The Flame in the Flood

Do not idle.

Desarrollado por The Molasses Flood, The Flame in the Flood es un híbrido entre la supervivencia y el rogue-like. Leamos el cuaderno de bitácora para hacernos una idea de la guerra interna que tuve con el juego.

Día 1 (Tiempo de juego - 01:45): No acabo de pillarle el punto a esto de la supervivencia. Probablemente si la etiqueta "rogue-like" no hubiera estado presente entre sus categorías no le hubiera prestado tanta atención -y si no tuviera ese aspecto visual tan bonito, no nos engañemos-. La premisa es sencilla: nos echamos a la aventura por un río en una post-América con una balsa que está a punto de venirse abajo con una mochila y un perro de compañía. Alimentarse, beber agua -potable a ser posible-, descansar, abrigarse y sobrevivir en general será nuestro objetivo a lo largo del juego.

Las islitas donde podemos parar se generan aleatoriamente, enfatizando ese componente rogue-like que, por lo que veo, está considerablemente suavizado. En cambio, contamos con el típico plantel de herramientas y derivados que tendremos que construir en un clásico sistema de "crafteo".

O lo voy a abandonar en una hora o lo voy a amar para siempre.

(Tiempo de juego - 04:00): Cómo me conozco. Sabía que no podía quedarme en término medio y he acabado amando el juego. He pasado por una terrible fase de "andamiaje" de la que casi me caigo porque a mí todo eso de la supervivencia en un juego no me va, pero he visto que tiene su desarrollo y, sobre todo, he aprendido los conceptos básicos. Ahora soy un monstruo de la supervivencia y no hay animal que me tosa -salvo cuando me aparece una manada de lobos y me voy como un conejete asustado-.

The Flame in the Flood es un muy buen juego, probablemente ideal para un negado de la supervivencia -en vida real y virtual- como yo. Sí, tiene sus herramientas y sus mesas de trabajo y todas esas cosas que me suenan tan aburridas que si llego a saber que existen igual ni lo juego. Si habéis jugado a juegos del estilo es probable que The Flame in the Flood no sea tan atractivo como para mí. Sin haber jugado a Don't Starve por ejemplo, tengo la sensación de que es una pequeña copia de él -igual estoy tremendamente equivocado-. Además, ese estilo "cartoon" hace que me acuerde todavía más de lo poco que sé de él.

Por fin se hizo realidad: agua para todos

Por supuesto, el rollo rogue-like es lo que más me ha ayudado a continuar con el juego. No sólo ya la generación aleatoria de las islas y sus contenidos, porque está un poco mermado en todo ello, sino también los modos de juego que incitan a jugar The Flame in the Flood con el siempre atractivo permadeath. Las partidas no son muy largas -depende de lo que te entretengas obteniendo recursos-, así que ese sistema de "muere y empieza de nuevo" le viene genial a un juego que sin él no supone un desafío demasiado grande.

Le faltan muchas cosas. Le falta por ejemplo información en muchos objetos y en definitiva feedback de lo que está sucediendo. Sabes que la carne se te pudre en un determinado número de días pero no aparece contador alguno para facilitar la cuenta, cuando recibes daño no sabes realmente hasta qué punto estás herido y otras situaciones en las que puedes encontrarte algo perdido. Sin embargo, la interfaz es bastante amigable una vez la dominas, y como no es un juego extremadamente difícil no son cosas que repercutan en el resultado final.

"Disculpe señor oso, ¿el Mercadona más cercano?"

Si estáis un poco en el mismo lugar que yo, ese lugar donde los juegos de supervivencia no acaban de tener mucho peso, dedicad un par de horas extra a The Flame in the Flood antes de abandonarlo porque probablemente encontraréis en él lo que estabais buscando.