SLIDER

30 mar 2017

Nuclear Throne

Se busca ayuda para desintoxicación de una droga incurable. Razón aquí.



Día 1 (Tiempo de juego - 65 minutos): Bueno, tiene toda la pinta de que Nuclear Throne va a ser el juego al que más horas le eche probablemente este año. Una droga a la altura de The Binding of Isaac que preveo no desinstalaré hasta 2018. Un juego difícil, con mucha aleatoriedad y un estilo de juego sencillo de acción. He muerto mil veces, moriré un billón. Lo que esperaba e incluso algo mejor.



(Tiempo de juego - 6 horas): Esta anotación no representa desde luego la mitad de lo que puede que juegue a este gran juego, pero de alguna forma he visto ya todo lo que me tiene que ofrecer en cuanto a mecánicas y juego en sí. Todavía no he llegado ni una vez al final, pero he conseguido vencer a Lil Hunter en la nieve. Una droga muy dura que me gusta demasiado.



Podéis echar un vistazo a mis aventuras en Nuclear Throne en esta entrada recopilatoria de los vídeos subidos al canal de Youtube.

"Esta vez sí".

Es lo que tiene un buen juego. Más allá de tener una jugabilidad perfecta -que suele ir relacionado con ello-, o de aportar una riqueza visual y técnica memorable -hay gente a la que de verdad le importa mucho esto- lo que realmente define un buen juego son las ganas que tienes de jugarlo. La conocida adicción que te hace volver a él una y otra vez y que, cuando parece que ya vas a dejarlo, te hace mentir como un condenado cada vez que pronuncias las palabras "ésta es la última".

Nuclear Throne dura, si nos dejamos de loops y similares, menos de un cuarto de hora. Completar el juego desde el principio hasta su fin nos llevará tan sólo quince minutos que serán tan intensos que se nos harán cuatro horas. claro está, no va a ser fácil. En las 30 horas que le he echado mientras escribo estas líneas, tan sólo una vez he llegado a sentarme en el trono. De hecho Nuclear Throne es un juego que te empieza a intoxicar si lo juegas durante más de una hora. Un juego donde eres mejor en tu primera o segunda partida que en tu sexta o séptima durante una misma sesión.

The Binding of Isaac es, y por desgracia sigue siendo, el juego que está sentado en mi trono. Nuclear Throne se le ha acercado y muy mucho, pero no sé si es el recuerdo que tengo extremadamente positivo o si realmente era así de bueno que el juego de McMillen se me sigue quedando por encima. Ambos juegos comparten algo vital para un género como éste que bebe directamente del rogue-like: la capacidad de hacerte sentir que la partida que estás jugando es la definitiva, que en ésa sí que lo conseguirás.

"Esta vez sí".


¿Qué puede fallar? Llevas una combinación de mutaciones idónea -habilidades pasivas que se te dan a elegir dentro de unos parámetros aleatorios-, unas armas con las que te sientes realmente cómodo. Procedes con el máximo de cautela, te cubres, tienes paciencia y ni siquiera vas a por esa montaña de rads -puntos de experiencia- que acaban de soltar los enemigos. Todo se complicará eventualmente, y el "esta vez sí" se transforma en depresión.

"Esta vez tampoco".


Pero la depresión te dura tan poco como pronto aparece el botón de Retry que tanto destaca en el menú en el momento de tu muerte. Matas, matas, matas, matas, matas y mueres, y en ese ciclo vital sientes cuatrocientas veces que ésa es la buena. Por supuesto nunca lo es, y ése es el principal mérito de Nuclear Throne -y de cualquier juego del género que merezca la pena-, la extraña fórmula que da como resultado el que creas siempre que vas muy bien cuando realmente tu porcentaje de éxito es inferior al 1 %. El mejor engaño posible del que formas parte encantado.

