Camarero, sírvame la última, que ésta corre a cuenta de @RockParadox1 en ¿A Qué Juego Quieres que Juegue? #15.
Hay algo que, desgraciadamente, me lleva atormentando semanas. Un sentimiento de opresión que me lleva acompañando incluso antes de lo que pensaba. Creía que era un sentimiento que nació una vez acabé VA-11 HALL-A, pero me di cuenta de que llevaba conmigo más de lo que creía, incluso antes de comenzar a jugar al juego y por supuesto durante el mismo. El terrible sentimiento de sentir que estaba obligado a que me gustara el juego.
Está feo que lo diga yo, pero considero que tengo bastante personalidad. No tengo ningún tipo de complejo sobre mis gustos, y no me tiembla la mano a la hora de decir que algo no me gusta, al igual que comprendo y respeto los gustos de todo el mundo -salvo que te guste Metro 2033, ahí no hay debate-. Con todo y con eso, con esa seguridad y libertad que siempre siento a la hora de valorar algo bajo mi prisma, he llegado a sentirme presionado a la hora de escribir este análisis. Por eso, me tomo este escrito como un pequeño canto de libertad, porque en muchas ocasiones estuve a punto de forzarme a que me gustara el juego, y a hacerle un análisis discretamente positivo. Gracias a Dios no ha sido así.
Necesitáis un poco de contexto, ya que hay casos como éste donde considero que el contexto es más importante que la propia opinión sobre el juego. No leo libros, salvo que consideréis a Mortadelo y Filemón como tal. Nunca he sentido la necesidad de leer, y no, no es algo de lo que esté orgulloso, y no, tampoco es algo de lo que me avergüence demasiado. Sé que sería mejor si leyera libros, una mejor versión de mí mismo, supongo, pero no es un pensamiento que me venga o me haga sentir inferior. Sabiendo esto, el género de las visual novel ha tenido en mí verdaderas batallas infernales y la guerra todavía se está disputando. A día de hoy, diría que no me gustan las visual novel, pero esta opinión ha cambiado casi al mismo tiempo que jugaba al juego de turno.
Lo que sí parezco tener muy claro es que necesito interactividad. Los juegos que me han gustado tenían dosis de ella, desde Danganronpa, cuya saga a día de hoy está entre mis favoritas de todos los tiempos, pasando por las maravillosas entregas de Phoenix Wright, hasta cosas más puras como el gran Hatoful Boyfriend tienen en común, en mayor o menor medida, bastante interactividad. Otras visual novels más rígidas se han visto vapuleadas, y aunque las empiezo con ganas acaban dispersándose dentro de mí. Es curioso porque sí disfruto de otras experiencias interactivas relajadas como pueden ser aventuras gráficas contemporáneas, juegos de toma de decisiones y otras géneros relacionados como walking simulators que tienen prácticamente la misma interactividad que una visual novel en términos reales.
Con este contexto uno puede entender, relativamente, mi disgusto con VA-11 HALL-A, y digo relativamente porque la realidad es que el juego de Sukeban Games mezcla una visual novel rígida con toma de decisiones, a través de un minijuego de servir bebidas a cada uno de los clientes que van llegando a nuestro bar. Al principio toda esta dinámica me gustó, pero pronto la sentí repetitiva y algo plomiza. Ese efecto de interactividad que siempre necesito quedaba demasiado reducido, y la sensación de que realmente estaba influyendo en la historia se diluía como una bebida mal rebajada con agua.
Vamos a decir las cosas buenas del juego, que no son pocas. Hay que mencionar la calidad de su banda sonora, aunque hay mucho tema con eso que ahora después veremos. El "main theme" es sensacional. También lo es su diseño general, y también su interfaz, amigable, y desde luego por encima de muchas visual novels que me he tenido que comer, en un mundo donde cada vez se asocian más a un ámbito casi amateur.
