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26 oct 2022

METAL: HELLSINGER - ANÁLISIS


Una increíble idea que con el empujón de Game Pass ha llegado a más gente, pero que ya habíamos visto antes.




The Outsiders, el estudio afincado en Estocolmo, nos trae Metal: Hellsinger, un juego que de alguna manera ha tenido cierta polémica por verse acusado, con fundamentos, de "inspirarse" en exceso en BPM: Bullets Per Minute (Awe Interactive, 2020). En cualquier caso, por una mezcla de estrategia de marketing, su aparición en Game Pass y, dejémoslo claro, muchos méritos propios, este Metal: Hellsinger se ha ganado un lugar entre lo más destacado del año.


La idea es simple, y a la vez tan concreta, que estas suaves acusaciones de plagio son lógicas. Tanto en Metal: Hellsinger como en BPM, nos encontramos con un FPS frenético que mezcla la acción vitaminada de los últimos lanzamientos de la saga Doom con un juego musical, donde tendremos que disparar al ritmo de la música para obtener bonificaciones de daño y altas puntuaciones. En verdad, algunos ya jugábamos en ocasiones a Doom de esa manera, pero Metal: Hellsinger -y BPM- se encarga de oficializarlo metiendo canciones de ritmos tremendamente marcados capitaneadas por artistas de renombre en el género, como es el caso de Randy Blythe (Lamb of God), Matt Heafy (Trivium) o Serj Tankian (System of a Down).




Es fácil imaginar la base de Metal: Hellsinger con esos ingredientes y también es fácil darle una segunda pensada para entender que lo de seguir el ritmo de la música se aplica a cambios de arma, saltos, recargas, esquivas e incluso ataques de los propios enemigos. Puede que algunas de estas acciones no te otorguen multipicador, pero te va a ser difícil romper el flow para hacerlas. Incluso te veras sorprendido cuando sacrificas una esquiva para recibir un impacto porque simplemente no entraba dentro del ritmo. En cualquier caso, Metal: Hellsinger se siente como un juego hardcore oldschool a pesar de tener una dificultad tremendamente amable con el jugador, y que solo llega a suponer un desafío en el momento en el que pretendes escalar en las leaderboards, las cuales están muy presentes en el juego debido a, probablemente, la poca duración del mismo, invitando a una rejugabilidad que en este caso sí merece la pena.




Si resumimos el concepto de este análisis, podemos decir que Metal: Hellsinger me gustaría más si no supiera que existe BPM: Bullets Per Minute. Con todo y con eso, sigue siendo de lo más divertido del año, más ahora que se ha oficializado un mod para incluir canciones personalizadas. En cualquier caso, veremos si el género evoluciona y sale de esos marcados compases de 4/4 incluidos en todas y cada una de las canciones. El tiempo dirá si estamos ante un subgénero propiamente dicho, o si estamos ante una mezcla anecdótica.




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