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26 sept 2022

LAST DAY OF JUNE - ANÁLISIS


Análisis de Last Day of June, una aventura narrativa con tintes de puzle sobre la aceptación de la vida y la muerte, que acaba siendo más especial de lo que estas palabras tan manidas os están transmitiendo.




El estudio italiano Ovosonico nos trajo en 2017 Last Day of June, un proyecto que tiene detrás a nombres como Massimo Guarini (Murasaki Baby, Shadows of the Damned), Steven Wilson (galardonado músico y productor) o Jess Cope (animador de Frankenweenie), que destaca de primeras por su apuesta visual marcada por un diseño pictoricista que entremezcla sensaciones del stop motion con técnicas de acuarela. Es sin duda este apartado visual lo que más destaca de Last Day of June, sintiéndose todavía a día de hoy, cinco años después, como un juego diferente en un mercado saturado de producciones independientes que apuestan por llamativas experiencias visuales para subsanar otros aspectos jugables. Ovosonico consigue esa personalidad y profundidad artística que se deja entrever en las imágenes, pero siempre al servicio de una historia que, si bien no está a la altura por rozar lo cliché, es lo suficientemente interesante como para merecer la pena.




Es difícil catalogar este tipo de juego tan cinemático, pero supongo que podemos decir que Last Day of June es un juego de puzle, donde nuestra función será alterar el orden de los acontecimientos para evitar una tragedia, peleando así cara a cara con el destino mediante el control de los diversos personajes que componen la pequeña villa familiar en lo que es un único mapa a nuestro disposición. A través de dichos habitantes, viviremos un puñado de destinos y universos posibles y paralelos en busca del que no termine con el final trágico que se nos presenta al principio de la partida.


Entiendo, y a mí me pasó, que puede sonar vertiginoso este concepto de universos paralelos donde cambiar una mera cosa implica cambios en el resto de universos, pero lo cierto es que, si algo tengo que destacar de Last Day of June, es lo recogido y bien guiado que está todo, proporcionando una experiencia cortita de tres horas más lineal de lo que a priori pueda parecer.




Last Day of June no es una experiencia inolvidable por culpa de la sobrepresencia de títulos de este tipo, pero está bastante por encima de la media con respecto a lo que solemos encontrar.




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