Si hay algo que quiero destacar, por encima de su calidad general, eso es su capacidad de crear un universo interesante donde no pasan demasiadas cosas durante mucho tiempo. Llega un punto que la cosa es tal que crees que el juego no va a ir de nada, que simplemente se trata de proporcionarte un contexto sin más, microhistorias que se enlazan entre sí sin tener una trascendencia a nivel mundial. Luego eso cambia un poco, pero la sensación se mantiene para todo el título. Me gustó esa valentía de estar contemplando, simplemente, relatos de la vida de las personas, sirviendo bebidas y haciéndolas dobles cuando me apetecía.
Y es que aquí está el atractivo de este juego: las bebidas que vayas sirviendo pueden cambiar todo hasta en un máximo de, si no me equivoco, cinco finales. Al principio se te harán pedidos concretos, pero conforme vayas avanzando te tocará lidiar con "dame algo dulce", o una petición tremendamente abstracta, o llegar a tener que escuchar el temido "sírveme lo que me serviste el otro día" para saber hasta qué grado estabas prestando atención. Además, en muchas bebidas puedes incluir o no alcohol, hacerlas dobles e incluso adquirir nuevas mezclas que servir a la clientela.
Podemos enlazar aquí con lo negativo del juego, aunque no es algo que me hiciera especial daño. Desgraciadamente no sentí en ningún momento que estuviera tomando decisiones. Tuve que llegar a buscar a media partida si realmente estaba siendo así. Considero que el juego tiene problemas a la hora de dejar claro este aspecto, y puede uno equivocarse pensando que está ante un juego lineal. Como digo, no es algo que me haya hecho mucha sangre, pero considero que podría haberme hecho sentir más metido de lo que me hizo sentir.
Pero el principal problema es uno que me acabó sacando de quicio, y es algo que no he escrito sobre ningún juego desde que escribo sobre ellos. La banda sonora me acabó destrozando el juego. Esto choca con el comentario anterior de que la banda sonora es buena, porque lo es, pero su integración es pésima. Admito que la primera vez que me hicieron cargar la jukebox me gustó la idea. Eliges 12 canciones al principio de cada día que se reproducen a lo largo de tu trabajo sirviendo bebidas. La lista es amplia y variada, pero me acabó rompiendo todos y cada uno de los momentos importantes del juego. Seguro que todos habéis visto alguna vez escenas de películas míticas sin banda sonora, como ejemplo del poder que ejercen sobre nosotros. En VA-11 HALL-A presencié una conversación cómica con una música que parecía sacada de una película de terror, sufrí como el final de una canción daba paso a otra de tensión extrema mientras me hablaban sobre una fiesta de perros parlantes la pasada noche y me anunciaron muertes de personajes importantes en la historia con una música que parecía sacada de un parque de atracciones. El hecho de apostar por esa banda sonora impersonal le da realismo al juego, pero estamos tan acostumbrados a acompañamientos en todos los productos de entretenimiento que consumimos que el efecto puede ser devastador, tal y como para mí lo fue en VA-11 HALL-A.
Podéis pensar que algo tan nimio nunca puede determinar con tanta fuerza una valoración, pero en este caso me otorgó con diferencia los peores momentos, o mejor dicho, me privó de disfrutar lo que el juego tenía preparado para mí. No me fastidia solo esta apuesta que rompe el ritmo y el sentido de las conversaciones, me fastidia también que, habiendo apostado por algo tan diferente, los temas sean tan invasivos y presentes cuando debieron ser mucho más ambientales, lo cual mitigaría bastante este contraefecto.
Lo de la banda sonora, o mejor dicho cómo está metida, es un pilar muy importante en esta crítica, pero no os dejéis engañar, VA-11 HALL-A se me hizo largo y pesado. Perdí el interés en él, y su universo me pareció demasiado nipón-estridente incluso para mí, con personajes demasiado caricaturescos, con orejas de gato, perros que hablan y, en definitiva, personajes carismáticos de más pero que a la misma vez vi venir desde el segundo uno, cayendo en topicazos en la mayoría de ocasiones. También he de mencionar que no considero que esté tan bien escrita como la gente dice, pero de nuevo señalo que no soy nadie para juzgar ese tema en concreto más allá de mi experiencia narrativa en otros juegos.
