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16 nov 2022

SOMERVILLE - OPORTUNIDAD PERDIDA - ANÁLISIS


Somerville es uno de los juegos más divisivos del año.




Jumpship se estrena con un juego irregular, capaz de compaginar escenas de un dinamismo y cinematografía brillante con partes profundamente toscas y decepcionantes. Siempre a la sombra de Inside (Playdead, 2016), Somerville se acaba sintiendo como un juego por debajo de sus expectativas por varios indicativos.


Lo cierto es que el primero de estos indicativos lo tuvimos en el anuncio inesperado de su lanzamiento. Si bien el juego nunca dejó de estar confirmado para 2022, pasaban los meses y el silencio sobre su publicación era total. De la nada, y con un mes aproximadamente de diferencia -hablo de memoria, así que perdonad si es errónea la precisión-, Jumpship confirmaba el lanzamiento de Somerville para este 15 de noviembre de 2022 en lo que se puede catalogar como un "shadow launch". Esa fue la primera gran alarma que tuve, la cual se confirmó casi por completo cuando los análisis no empezaron a salir hasta justo su lanzamiento. Tenía la sensación de que Jumpship era consciente de que no tenía una obra maestra entre manos, y que al final decidieron lanzarlo sin mucho ruido para rebajar unas expectativas inabarcables.


El segundo indicativo lo tuve en el mismo menú principal, con un acabado un tanto criticable. Me chirrió ver enormes fallos de traducción, y opciones de configuración gráfica tremendamente básicas, además de la imposibilidad de cambiar entre teclado+ratón y mando a menos que desenchufaras tu controlador de tu PC. Tampoco quedé muy contento con el hecho de que las configuraciones no se salvaran hasta que se grabara partida en el juego. En definitiva, una serie de detalles que me hicieron entrar un poco de culo en Somerville.


Pero esas malas sensaciones, o mejor dicho, sensaciones de inacabado, se rebajaron cuando disfruté de toda la parte introductoria. Hemos visto Somerville lo suficiente en trailers de eventos, y la verdad es que con todo y con eso he quedado impresionado. Su introducción puede estar entre las mejores escenas del año fácilmente, pero desgraciadamente acaba jugando en su contra, por no repetir esas sensaciones salvo en un par de ocasiones, si acaso.




Cuando el juego entra en materia, todo se precipita a una base jugable demasiado incómoda a los mandos. Tenía la sensación de tropezar constantemente con paredes invisibles, y con unos controles un tanto torpes, toscos e imprecisos. No es esto un gran mal para un juego lineal donde lo jugable casi se limita a pulsar el stick para avanzar, pero teniendo en cuenta los numerosos cambios de ritmo y escaso control jugable en su muy mal llevado 2.5D, los controles acabaron siendo algo mucho más incómodo de lo que cabía esperar.


Somerville es un juego de puzles y físicas como tantos otros en los últimos tiempos. No necesitamos siquiera mencionar ya algunos referentes para entender lo que tenemos entre manos. Estos puzles, y algunas situaciones de sigilo de scroll horizontal muy manidas en su primera parte, gozan de unas fallas de diseño importantes, al nivel de que en algunos puzles donde el personaje podría correr para completarlos sin problemas, el juego no te da esa posibilidad y te obliga a ir andando. Tampoco quedé satisfecho con su apuesta de escenarios de horizontes abiertos que, sí, enseñan panorámicas de wallpaper continuo, pero desvían la lógica en el proceder de nuestro protagonista. Somerville necesita replantearse toda su primera parte, porque más allá de ser la primera toma de contacto con el juego, disipa por completo todas las buenas sensaciones tanto de su introducción como de algunas partes posteriores a las que muchos no llegarán por haber abandonado el título.




Todo cambia al llegar a la parte de la cueva, donde los escenarios amplios dejan lugar a algo mucho más centrado y con más alma de puzle, usando un par de herramientas básicas que se sienten refrescantes, cosa que no es poco teniendo en cuenta este género. Sí que es cierto que me encontré con algunos puzles que tuve la sensación de trampear, y también con otros puzles que misteriosamente presentan elementos con los que interactuar y que ni siquiera acaban formando parte del puzle, pero las sensaciones en toda esta etapa del juego son buenas.


La última parte se centra en lo narrativo y, si bien es cierto que lo disfruté, se me hizo un tanto larga y pesada. Su mood de trascendencia funciona, pero se acaba diluyendo cuando esta revelación final dura más de media hora, apagando un poco el interés de un jugador que empezará pronto a agotarse mentalmente de tantas idas y venidas por una historia difícil de interpretar, aunque con gran atractivo. Tampoco quedé contento con la última pincelada del puzle argumental que es Somerville, en el momento en el que decide pasarse a lo diminuto cuando estaba alcanzando una faceta más colosal que recuerda inequívocamente a películas como Encuentros en la Tercera Fase de Steven Spielberg, Interstellar de Christopher Nolan o La Llegada de Denis Villeneuve.




Por otra parte, la forma en la que los personajes interactúan también me dejó con enormes dudas y son otro ejemplo de ese contraste entre lo bien cuidado y lo descuidado. Fases en las que el personaje claramente debería comportarse de una manera concreta y que parecen directamente olvidadas, como esa relación con el perro totalmente anecdótica y fría, con otras de una sensibilidad especial ante según qué situaciones.


Sin embargo, lo que acaba decantando la balanza hacia unas impresiones más negativas son unas animaciones en ocasiones ridículas que contrastan con el nivel artístico de la obra. Desde la mera forma en la que pisa el protagonista, hasta atravesar objetos con partes de tu cuerpo, pasando por numerosos fallos en el motor de animaciones que llevan a situaciones un tanto rocambolescas y que, unidas a unos puzles que en ocasiones parecen trampeables junto con las malas sensaciones ya desde el menú principal a la hora de configurar las opciones y una optimización cuestionable, acaban sumando demasiados puntos en la casilla de juego al que le falta una vuelta.

 



Somerville es ante todo una decepción y una oportunidad perdida. Sin duda puede gustarte más o menos, pero creo que queda sin muchas dudas bastante por debajo de lo que se esperaba de él. Su par de secuencias inspiradísimas no justifican una jugabilidad incómoda y una falta de ingenio en gran parte de su trayecto. La historia, enfocada a la búsqueda en foros de teorías, tampoco es un argumento que le acabe ayudando.




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