Acompañadme en esta bonita historia de redención.
Hace no demasiado, os hablaba de cómo se me habían apelotonado una tonelada de juegos en lo que fue un fallo de previsión grande por mi parte. Si bien algunos de los juegos en esa lista han caído, como habéis podido comprobar en más de un análisis ya publicado, lo cierto es que estoy lejos de tener hueco para nuevas incorporaciones. Cometí, entonces, un error imperdonable: jugar a la demo de Stellar Blade. Un juego que no me decía nada hace varios meses, y que, tras probar la demo, se convirtió en un bien de primera necesidad. Quizá un poco Souls de más en mi mente, saqué de mi radar un juego que en su demo me dejó claro, a pesar de que existe todavía debate, que estamos ante un hack & slash por encima de la estructura de un Souls. Un H&S no por el pelazo de la protagonista, EVE, que tiene de todo menos caspa, sino porque, sí, aquí golpeamos con cuadrado y triángulo y eso es un factor psicológico irrebatible, pero también porque todas las mecánicas que se van incorporando lo hacen en base a ese género.
Pero no estamos para debatir hoy sobre qué es Stellar Blade, como tampoco estamos para profundizar sobre el elefante en la cacharrería: los atributos físicos de la protagonista. Os diría algo al respecto, pero sinceramente, todavía siento que no tengo una opinión formada sobre ello, por lo que podéis esperar algo más en el análisis final. Sí que puedo decir que noto ausencia de carisma en EVE, pero lo que es el diseño visual del mundo y de personajes, sobre todo secundarios, me está entrando bastante bien.
En cualquier caso, hoy estamos, más bien, para que os cuente cómo ha sido mi toma de contacto con Stellar Blade, y cómo las sensaciones tan positivas de aquella demo se han prolongado, hasta el punto de aparcar todos los titulazos que tengo entre manos para dedicar toda mi actividad videojueguil al nuevo exclusivo de PlayStation 5. Antes de lanzar unas pinceladas sobre Stellar Blade, para que os hagáis una mejor idea, os comunico que llevo unas seis horas de juego, y que he llegado a Xion, la ciudad central donde parece que se va a ir desarrollando la historia y el reparto de misiones principales y secundarias.
Se está hablando mucho de Nier Automata (PlatinumGames, 2016) como principal fuente de inspiración, y no voy a ser yo el que venga a sentir lo contrario. También es impensable no mencionar Bayonetta (PlatinumGames, 2009), por razones obvias, pero me gustaría añadir que, tal y como ya sentí en la demo, se me viene a la cabeza muchas veces Darksiders III (Gunfire Games, 2018), un juego que considero incomprendido y con el que veo similitudes en Stellar Blade, ya sea por esas gotas de Souls que todo lo impregnaban ya por entonces, o por esa sensación de recorrer escenarios y ambientaciones parecidos. Tomes las referencias que tomes, si bien considero que es pronto para pronunciarme, creo que hay algo más en Stellar Blade que "la suma de varias partes" que se ha ido diciendo a la hora de hablar de él como si se tratara de un Frankenstein sin mucho que aportar.
Creo que, si tuviera que definir ahora mismo Stellar Blade con una palabra, se me viene a la mente "contundente". Los golpes se sienten directos, acercándolo más a un juego de asestar cuatro espadazos bien dados en lugar de sucesiones de golpes más complejas. Si queréis un símil, Stellar Blade es más Ryu que Ken. Además, esto nos quita uno de los principales problemas de este género: el machacabotones, eliminando su presencia con cadenas de combos simples -creo que el más largo consta de cinco golpes, por el momento- que ganan en intuición por perseguir patrones reconocibles lógicos. Además, los efectos sonoros y visuales, junto a las vibraciones del DualSense, enfatizan estas sensaciones de contundencia. Lo mismo para recibir los golpes, que provienen de criaturas en su mayoría muy rocosas, dando sensación de estar luchando siempre ante moles duras. Eso sí, el combate luce mucho más en combates uno contra uno, perdiendo precisión cuando se agrupan un par de enemigos.
Hablando de escenarios, tengo miedo de deciros cualquier cosa porque he llegado justo al punto donde todo ha cambiado. Por el momento, escenarios de tamaño normal, lo suficientemente pequeños para no necesitar de mapa, y lo suficientemente grandes como para ir desbloqueando atajos y fomentar la exploración. División más cercana a niveles que a una estructura unificada... hasta ahora, porque como digo, tras deambular por las calles de Xion he accedido a la siguiente zona que se ha hecho bastante más abierta y que me ha proporcionado un mapa, junto a una pequeña lista de misiones secundarias. Desconozco si la tónica ahora va a ser esa, o si va a volver a la estructura un tanto más lineal en algún momento.
Pensándolo, y jugando a mirar al futuro, la sensación que me queda es que me quedé con ganas de más en la demo, y que el juego me va a dejar también con ganas de más, cosa que es buena señal. Me gusta mucho luchar en Stellar Blade, necesito un coliseo, unas arenas de batalla, algo donde descargar toda la adrenalina de un sistema de combate contundente y masterizable sin requerir media vida para ello y que, dicho sea de paso, también me ponga un poquito más a prueba. De todas formas, todavía queda camino para que me apriete un poco más, al igual que también queda camino para que lo exprima tanto como para no encontrar en él mucho más.
Ya sabéis que aquí el nivel de exigencia es muy elevado, y que no me cuesta nada ser duro con cualquier videojuego, pero no encuentro, ahora mismo, nada que no me haga pensar que voy a echar un gran número de horas en Stellar Blade. Algo estará haciendo bien cuando no tenía interés en él y captó toda mi atención con la demo, manteniendo sensaciones en lo que llevo de juego final, y algo estará haciendo bien también cuando ha conseguido que deje en pausa The Last of Us Part II Remastered o Final Fantasy VII Rebirth. Palabras mayores, aunque, no nos engañemos, no les va a superar.
Seguiremos informando, pero mientras tanto, podéis seguir mi progreso en todos los mundos extra por donde se mueve El BloJ, desde algún directo en el canal de Twitch -ya han caído un par-, algún clip tanto en YouTube como en el recién estrenado TikTok destinado a trocitos de juegos que me van enamorando, o hasta el propio Twitter, donde voy haciendo apuntes sobre mis partidas. Si preferís algo menos dinámico, siempre podéis aguardar hasta el análisis final de Stellar Blade, que llegará a su debido tiempo.
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