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8 sept 2022

THE MISSING: J.J. MACFIELD AND THE ISLAND OF MEMORIES - ANÁLISIS


El juego más íntimo de Swery.




Estoy un poco defraudado conmigo mismo por haber tardado tanto tiempo en jugar a The Missing -permitidme abreviar su título-, un juego de Swery -Hidetaka Suehiro- que pasó especialmente desapercibido y que, bajo el nombre de su desarrolladora White Owls Inc, supone un cambio de propuesta y un abrazo a lo indie por parte del irrepetible desarrollador japonés.


Probablemente algunos sabréis que Swery aquí es una religión. Podéis ver los análisis que tenemos hasta la fecha de su trabajo en Deadly Premonition, D4 Dark Dreams Don't Die, Deadly Premonition 2: A Blessing in Disguise y The Good Life, mientras esperamos la llegada del enigmático Hotel Barcelona que está, en teoría, en desarrollo, junto a Goichi Suda y Keiichiro Toyama en lo que parece un proyecto pensado para satisfacer todos mis deseos. Hoy echamos un vistazo al que puede ser el proyecto más íntimo de Swery, que abraza definitivamente la premisa de lo indie tal y como lo conocemos a día de hoy.


Lo cierto es que estamos acostumbrados a obras ambiciosas por parte de Swery, juegos que quedan superados por sus ideas y que no son capaces de plasmar en el gameplay todo el torrente de creatividad del desarrollador japonés. Juegos que, sin duda, escapan a sus posibilidades y que presentan tremendos problemas técnicos que acaban, en mi caso, siendo tapados por una frescura como pocas veces he encontrado en un videojuego. The Missing, por su naturaleza, es un poco lo contrario, y presenta un juego mucho más contenido en las llamadas 2.5D de puzle y plataformas, acercándose al juego indie clásico occidental que a día de hoy anda un poco manido. Sin embargo, como el propio Swery deja ver en sus entrevistas, estamos ante un juego que deseó hacer desde pequeño, y que no hizo antes porque las tres dimensiones se acabaron llevando el trozo del pastel. Con la salida de juegos como Limbo o Inside, mencionados como referencias por el propio Swery en estas entrevistas, vio la oportunidad y el hueco de llevar a cabo su proyecto de juego de plataformas y puzles horizontal que se ha materializado en este The Missing.


Puede que digamos que la esencia de The Missing está un poco manida, pero la realidad es que Swery sigue siendo capaz de echarle personalidad incluso en un género tan pateado. The Missing es un juego sobre la aceptación de uno mismo, y lo traumático que puede ser el proceso para llegar a ello. También es una historia de superación, entre otras muchas cosas, porque el propio Swery ha dejado claro que The Missing es un juego de libre interpretación. En este caso, Swery, que ha demostrado en repetidas ocasiones con sus discursos una posición liberal y empática con el colectivo LGTBIQ+, se ciñe a conceptos tan delicados como la autolesión para retorcerlos y plasmarlos en mecánicas jugables.




Nuestra protagonista, J. J., se encuentra en una especie de limbo en busca de su novia, Emily, que anda desaparecida. De camino, tendrá que solventar puzles que le llevarán a producirse cercenamientos de extremidades con el objetivo de poder progresar. Algunos ejemplos de esto son el amputarse un brazo y utilizar ese brazo para lanzarlo y llegar a objetos fuera de su alcance, quedar reducida a una mera cabeza para poder pasar por conductos de espacio reducido o prenderse fuego para poder quemar enredaderas espinosas que no le permiten pasar. Es especialmente remarcable el trabajo en las animaciones, que llegan a potenciar la sensación desagradable de estos sacrificios, que considero que se alejan de lo morboso y simplemente pretenden no banalizar algo tan importante como son los temas que trata.


The Missing es un juego sobre la aceptación de uno mismo, y lo traumático que puede ser el proceso para llegar a ello.


En lo jugable, no creo que sea necesario profundizar en lo que es un puzle-plataformas a estas alturas de la película. Esperad juegos con físicas, coleccionables que desbloquean más contexto para nuestro personaje, persecuciones plataformeras y más de un cliché del género. Hay que señalar que, aunque he aplaudido las animaciones, se acaban haciendo un tanto lentas de más, repercutiendo en lo jugable más de lo que debería. Peor lugar tienen, sin duda, unos checkpoints infernales colocados al principio de cada zona, y que fácilmente pueden llevarte atrás media hora de partida, y una ausencia alarmante de banda sonora que sólo aparece en la introducción y en los compases finales, creando un silencio incómodo durante toda la parte jugable de difícil justificación.




Si bien The Missing es un juego aceptable, es en su parte final donde consigue un pequeño plus con una resolución bastante acertada. Por alguna razón, los juegos de Swery se sienten tremendamente sinceros, y ha quedado demostrado que no es el éxito comercial lo que parece motivarle. Si bien The Missing se queda en lo anecdótico y no llega a ese estatus de juego de culto que suelen alcanzar sus obras, he encontrado en él mucho más corazón que en otros títulos del género.




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