Deadly Premonition

Bienvenida next gen.

Deadly Premonition fue elegido por Angol en el último ¿A Qué Juego Quieres que Juegue? y de alguna manera aceleró un juego que quería jugar hace muchísimo tiempo. ¿Cómo es posible que estuviera seguro de que me iba a enamorar un juego que ha levantado tantos comentarios negativos? ¿Cómo es posible que no se me pasara en ningún momento por la cabeza la posibilidad de que me decepcionara? ¿Acaso vi algún tipo de señal en el café mañanero? ¿No te parece increíble, Zack?

Es un juego malo. En serio, lo es. Su jugabilidad es lamentable en todos sus aspectos y por mil cosas en general parece un juego de Playstation 2. El FX, las animaciones, los escenarios y todo lo que tenga que ver con visualizar Deadly Premonition durante, digamos, unos quince minutos es directamente lamentable. La historia, como ya veis venir, es uno de sus puntos fuertes, pero ni siquiera es sobresaliente como para remontar un juego del que he dicho todas esas cosas.

No hay un juego que se parezca a Deadly Premonition, y probablemente no lo habrá. Su estructura es casi sacada del futuro. Cuando la gente habla de next gen todavía hablamos de potencia gráfica, de calidad visual y todo lo demás importa tres narices. Para mí, Deadly Premonition es un juego que no podía imaginar en el presente, por lo que cuando pienso en una nueva next gen pienso en algo así.

Deadly Premonition ocurre en una pequeña localidad llamada Greenvale. Un pueblecito lleno de gente amable cuya rutina se ve interrumpida por un brutal asesinato. Francis York Morgan acude como agente del FBI a intentar resolver un caso que se queda pequeño para las autoridades locales. Pronto, conoceremos a una gran cantidad de habitantes en el pueblo, y jugaremos a ser detectives interrogando a todos aquellos personajes con los que podemos interactuar.

La personalidad de Greenvale es tal que acabas conociéndotela como la palma de tu mano. Acabarás por no tener ni que mirar el mapa para orientarte, lo cual es bueno porque la navegación por el mismo también es lamentable. Greenvale es única, y cada uno de sus habitantes también. Así, tan sólo se me puede venir a la cabeza un juego como Shenmue, pero Deadly Premonition es un paso más allá. Una ciudad viva, donde cada ciudadano tiene su propia vida. Puedes dedicarte a seguir a los personajes y comprobar como interactúan con otros y hacen cosas diferentes en distintos días. Puedes acudir y asomarte por la ventana de la casa de un sospechoso para ver qué está haciendo en ese momento concreto, o puedes llegar y que no haya nadie si lo haces en un día distinto. Todos tienen su vida propia, aunque sea una vida preprogramada. Esto quiere decir que no hay nada de aleatorio en el comportamiento de los ciudadanos. Todos están programados, y sus itinerarios, aunque variados en una misma partida, serán los mismos ante el inicio de una nueva partida, lo cual nos da una idea de la cantidad de trabajo que ha tenido el juego (probablemente en detrimento de la calidad final del juego como tal).

Para sustentar esta estructura, el juego se divide en horas del día. Las tiendas tienen sus horarios, y las rutinas de los personajes se respetan en función de cada situación. Francis York Morgan también es parte de esa rutina, y deberemos integrarnos en la vida de Greenvale si queremos acabar con éxito nuestra investigación. Levantarse por la mañana, afeitarse y cambiarnos de ropa para que el FBI no nos multe por mala presencia, tomar nuestro café que nos dé un indicio de a dónde tenemos que ir hoy, acudir al almuerzo a la comisaría y pasar un tiempo con todos nuestros compañeros... Entrar en la rutina de Greenvale es parte del juego.

Estamos ante un pseudosurvival horror (la acción se desarrolla en plan Resident Evil 4) en un entorno sandbox. Las misiones secundarias aparecerán en determinados momentos, y será nuestro deber ir a por ellas en lugar de tener una flechita luminosa apuntándonos a nuestro siguiente objetivo. De hecho eso tampoco nos servirá siempre, y es que cada personaje necesita su momento del día para dedicarlo a ti y otorgarte esa misión secundaria que muchas veces nos cuesta tanto desbloquear. Contamos con una guía de misiones secundarias en el propio menú pero nos tocará repetir más de un capítulo si queremos el 100 %.

La historia es al principio magnífica, pero luego va bajando un poco el nivel en la parte final. La culpa es que todo se ve venir demasiado, y se dan demasiadas pistas al jugador sobre por dónde van las cosas. Además, la lista de sospechosos se va reduciendo, y al final no hay demasiadas posibilidades como para sorprenderse. Tiene suficientes giros y desde luego no es una historia típica, pero da la sensación de que podría haberse llevado todavía mejor. Eso sí, la cosa es muy cinematográfica y las continuas referencias a diversas películas conectan todavía mejor con el jugador. Con toda esta mezcla de investigación federal y slasher deambulando por un pueblecito a lo Twin Peaks, florece un peculiar sentido del humor basado en la propia excentricidad del personaje principal. Un Francis York Morgan que tiene tanto carisma que acompañarle por su larga estancia en Greenvale es un auténtico placer.

Podría dedicar párrafos y párrafos intentando explicar la razón de que un juego tan malo sea tan único y diferente. Es como si fuera un juego de Suda51, de estos que se regocijan en su propia rareza. Una joya incomprendida que desde ya está entre las mejores vivencias videojueguiles que he tenido, o por lo menos entre las más distintas.