Conseguir esta sensación es el pilar fundamental para que un juego como Nuclear Throne pase la barrera del divertimento hacia lugares mucho más adictivos. De hecho, uno de los juegos más considerados del género rogue-like, FTL: Faster than Light, fue un juego que no me gustó ni por asomo tanto. La diferencia es sustancial, en FTL la sensación continua es que vas fatal de todo: tu nave está hecha una basura, tus recursos son ínfimos y no tienes dinero para comprar nada, tu tripulación es escasa y ni siquiera tienes algún personaje cuyas habilidades puedan marcar la diferencia... Hay miles de situaciones en FTL destinadas a que sientas que vas fatal, pero acabas triunfando -también sudando sangre-. Tanto Isaac como Nuclear Throne son diferentes, haciendo justo lo contrario.


A pesar de durar quince minutos -repito, dejando de lado loops y similares-, la realidad es que el juego de Vlambeer (Luftrausers, Super Crate Box) es virtualmente infinito. La cantidad de personajes, modificaciones y objetos desbloqueables en general es tan abrumadura que tengo la sensación de que aunque jugara toda mi vida no podría conseguirlo.

¿Algo que echarle en cara? Puestos a pedir hubiera preferido más componentes aleatorios. Recordad que vengo de la adoración de Isaac y por ello eché en falta más situaciones variadas, como por ejemplo bosses aleatorios, estructura de niveles más aleatoria -pasas por los mismos niveles en el mismo orden y para llegar a las zonas especiales has de hacer lo mismo siempre- y, en definitiva, todavía más variedad. Más allá del terreno -y la disposición de los enemigos- y las benditas mutaciones no hay aleatoriedad en Nuclear Throne. En cualquier caso, una pequeña queja para un juego casi perfecto.

"¿Esta vez sí?"


7 comentarios :

  1. Que gran verdad lo de que la primera/segunda partidas son las que mejor te salen!

    Habrá que ver qué pasa cuando se vayan a sentar dos en el trono! a lo mejor hay un combate al final

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Espero que no... xD

      A ver si le damos un poco el sábado!

      Eliminar
  2. Hmmm, maldita sea, ya llevo mucho tiempo leyendo y escuchando buenas palabras sobre este juego, tendré que probarlo. Otro a la interminable lista de pendientes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuidado con él, puede que no salgas de esta droga fácilmente.

      Eliminar
  3. Yo también estuve bien, pero que bien enganchada en su momento, aunque ahora mismo ya se me ha pasado un poco el mono. Y todo lo que describes del juego me ha pasado, desde el que en mis primeras partidas lo hago mejor que en las siguientes. O el de "Esta vez es la de verdad". O el palmarla de la forma más ridícula posible cuando todo está a tu favor. Dicho lo cual, me sorprende que no hayas comentado el factor de "muertes ridículas" en el juego. Sobre todo con el lanzagranadas. Dios, jamás se es lo suficientemente experimentando como para no hacer ninguna novatada padre con el lanzagranadas o cualquier variante de la familia.

    Yo la verdad es que lo único que le he echado en falta al juego ha sido un poco más de historia. Sé que no es como está planteado, y que se debería intentar de cuidar que no rompiese el ritmo, pero realmente creo que tiene mucho potencial para ello.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ays, cómo te entiendo. La de muertes que habré tenido por el lanzagranadas o por meterme a soltar palazos en un recinto donde hay coches. No hablemos ya de la Disc Gun que es que ni la toco.

      De la historia de acuerdo, no es que necesite historia porque estropearía juego, pero se echa de menos una pizca de trasfondo. Si ves la puntuación de la ficha en ese aspecto tiene 2 barritas de 5 posibles. The Binding of Isaac presentaba una historia, un "universo". Algo así le hubiera venido bien a Nuclear Throne.

      Eliminar
    2. La frase especial de la Disc Gun en las pantallas de carga es directamente "We hereby sincerely apologize". Eso ya lo dice todo...

      Bueno, realmente sí que tiene una pizca de transfondo: las frases especiales de cada personaje en las pantallas de carga, o los 2 finales lo dejan entrever. Y si vas a la wiki, ves que los desarrolladores han comentado más curiosidades relativas al lore del juego y los personajes, como un poco el origen de cada personaje. Que a mí me sigue pareciendo muy poco. No sé si en alguna futura actualización meterán algún elemento que de más historia, como hicieron en su momento al añadir ambos finales.

      Eliminar