Todos tenemos nuestro GOTY personal, ese juego que nos parece el mejor del año y que suele tener cierta repercusión a nivel de industria como para haberse hecho un hueco en el olimpo de los videojuegos. Sin embargo, si nos paramos a pensar, cuando echamos la vista atrás a otros años, muchas veces ni siquiera somos capaces de recordar cuál fue nuestro GOTY.
Hoy, nace una nueva categoría especial en los Premios El BloJ, ya que vamos a echar un vistazo a los juegos que han definido mi año, que no tienen tanto que ver con ser el mejor juego del año. Esto puede parecer una incoherencia, pero la realidad es que cuando piense en 2025 voy a tener recuerdos ligados a todos estos juegos que vienen a continuación, ya sea porque me han aportado algo que ha calado en mí de una manera especial, o simplemente porque llevan de la mano situaciones y contextos únicos.
Recordad que tenéis también el resto de especiales alrededor de los Premios El BloJ 2025.
EFOOTBALL
(Konami)
eFootball lleva muchos años entre nosotros, y yo concretamente volví a él hace un par de ellos para encontrarme un juego bastante mejor de lo que podía esperar. Para la historia quedan mis pachangas de fin de semana nocturnas cooperativas con Nassack, a quien mando un saludo y aprovecho para pedirle perdón por todos esos disgustos que le he venido dando a la hora de darle malos pases o dejar al equipo entero vendido por intentar algún regate.
En cualquier caso, como digo, este no es el año donde he (hemos) empezado a jugar, y no está aquí por ello, aunque su gran parte de culpa tiene. La razón por la que queda unido inevitablemente a mi 2025 fue porque me convertí en el flamante ganador del torneo de la liga Chiclana, gestado en la comunidad de Chiclana & Friends. Con el nivel que había, ganar dicho torneo fue uno de esos momentos que me acompañarán para mucho tiempo. Si bien el título parece que es lo que celebro, también guardo un profundo cariño a todo el mundo que jugó conmigo incluso fuera de torneo, en aquellos amistosos donde todos ajustábamos nuestros equipos.
(Rebellion)
Estamos ante el vivo ejemplo de lo que es esta categoría tan especial. Atomfall no ha optado a premio al mejor juego del año, y sin embargo, tengo claro que cuando piense en 2025 voy a pensar en él. De hecho, han pasado un montón de meses y creo que es el juego del que más me acuerdo. Tenía cero expectativas con él, lo empecé un poco por empezar, y acabó entregándome algo mucho más valioso que un entretenimiento: una nueva forma de jugar.
Cuando decidí dejarme la lista de los recados de lado y empezar a rolear a mi aire, Atomfall me aportó más que la inmensa mayoría de juegos de este año. Me dio la mano, y me permitió disfrutar de un mundo abierto donde podía hacer realmente lo que quisiera y, sobre todo, dejar de hacer todo lo que me diera más pereza. Sentí que me estaba vacunando del género, que podría volver a sagas como Fallout bajo esta nueva premisa, pero todo se torció cuando me metí en The Outer Worlds 2 para descubrir que no funcionaba todo tan bien en según qué juegos, y que Atomfall tenía mucho más mérito del que le di creyendo que era casi todo cosa de mi predisposición. Como no quiero repetirme mucho más, podéis ver el vídeo que le hice en su momento, donde explico todo este replanteamiento en profundidad.
(Sony Computer Entertainment Japan)
Ico también es un buen ejemplo de lo que es esta sección tan especial dentro de los Premios El BloJ, porque define algo que, intuyo, se va a repetir en los años posteriores, si es que sigo con vida. Ico es un juego que jugué a consecuencia de algo importante, que marca el principio de una nueva etapa. Semejante título merecía tal privilegio, y la razón por la que está aquí no es más que para recordar, en algún momento, que volví a Ico en 2025, y eso siempre es memorable.
SHIN CHAN: NEVADO EN CARBÓNPOLIS
(h.a.n.d., Inc.)
En una condición similar a la de Ico, este Shin Chan: Nevado en Carbónpolis no está aquí por haberme enseñado algo, sino por haber sido jugado en un momento muy concreto, funcionando como acompañante. De hecho, he de confesar que toda esta nueva sección dentro de los Premios El BloJ que pretende dar mérito a aquellos juegos que no son GOTY, pero que han acabado definiendo mi año, viene porque pasó algo parecido cuando jugué a Shin Chan: Mi Verano con el Profesor, al darme cuenta, ya tiempo después, que cuando pensaba en 2023 no recordaba a qué juego le había dado el GOTY, pero sí recordaba que fue el año donde jugamos, en pareja, Shin Chan: Mi Verano con el Profesor.
Ha dado la casualidad que su secuela, este Shin Chan: Nevado en Carbónpolis, ha sido de nuevo compañero en momentos determinantes y, por ello, queda inevitablemente anclado a mi 2025.
(Dogubomb)
Lo dije en su análisis de manera literal: "Otro se llevará el GOTY, pero (Blue Prince) va a ganar algo que es todavía más importante, porque cuando piense en mi vida, dentro de unos años, 2025 habrá sido el año en el que jugamos juntos a Blue Prince".
Jugar Blue Prince ha sido una experiencia única, y sí, cuatro ojos ven más que dos, y dos cerebros piensan más que uno, pero aquí, ni todos los cerebros juntos son capaces de desentramar la totalidad del juego de Dogubomb. Incluso cuando hay una parte agria en el recuerdo, porque Blue Prince no mide sus límites, no puedo dejar de sentir cariño por un juego que nos dio tanto durante tanto tiempo. Nuestra libreta llena de códigos y teorías imposibles, muchas de ellas todavía sin descartarse, e incluso las horas de sueño robadas, son una fiel representación de mi 2025. Si algo me ha enseñado Blue Prince es que ni siquiera tienes que ser perfecto para dejar una huella imborrable.
Recordad que tenéis también el resto de especiales alrededor de los Premios El BloJ 2025.






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