Rocket League, Mario Kart y Mario Golf, se dan la mano para engendrar este Turbo Golf Racing que ahora mismo se encuentra en acceso anticipado.
No lo negaré, fui de los que cuando vio las primeras imágenes de Turbo Golf Racing pensó que no había nada interesante que encontrar en él. Un obvio clon de Rocket League, que cambiaba la temática futbolística por el refinado golf, pero que no dejaba de ser, tal y como pasa con el juego de Psyonix, un juego donde empujar con un coche la pelotita para meterla en un agujero, llámale portería, llámale hoyo. Tampoco negaré que, de no ser porque el juego ha sido incluido en su versión preliminar en el sistema de suscripción Game Pass, no le hubiera dado ninguna oportunidad.
Paralelamente, lo mismo pueden decir muchos que entraron a Rocket League tras aparecer en PlayStation Plus de manera gratuita para sus suscriptores en su semana de lanzamiento, alcanzando, allá por 2015, cerca de 200.000 jugadores, una base que sin duda le sirvió para ser lo que a día de hoy es. El lanzamiento de Turbo Golf Racing es similar al de Rocket League, aunque el juego que nos ocupa hoy se encuentra en acceso anticipado y, he de ir avisando, no tiene suficiente contenido como para dedicarle más allá de un puñado de horas sueltas. Quizá, para cuando el juego salga en la 1.0, sea demasiado tarde para él, y aunque presente muchas novedades serán demasiados los que pensarán que ya han probado el juego y no tienen necesidad de volver a él.
Hugecalf Studios, cuyo previo trabajo fue el bien considerado When Ski Lifts Go Wrong (2019), han conseguido cumplir su objetivo con el juego, y ya os garantizo que no es poco. Esto es, justificar su mera existencia. Convencer al jugador de que no está ante un mero clon de Rocket League. De alguna manera, convencerme de que tiene un lugar en el mercado y que pueden coexistir como lo puede hacer un Gran Turismo con un Forza Horizon. Quizá estoy dando demasiadas vueltas para acabar diciendo lo que todos nos estamos preguntando: sí, aunque lo diga con la boca pequeña, es más que un clon de Rocket League.
De hecho, me ha llamado la atención lo mucho que se parece en su base, pero lo poco que acaba de explotar esa sensación. No es tanto porque existan grandes ideas en el juego de Hugecalf Studios, sino por su parecido con otros juegos que han estado a su sombra. En concreto, Turbo Golf Racing me ha parecido más un clon de Mario Golf: Super Rush (Camelot Software Planning, 2021), y concretamente de su modo Speed Golf, donde en lugar de proceder con las reglas básicas por turnos del golf, los personajes golpeaban sus bolas para salir corriendo en una carrera para determinar quién es capaz de meter la bola en el hoyo antes. Turbo Golf Racing es básicamente eso, una carrera con otros coches, cada uno con su pelota -y con la que no se puede interceder- para ver quién la mete antes, sin importar número de golpes. A esa fórmula el juego le mete power ups, recordando a Mario Kart, la otra saga por excelencia de Nintendo. Es aquí donde se nota un trabajo ultrabásico que probablemente eclosionará en futuras versiones, aunque no me extrañaría que optaran por, directamente, eliminarlo. En el estado en el que está la idea, molesta más que añadir valor.
El caparazón del juego es Rocket League. Coge prácticamente todas sus opciones de personalización e introduce un sistema de temporadas ya habitual en cualquier juego online de hoy en día. Cosméticos en su mayoría, pero también habilidades pasivas y activas desbloqueables que se equipan en el coche y que otorgan mejoras, cosa con la que no acabé de casar. Siempre prefiero algo más simple en este tipo de juegos y dejar todo a la habilidad más que a una buena selección de items.
