Mercenary Kings

Acostumbrados a asociar retro con la época de las 16 bits, a ver que todos esos juegos indies que van al píxel de tu corazón parecen siempre homenajear a Super Nintendo y Mega Drive por lo que acaban compartiendo un estilo visual muy similar. Mercenary Kings apunta un poco más alto y ofrece un homenaje a SNK con su Metal Slug. Ahora bien, el juego esconde más de una sorpresa.

Paraos un momento a ver las capturas que acompañan a este juego y decidme, ¿qué duración creéis que puede tener? Algún listo ya habrá dicho que unas 50 horas porque se huele la pregunta trampa, pero si sois sinceros con vosotros mismos probablemente habréis dicho que menos de 5 horas. No son 50 tampoco, yo tarde unas 30 horas en acabarlo al 100 % con las secundarias, pero incluso si vas exclusivamente a las principales el juego te tomará más de 10 horas.

Aquí hay engaño, y es que Mercenary Kings tiene una estructura bien rara. En lugar de niveles lineales planta niveles mamotréticos con mil puertas y zonas que investigar con el objetivo no de que te lo patees entero en busca de secretos, sino de que cada vez que regreses a esa zona veas cosas nuevas. Es, dicho de mala manera, una especie de mundo abierto donde se te van adjudicando misiones que has de completar con un límite de tiempo ajustado.

Esta estructura grita a los cuatro vientos la palabra repetición, y sí, así es. No voy a engañaros, Mercenary Kings hará que pases diez veces por el mismo sitio, pero luego tiene un sistema de juego entretenido que aunque básico hace todo bastante ameno. Me enganché, y creo que la gente también lo hizo a pesar de todo porque aunque no te lo vayas a encontrar en la lista de "los 10 juegos indie imprescindibles" sí que se ha ganado un nombre. Tribute Games (Wizorb, Flinthook) ataca a la nostalgia pero también mete lo suficiente en el juego como para que lo completes. Eso sí, por mucho que te pueda gustar el juego se acaba haciendo largo.

Normalmente cuando un juego se hace tan largo se nota vagueza de los desarrolladores. El juego ofrece todo en sus primeras horas, y el 70 % de lo que queda es lo mismo con distintas variaciones. Tribute Games sorprende por ofrecer un juego sólido durante todo el tiempo, y sobre todo por meter jefes únicos en cada nivel que da un gusto tremendo matar. De verdad, la forma en la que están diseñadas las batallas con los bosses es digno de escuela. Variados, imponentes al principio y sobre todo divertidos hasta su más pura esencia jugable. Sin los bosses el juego caería en la mediocridad.

Perrito caliente

Pero hay un giro más en todo esto, aparte de un online cooperativo que nunca pude llegar a probar. Las armas se construyen como a ti te de la gana. En realidad son simplemente piezas de armas, puedes meterle a una escopeta el cañon de una metralleta y tonterías así, pero acaban convirtiendo todas las armas en una especie de minijuego donde tendrás que apañártelas para conseguir un rendimiento óptimo entre tamaño del cargador, potencia de disparo y precisión. Además se añaden efectos como ácido, fuego, congelación y electricidad, y también otros efectos especiales. En definitiva, hay una inmensa variedad posible y realmente no hay armas óptimas, por lo que está bien conocer bien tu método de juego.

Es un juego de acción, al que a veces parece que le falta acción. No es esa locura de explosiones que era Metal Slug, es más pausado y menos arcade a pesar de que sin el título de SNK Mercenary Kings jamás hubiera existido. Yo me lo pasé muy bien con él aunque como digo se hace largo.