Para terminar, pequeños problemas de los que siempre me fijo en las visual novels, ya que son de las pocas cosas que podemos evaluar desde un punto de vista más objetivo. Eché mucho de menos ajustes relacionados con la velocidad de texto, presente en las visual novels más básicas, y también el auto skip.
Tengo todavía esa sensación de tener que pedir perdón por no haber disfrutado VA-11 HALL-A, pero probablemente alguien me entienda y comparta la opinión. Para el resto, ahí tenéis un montón de análisis alabándolo, y no soy quién para decir que están equivocados.
Ya que este te ha salido rana este juego mediocre y NieR Automata no te lo movió el PC, aún estás a tiempo de jugar otras recomendaciones mejores como Hollow Knight o Folklore.
ResponderEliminarBueno, Hollow Knight cae seguro :D.
EliminarQueda todavía el análisis del Red Strings Club, que bueno, dado que hice directo y todo no es ningún secreto que me gustó y saldrá mejor parado que éste.
Pronto lo publicaré ^^ Gracias por tu comentario!
Quien quedó segundo en la encuesta de nier autómata? Porque igual lo justo sería jugar ese
EliminarBueno, podría ser una opción, pero... también sería injusto para otros casos (creo que en total se ha dado tres veces) donde no pude jugar al juego ganador.
EliminarLo tendré en cuenta!
Bueno, ya tengo excusa para apuñalarte mientras duerme y robarte tus consolas y PC.
ResponderEliminarSí que huele a que la falta de interactividad ha tenido que ver, sí. Yo estoy más que acostumbrado a leer todo lo que pasa por mis manos, por lo que mi único drama con la VN es el tener que darles sentado en el PC y no tirado en cama o debajo de un árbol, pero la falta de acciones que realizar ingame me ha dado siempre bastante bastante igual (si bien entiendo de sobras que a mucha gente le mate).
Entiendo lo de la banda sonora, aunque no lo comparto para nada. Supongo que porque ya estoy acostumbrado a leer con música y a programarla en base a lo que me viene, y tuve suerte con las elecciones en todo momento.
A mi su estilo "microhistorias que se enlazan" me cautivó desde el minuto 1, mucho más de hecho que la mayoría de cosas que he leído en ese plan (ya sean libros, series o VN). Va-11 Hall-A se convirtió en mi lugar zen, una horita de chill a la que iba cada día al salir del trabajo donde simplemente desconectar y meterme en las vidas de sus personajes, cada uno con sus pequeños dramas mucho más cercanos que lo que suelen verse en títulos más grandes (me cuesta empatizar con la familia de campesinos cuya aldea es atacada por orcos 2 veces al mes, sorry not sorry).
La ausencia del Auto-skip siempre me molestó, ídem con no poder guardar en otro momento. Según los devs no lo metieron porque la liaron con el motor o nosequé historia y no lograron arreglarlo, pero siempre me dio bastante rabia.
Míralo por el lado positivo; al menos no dura 150 horas como la basura de Persona 5.
Pues coincidimos en todo, incluyendo lo del "microhistorias" y su carácter más contextual como digo en el análisis. Parece que lo que nos separa es la importancia de todo eso según nuestras preferencias/requisitos, la fuerza con la que nos impacta.
EliminarSabes que Persona 5 se va a llevar un 10.
Este juego me pareció terrible y repetitivo hasta más no poder, ni siquiera su ambientación cyberpunk de la que soy fan empedernido lo pudo salvar de mi disgusto.
ResponderEliminarYo no llego a lo de terrible y repetitivo como se ve en el 4 como puntuación, que es un suspenso bastante alto teniendo en cuenta lo sanguinario que a veces puedo llegar a ser, pero eso, no me gustó lo suficiente.
EliminarEstamos en el mismo barco con lo del cyberpunk, por eso me choca que no haya llegado a más el juego xD.
Gracias por tu comentario *^^*