Las sensaciones jugables son buenas, e inteligentemente los controles prácticamente calcan a los del Rocket League. Para alguien que se acerca al doble millar de horas como yo, se agradece. No esperéis la majestuosidad de físicas y gamefeel del juego de Psyonix, queda mucho para eso y estoy convencido de que no se va a llegar, pero sí que es lo suficientemente amigable como para ganarte durante unas horas. Uno piensa en este mismo modo de golf, con la jugabilidad y los estándares de Rocket League, y sinceramente, no me echáis de ahí ni con agua caliente.
Este es uno de esos análisis que tienen muchos matices y que, realmente, no me da gusto hacer, porque no es un juego de lanzamiento. Considero que la experiencia final no puede variar mucho, y la base me gusta, y es por eso por lo que lo estoy haciendo. Su base jugable es divertida, y es bastante satisfactorio controlar la bola a pesar de tener, para mi gusto, un punto de descontrol buscado que la acerca más a una pelota de playa que a un balón de fútbol. La OST supone un problema, sobre todo la ausencia de ella durante las partidas que quedan algo sosas, pero es claramente material propio de un acceso anticipado que, lo más seguro, acabarán potenciando de alguna manera. Mismas sensaciones en el apartado artístico. Turbo Golf Racing es, a ratos, atractivamente colorido, y a otros muchos, demasiado conformista, acercándose a ser un juego para dispositivos móviles tanto por sensaciones como por interfaz.
Hugecalf Studios ha conseguido cumplir su objetivo con el juego, y ya os garantizo que no es poco. Esto es, justificar su mera existencia. Convencer al jugador de que no está ante un mero clon de Rocket League.
Esperaba dejar de jugar a Turbo Golf Racing por ser un clon de Rocket League casi cuando empecé a jugarlo, pero lo cierto es que sé que lo voy a abandonar por motivos muy distintos. Es un juego extremadamente lento en el sentido de que se juega poco. Sí, se encuentra partida hoy en día muy rápido, y las pantallas de carga son rápidas también, pero estamos hablando de que las rondas no llegan al minuto en la mayoría de los casos, y una vez que llegas, te queda esperar a que lleguen todos o que pasen unos 30 segundos prudenciales. Sumad a eso la tabla de puntuaciones entre cada ronda, y la tabla de puntuaciones el torneo en el que estéis. A continuación, pantalla de carga de unos segundos, para enseñar, en una cinemática que todos los jugadores deben omitir, el circuito siguiente. 3, 2, 1 y a empezar a jugar... durante un minuto aproximadamente antes de la siguiente interrupción. Turbo Golf Racing pide un ritmo mucho más inmediato, y pasar más tiempo en el menú que jugando, es una sensación muy desagradable. Si apostara por echarlo todo en el "una partida más y me acuesto", llegaría bastante más lejos. Es esa, y no otra, su principal piedra en el camino.
La buena noticia de eso es que, el hecho de que esté ansiado por jugar, dice mucho de lo divertido que es el juego. La mala, no hace falta ni que os la explique de nuevo, porque es verdaderamente descorazonador esperar tanto entre rondas para un juego que pide dinamismo a gritos. Imagino que también es algo que les llegará en feedback de manera casi unánime, porque considero que es especialmente llamativo, y supongo que es algo que se corregirá incluso de la llegada de la 1.0.
Veremos si el tiempo le hace un hueco a Turbo Golf Racing. Lo más probable es que no, porque su capa de juego clon es muy profunda, y además el haber salido en acceso anticipado ha quemado la bala de la novedad, pero mientras dure, es una decente opción para echar un par de ratos, al menos hasta que se esfuercen por ofrecer algo más. Para ello, necesitan una base de jugadores que no sé cuánto aguantarán su ritmo plomizo.
Un juego buenisimo!! Que importa si es de la misma categoria que otro, cuantos juegos de futbol no hay o juegos de disparos... este turbo es estupendo.
ResponderEliminarsaludos
Me alegro de que te gustara! Yo tengo muy buen recuerdo de él. Supongo que habrá cambiado desde que lo probé de lanzamiento en early access, pero lo que jugué era bastante divertido.
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