Inside

Tu instinto está alterado. ¡CORRE! Lo único que sabes desde el momento en el que el joven aparece en la pantalla es que tienes que correr, que tu supervivencia depende de que presiones con todo el énfasis del mundo tu stick hacia la derecha, de que tengas la sangre fría de detenerte en cuanto ves unas linternas salidas del bosque que han salido en tu búsqueda. Ni los guardias, ni los perros, ni las condiciones climáticas han de detenerte. Pronto lo que antes era bosque se torna en cemento y metal. La infraestructura que se abre ante ti te llama, y tú no puedes evitar acudir hacia esa llamada.

Inside es tremendamente fácil de explicar como juego, e increíblemente difícil de hacer llegar lo bueno que es en cuanto a historia. El juego de Playdead es un puzle-plataformas clásico del mundillo indie, lleno de interruptores y cajas a mover para alcanzar superficies inaccesibles. Al contrario que Limbo, Inside goza de puzles bien pensados, aunque tampoco llegan a ser tremendamente ingeniosos, y por fortuna se ha eliminado la fórmula de ensayo y error que sufríamos en Limbo. En Inside moriremos igualmente -además nuevamente muertes muy llamativas- pero lo haremos desde la imprudencia en todo momento.

No, no hay mucho más jugablemente en Inside. Puzles de físicas, agilidad plataformera y poco más. Técnicamente está muy bien, sobre todo en temas de animación -portentosa en varios momentos del juego- e iluminación. Inside es un buen juego, que sería todavía mejor si no hubiéramos jugado a un millón de puzle-plataformas indies. No me malinterpretéis, como juego Inside se come a la mayoría de estos millones de juegos mencionados, pero su efecto se ve algo disipado.

¿Dónde triunfa realmente Inside? En la historia, una historia de la que cualquier mínima mención, doble sentido de palabra o intento de que la viváis puede llevar al más grande de los spoilers. Es absolutamente imposible transmitir con palabras lo que plantea Inside sin arruinar por completo la experiencia a quien lo vaya a jugar. Así que únicamente sabed que hay mucho más de lo que en un principio puedas llegar a atisbar.

Si quieres saber qué hay detrás de Inside, vas a tener que asomarte tú, porque yo no te lo voy a destrozar

Inside no es uno de los juegos del año, pero sí una de las historias del año, ya sólo por diferente. A pesar de que me duró muy poco, ha dejado la huella suficiente.