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6 feb 2023

HI-FI RUSH - EL GOTY TEMPRANERO DE 2023


Llega enero y nos clavan por sorpresa el que, casi con toda seguridad, va a ser mi juego favorito de 2023.




Tango Gameworks (The Evil Within, Ghostwire: Tokyo) lanzó por sorpresa en el pasado Xbox and Bethesda Developer_Direct este Hi-Fi Rush que nos ocupa hoy. Una jugada maestra que pretendía aprovechar el subidón de haber visto el trailer al momento y utilizarlo como arma a favor, mientras que esquivaba la difícil tarea de cumplir con las expectativas. Un juego que consiguió evitar, dentro de todo lo posible en los tiempos en los que estamos, las filtraciones y rumores para otorgarnos una sorpresa de las que hacía tiempo no nos llevábamos en la industria, la cual tiende a la programación y plantilla y a la filtración falsa para generar el trending topic de turno horas antes de cada evento para atraer a un mayor número de espectadores.


Este caldo de cultivo no tiene nada que ver con que Hi-Fi Rush vaya a estar incontestablemente entre los mejores juegos de 2023.




Lo cierto es que ya empieza a sonar como un meme, pero Hi-Fi Rush no hubiera sido posible sin Game Pass. O mejor dicho, Hi-Fi Rush no hubiera sido posible sin lo que implica Game Pass, porque no, ese mantra de que algunos juegos que aparecen en el sistema de suscripción de Xbox, normalmente pequeños y con un tono indie o proyectos de grandes compañías pero dirigidos a nichos no es lo que tenemos aquí. En este caso, el "no sería posible sin Game Pass" se aplica a su modelo de lanzamiento, a esas palabras memorables de John Johanas -director del proyecto- tras el fin de su presentación donde nos anunciaba que "podéis jugar a Hi-Fi Rush al término de esta presentación, y no, no a una demo, sino al juego entero", en un bombazo debajo del asiento de los espectadores que eliminó toda atención al evento en detrimento de actualizar Game Pass para ver cuándo aparecía el juego para instalar. En este caso, sin tener que depender de unas ventas directas del juego -que también salió en plataformas como Steam al momento para su compra-, Hi-Fi Rush no solo estaba ya disponible, sino que estaba a mano sin tener que hacer un desembolso económico aprovechando la coyuntura inseparable que tiene Xbox con su exitoso sistema Game Pass.


Hi-Fi Rush es ese regalo de reyes de fuera de la carta que te regala alguien que te conoce muy bien.


En un contexto inmejorable, con una fórmula de lanzamiento que creo que recordaré durante muchos años y que si bien queremos que se repita en más ocasiones dudo que vuelva a tener un impacto tan grande, Hi-Fi Rush me demostró ya en su primera hora que era mucho más que un interesante juego que mirara a un nicho como es el de los juegos rítmicos o musicales. Hace no mucho tuvimos uno de los destacados de 2022, Metal: Hellsinger (The Outsiders, 2022), en una fórmula muy similar pero con distintas implicaciones jugables. Aquél, un FPS rítmico. Hi-Fi Rush, un hack and slash rítmico. Su forma de lanzamiento también parecía mirar un poco más a un juego de importancia algo menor. Todo esto, unido como digo a la eliminación de expectativas generadas durante meses, lleva a que cualquier análisis sea incapaz de separar Hi-Fi Rush de la palabra "sorpresa".


Realmente, todos los hack and slash son juegos de alguna manera rítmicos. Las sucesiones de combos de Bayonetta (Platinum Games, 2009) o el baile de parrys de juegos como Sekiro: Shadows Die Twice (FromSoftware, 2019), convierten este género en pequeñas coreografías marcadas por unos compases donde podemos meter las combinaciones que queramos. Hi-Fi Rush marca estos compases con una sencilla premisa, y convierte la X e Y del mando de Xbox en negras y blancas de un compás sempiterno que no solo acompañará el ritmo de nuestros golpes sino también los de los enemigos, llevando a situaciones tremendamente intuitivas a la hora de hacer parry o elegir esquivar cada uno de los ataques. Esto no solo se aplica al aspecto jugable, sino también a toda la movilidad del escenario, plataformas y, si me apuras, forma en la que te mueves por los menús. Las sensaciones jugables son las de los grandes juegos del género, y no en vano tiene detrás a Masaaki Yamada, que diseñó juegos tan importantes de la época dorada de Platinum Games, como Bayonetta o Vanquish. Creedme, no tiene nada que envidiarle al resto, especialmente cuando entra en juego la variable de creatividad.


Esto de seguir el ritmo no es un gimmick, pero tampoco es imprescindible tener un sentido del ritmo privilegiado salvo que vayas a niveles de dificultad más elevados, cosa que recomiendo para darle ese punto de exigencia que te lleve a jugar mejor y a dominar, de verdad, uno de los sistemas de combate más finos que he visto dentro del género, y al que solo le puedo echar en falta un mejor control de cámara -prescinde de fijación de objetivo- que ayude con la gestión de los enemigos, los cuales más de una vez te golpearán desde fuera de pantalla. Pronto aprenderás que esto se gestiona más con el sonido que con lo visual, pero esto no implica que no piense que se podía haber hecho un poco mejor en este aspecto.

