Porque también se pueden hacer juegos dentro de este género que no destruyan tu vida.
Conocida es mi adicción a Slay the Spire (Mega Crit Games, 2017), un juego que empecé en 2020, que ofrece partidas de una hora de duración, al que le he desbloqueado absolutamente todo y que a día de hoy sigo jugando al menos de manera semanal. Podéis conocer más al respecto en este pequeño especial que le dediqué, donde se ven mis intentos por intentar salir del bucle en el que me encuentro. Todo intentos frustrados hasta la llegada de este Dicey Dungeons, el único juego que ha conseguido reemplazar a Slay the Spire... durante un rato.
No se trata de demérito del juego, o mérito de Slay the Spire, se trata de su propia estructura, que claramente quiero que capitanee la idea de todo este análisis: Dicey Dungeons es un deck-builder con elementos de roguelike -o quizá al revés- que suena a que va a proporcionarte cientos de horas, pero cuya realidad es que es una experiencia mucho más recogida y controlada. Una oda al diseño de las reglas del juego por encima de todo lo demás, que convierte cada uno de sus 36 episodios distribuidos a lo largo de los 6 personajes en diferentes experiencias jugables. De hecho, una de las primeras sensaciones que tienes tras lograr el éxito en el primer episodio de cada uno de estos personajes de manera fácil, es la de que el juego se ha terminado. La apertura de nuevos episodios se siente de primeras como meras extensiones de lo que ya has visto con modificadores. Enemigos con más salud, armas mejoradas y tretas similares que dan la impresión de que el juego se va a extender artificialmente. Pronto descubrirás que no es así, y que forman parte de un todo que mira, como he dicho, a los ojos del diseño de las reglas de un videojuego.
Normalmente estos deck-builders son juegos que se apoyan en la aleatoriedad sobre "tableros" de juego predeterminados. Su éxito se basa en realizar distintas partidas en función de la creación de sinergias entre las distintas cartas que te pueden ir tocando, y el diseño del juego está mejor o peor en función de cómo consigue controlar estas sinergias para entregar, dentro de su aleatoriedad, la sensación de que siempre es justo, de que siempre hay una posibilidad de completarlo a pesar de que las cartas que te toquen no son tus favoritas. Dicey Dungeons es mucho más rígido, y aunque su leitmotiv se basa en meras tiradas de dados, lo que realmente se preocupa de controlar no es esta aleatoriedad, sino el tablero de cada uno de los episodios. Lo que tenemos delante no son infinitas posibilidades aleatorias de partida, sino 36 formas de jugar a lo mismo pero bajo un control mucho mayor de lo que los roguelike tienen de base. Esto, que es netamente positivo, tiene la lectura detrás de que una vez has terminado todo lo que ofrece, no hay tanta sensación de querer quedarse ahí como pasa con otros títulos, pero en el mejor de los casos tendrás más de 30 horas de juego a tu espalda, cifra que considero más que suficiente y casi agradezco que no extienda, a pesar de que todavía vuelvo alguna vez a echar alguna partida para matar el tiempo.
Dicey dungeons hace bien en especializar sus mecánicas en la gestión. De primeras, la sensación básica que te da es la de que tienes unos ataques asignados a unos números del dado, y en función de lo que saques en el dado podrás hacer una cosa u otra. Esto es, claro está, una simplificación de lo que sería un juego con un diseño malo que depende absolutamente de la suerte, y el juego de Terry Cavanagh (VVVVVV, Super Hexagon) está lejos de ser eso. Tendrás varios dados en cada tirada, y los ataques tiran más hacia rangos de numeración -menor que 4, número par y similares- que hacia números exactos, por lo que cada turno es una fase de gestión donde tendremos que asignar esos dados de la manera más óptima entre nuestros movimientos. Esta gestión rueda con más fuerza tras varias horas de partida, en el momento en el que empiezas a conocer a cada enemigo y el tipo de ataques que tiene, además de poder establecer en el mapa la ruta ideal para salir victorioso de la partida, cosa que pasará, si prestamos la suficientemente atención, en un porcentaje muy alto de las veces. Esto, unido al tono cómico y relajado, aleja definitivamente a Dicey Dungeons del típico roguelike exigente, cosa que celebro por la abundancia de este tipo de títulos en el mercado.
Dicey Dungeons es un deck-builder con elementos de roguelike -o quizá al revés- que suena a que va a proporcionarte cientos de horas, pero cuya realidad es que es una experiencia mucho más recogida y controlada.
Toca señalar algunos aspectos negativos del juego, obviando lo que hemos comentado sobre ser un juego mucho más finito de lo que esperaba en un principio. La interfaz ofrece una experiencia bastante positiva, cosa fundamental en un juego de este tipo, pero no sé si por temas de traducción o por falta de espacio, hay muchas veces donde no se explican lo suficientemente bien las cosas y lleva directamente a fracasar en alguna partida. Lo que sí tengo que señalar es que el selector en la interfaz es muy tibio, y muchas veces hasta cuesta ver qué se tiene seleccionado. En otro orden de cosas más profundas, también creo que se podría haber arriesgado un poco con la aleatoriedad, ya que las partidas se sienten demasiado prefijadas en temas de enemigos y recompensas, hasta el punto de que no me pelearía con alguien que viniera a decirme que esto no es un rogue-like.
Como veis, Dicey Dungeons viene a llenar un hueco con todavía espacio para esos juegos dentro de este peculiar género que no quieren hacerte sufrir demasiado. Una experiencia más puntual de lo esperable, pero igualmente remarcable.
Pues yo fui uno de esos que no pasó de esos primeros compases que eran demasiado fáciles, lentos y que no veía cómo podrían mejorar. Creo que no jugué más de tres capítulos antes de aparcarlo, y ahora me despertaste la curiosidad de lo que podría venir después.
ResponderEliminarYa digo, a mí me pasó exactamente eso, la sensación de haber alargado sin más el juego con contenido forzado, pero no, los capítulos van cambiando las reglas de juego y van mucho más allá de ser meros modificadores. Te diría que le dieras una oportunidad más.
EliminarGracias por tu comentario!
Yo tampoco he jugado demasiado, solo he completado el primer capítulo de cada personaje (excepto del sexto, que aún no se cómo se desbloquea), pero en mi caso ha sido por falta de tiempo... Es que me he puesto con el bloodborne, así que a saber cuándo juego a otra cosa
ResponderEliminarEntre Bloodborne y Bloodborne alguna partida a algo como Dicey Dungeons puede caer! Lo veo ideal la verdad xDD.
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