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24 sept 2022

IT TAKES TWO - REFLEXIÓN SOBRE LOS MULTIJUGADOR - ANÁLISIS


Reflexionamos sobre las experiencias cooperativas en el análisis de It Takes Two, uno de los juegos más aclamados de 2021.




Jose Fares es una de esas rockstar que andan sueltas por el mundo de los videojuegos. Su creatividad, unida a una aplastante personalidad y a una constante adoración por el desarrollo de videojuegos como arte creativo que le permite explotar todas sus ideas sin limitaciones al contrario que en la industria del cine, de donde procede, le han convertido en una de las figuras más relevantes de los últimos tiempos. Desde su aparición con Brothers: A Tale of Two Sons (2013, Starbreeze Studios) y su confirmación con A Way Out (Hazelight Studios, 2018) en su nuevo estudio apadrinado por Electronic Arts, Fares parece haber encontrado su sitio ofreciendo experiencias cooperativas de sofá y llevándolas a algo que va más allá de una mera pantalla partida.




"Si te aburres jugando It Takes Two, te doy 1000$", aseguraba Fares en una de sus entrevistas, en una mezcla entre arrogancia y orgullo que causó ciertas interpretaciones negativas de lo que parecía ser puro marketing. Quizá lo fuera, pero lo cierto es que ahora, a toro pasado, creo que prácticamente cualquier persona que se haya puesto a los mandos de It Takes Two podría reproducir esa frase sin matiz alguno. Y es que It Takes Two es, esencialmente, un juego divertido, que explota definitivamente por la apuesta cooperativa para generar sinergias que multipliquen todavía más todas sus virtudes. Todos sabemos que cualquier juego multijugador gana con amigos, y lo que en verdad estás valorando no suele ser el videojuego en sí, sino el tiempo de calidad que pasas con esas personas. It Takes Two y su naturaleza de pantalla partida y en persona, apela directamente a eso, y lo mete dentro de una coctelera con una historia y una duración impropias de este nicho.


El principal acierto de It Takes Two es no ser un juego casual, y que esto no se interprete con un tono negativo hacia dichos juegos. Los juegos cooperativos, y especialmente los que son de sofá, apuestan por experiencias tremendamente divertidas pero casi anecdóticas, que podríamos englobar en los conocidos como party-games. Juegos sin suda disfrutables, pero que vienen a llenar huecos determinados en el tiempo. Juegos que no se juegan porque realmente se quiera, sino porque implican un evento social donde "toca jugarlos". Otros juegos multijugador, en cambio, se sienten más como modos adicionales, complementos para experiencias para un jugador o simplemente juegos que se podrían jugar en la soledad de tu casa y que no implican en ningún momento una vinculación humana con el otro jugador que está apuntándote con un rifle de francotirador desde un tejado mientras se bebe un refresco en calzoncillos en un barrio marginal de Estambul.


Hay algo más en It Takes Two que todo esto. Hay algo mucho más allá de no tener competencia en su campo, por ser un género arriesgado con implicaciones económicas poco atractivas para distribuidoras, y la prueba la tenemos en el anterior título de Hazelight Studios. A Way Out ofrecía ya esa experiencia intensa, que se tomaba en serio lo de ser un juego cooperativo. Quizá fue ese el fallo de A Way Out, y teniendo en cuenta las declaraciones que antes comentábamos de Fares, probablemente él también lo sienta así. A Way Out probablemente se pasó de intenso con una historia y un desarrollo de personajes muy marcado, mientras que It Takes Two es un sandbox, un lugar donde pasar grandes ratos a tu ritmo, disfrutando de cada uno de los juguetes que se han incluido a lo largo de todos los niveles. Puedo asegurar casi a ciencia cierta, que It Takes Two es el juego donde probablemente me he parado más en cada detalle, y donde he estado sesiones enteras sin avanzar disfrutando de todos los juguetes y minijuegos que hay en tu pantalla. It Takes Two es algo así como ir a una juguetería, quedarte encerrado, y poder pasar la noche entera abriendo todo lo que hay en ella.




Pero que toda esta sensación de apostar por una diversión inmediata por medio de estímulos muy marcados que apelan a nuestra infancia, no dé la impresión de que It Takes Two no es un juego redondo en todo lo demás. Hay partes verdaderamente épicas y rápidas que aumentan la intensidad por momentos y que consiguen el equilibrio perfecto entre la linealidad y los espacios abiertos. Numerosas mecánicas jugables unidas a cada uno de los niveles que retuercen e innovan en la forma en la que se viven los juegos multijugador. Diseños sobresalientes sobre gráficos que exceden lo que se le pide en un apartado artístico que mostraba dudas en sus primeros trailers pero que pronto robó el corazón de todos. En definitiva, It Takes Two es un juego al que no se le puede decir nada malo por mucho que lo intentes.




Renovándose casi a cada paso, el único enemigo que puede tener It Takes Two es lo siguiente que pueda hacer Josef Fares en estado de gracia. Puede que no llegue al extremo de deciros que si os aburrís con It Takes Two os voy a dar 1000$, pero sí que os puedo decir que, si os aburrís con It Takes Two, es que probablemente no lo estáis jugando con la persona adecuada.




2 comentarios :

  1. Aún recuerdo cuando comencé a jugar a la consola con el enano... era un supermario... me empujaba cuando tenía ocasión. Tenía especial predilección por tirarme a la lava (no se ni cómo llegamos al primer castillo)

    Hoy en día ha mejorado con los controles, pero eso no evita que de vez en cuando quiera hacerme la jugarreta.

    Estoy segura que con este juego me lo pasaría bien con mi enanito, aunque me lo imagino empujándome constantemente XD

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