 

Porque el ritmo de Hi-Fi Rush es contagioso. No en vano, Chai, nuestro carismático protagonista, anda al ritmo de la música mientras lo va acompañando con el chasquido de dedos reflejando el 4:4 musical y la pisada marcando cada mitad de ese compás. Saltar en el golpe del compás y desplazarme a su velocidad, fue algo que me nació al instante a pesar de que el juego no lo requiere en ningún momento. Quizá también, de cara a una futura secuela a la que espero se le dé luz verde pronto, habría que mejorar la parte de plataformas. Es satisfactoria, pero no está a la altura de lo demás ya que no parece aprovechar tanto su temática musical.




La exploración, por el contrario, si que me dejó con muy buen sabor de boca gracias a un diseño de niveles generoso, de esos que te muestran los rincones ocultos con mucha sutileza y que premia más la atención a lo que está pasando que el buscar el rincón por inercia. También señalar que es uno de esos juegos que te invitan a una primera partida entera sin preocuparte mucho de sus extras, ya que tiene partes a las que no puedes acceder en algunos niveles y que serán futuros desafíos a los que volver una vez completado el juego en busca de un 100%, en un post-game que sacia algo que se pide a gritos: un modo arena en forma de torre donde podemos luchar hasta que nos exploten las manos. Esto, junto a su historia que trataremos a continuación, no es más que la confirmación de que el sistema de combate es excelente. Quiero decir, con todo lo bueno que tiene Hi-Fi Rush rodeando a sus sistema jugable, con todo lo interesante de la exploración e historia, deseaba siempre que empezaran combates, deseaba hordas de enemigos infinitas para no romper nunca el nirvana musical al que te transporta Hi-Fi Rush.


La historia no es de sobresaliente, pero sí de notable alto, y no por incluir giros o una enorme inspiración, sino por hacer las cosas simples y, sobre todo, alegres. Su tono de serie de animación para pre-adolescentes con un humor blanco, una animación, esto sí, sobresaliente y unida a un ritmo frenético en todo momento, junto al diseño que de primeras parece cliché pero acaba demostrando una personalidad única, evocando a algunas partes de Sunset Overdrive (Insomniac Games, 2014)le dan la categoría de juego alegre, que derrocha felicidad por todos lados ya desde su propia estrategia de lanzamiento que tantas veces he mencionado. Porque parece una broma, pero leer que "es un juego alegre" es algo que se lee muy poco en el mundo de los videojuegos.




Este diseño que mencionaba parece querer aunar lo mejor del diseño jugable japonés con una presentación más occidentalizada. Un producto nipón, pero tremendamente exportable con visión comercial mundial. Muchos pensamos que Japón se pasa de umbilical a veces, y parece diseñar sus juegos dentro de una caja negra opaca a la que el resto del mundo se nos invita a mirar como curiosos más que como partícipes. Su simpleza de propuesta en historia y sus personajes inesperadamente carismáticos a los cuales, por una vez en este tipo de juegos, me importaba lo que les pasara, confirman esta alegría que mencionaba, esa sensación de que Tango Gameworks quiere que te lo pases bien.


Ni siquiera necesitamos hablar de una banda sonora que me dejó boquiabierto cuando anunció su lista de canciones licenciadas. Apuestas seguras como The Black Keys, Nine Inch Nails o The Prodigy, que compartían "escenario" con bandas como Number Girl, capitales en el noise rock japonés, enfatizando esa conexión entre oriente y occidente. Estas canciones licenciadas acompañan finales de capítulo principalmente, mientras que las composiciones propias de Shuichi Kobori marcarán el avance por los niveles -o el juego completo si optamos por el modo para streamers-, pero, aunque fueran un reclamo del trailer, Hi-Fi Rush sería igual de bueno sin el apoyo de estos grandes nombres.


Hi-Fi Rush es uno entre un millón, por sí mismo, y por el plus que implica su contexto. Es sobre todo ilusión dentro de un juego sobresaliente, una razón por la que sigo jugando a videojuegos. Hi-Fi Rush es ese regalo de reyes de fuera de la carta que te regala alguien que te conoce muy bien.




4 comentarios :

  1. Me gustaría probarlo, pero no ha salido versión old gen, cuando tenga la series ya lo jugare

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    1. A las malas si tienes Game Pass todavía puedes probar con la nube, aunque el tema del ritmo y tal... no sé yo si es la mejor opción cuando necesitas precisión extrema.

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  2. Pues la verdad es que probé el metal hellsinger en la nube y me dio buenas sensaciones, pero el caso es que no tengo gamepass porque ya tengo un backlog bastante abrumador solo con lo que tengo comprado, así que estoy intentando reducirlo. Luego siempre tengo la opción de pillar 1 mes por un euro y probar el hifi Rush si me entran muchas ganas (y luego el Monkey Island, y el Psycho nauts 2 y el shredders revenge y el...)

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