofás de los que ya hemos jugado demasiados, lo sintiera como algo diferente. Su secuela goza de críticas más negativas, pero Tormented Fathers ha conseguido, como mínimo, captar mi atención.




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