El holocausto jugable.
La verdad es que nunca llegué a sentirme cómodo con aquel Wolfenstein: The New Order. El juego estaba bien, no cabe duda de ello, pero algo en mí me decía que no acababa de merecerme la pena demasiado. Ese algo creo que se llamaba Doom, y es que jugué al que era hasta hace unos pocos días con la salida de su secuela, el mejor FPS que se ha hecho, antes de ponerme con los Wolfenstein. No quise ser muy exigente porque Wolfenstein no tenía culpa de que llegara un poco tarde a él, pero como digo, veía cosas que no me gustaban.
Wolfenstein II ha acabado pagando todos los platos rotos. Tanto es así que ni siquiera iba a escribir este análisis, porque estáis ante uno de los escasísimos, por no decir primer caso, donde escribo un análisis sin haber sido capaz de acabar con el juego. La razón es que todas sus carencias, todo lo que me estorba del juego iba a estar a lo largo de toda la partida, así que sinceramente no veía razón para prolongar la agonía.
Una agonía que me venía ya casi de base. Terminé el primero con pereza, y por ello directamente obvié la existencia del Old Blood, esa precuela que sin duda hubiera hecho que Wolfenstein II se me viniera abajo todavía antes. Volé directamente a esta secuela para intentar conseguir un efecto positivo, pero me encontré con un juego bastante continuista, con una optimización terrible y, sobre todo, una sensación de incomodidad desde el primer minuto.
Y es que su principio ya es una declaración de intenciones, empezando con ese nivel en silla de ruedas donde la movilidad se convierte en una pesadilla, para lanzarte después a un submarino que no deja de moverse provocando un efecto claustrofóbico potenciado por un campo de visión paupérrimo que hace que nuestro protagonista no sea capaz de ver casi nada en pantalla. Tocar los ajustes del campo de visión acaba estando sujetos a glitches visuales que un juego así no debería tener. Ver, el mero hecho de ver en sí, es incómodo en Wolfenstein II.
Es ése su principal problema, y todo lo que implica. Coger objetos del suelo se convierte en una ardua tarea. Siempre hay en pantalla algún indicador de que hay un objeto, ya sea munición, vida o armadura, y nos limitamos a machacar la E para recogerlo de donde sea. En Wolfesntein II no miras, por una interfaz nefasta del siglo pasado pero sobre todo porque aunque intentes mirar, lo que vas a encontrar son dos mazacotes en tu pantalla.
Estos dos mazacotes no son ni más ni menos que uno de los reclamos del juego, ya desde su primera parte, que a mí me parecen el principal crimen: la doble arma. Sigue siendo totalmente prescindible y molesta, sigue ocupando 2/3 de pantalla y, unido a la claustrofobia de su campo de visión, sigue siendo una pesadilla visual mal llevada. Por si esto fuera poco, seleccionar la doble arma es un quebradero de cabeza que también se arrastra desde la primera parte. No somos pocos los que jugamos sólo con un arma por ser mil veces más cómodo y efectivo.
La doble arma, el verdadero problema de la saga |
Por si no tienes suficiente y te quejas mucho de la mencionada claustrofobia, prepárate para niveles algo abiertos donde la navegación se hace insufrible. Orientación pésima, marcadores de objetivo que no funcionan, hud despreciable y tormento por doquier. Vuelta a enemigos mecánicos de los que no da gusto disparar en contraposición del placer de reventar carne, armas sin alma, todas muy similares y sobrantes. Escenarios grisáceos y marrones pseudorealistas que no explotan el verdadero reclamo de la Alemania invasora.
De la historia si que no soy capaz de decir mucho. Toques cómicos, interesante para un FPS de este tipo y también bien narrada, pero sinceramente, todo eso de las armaduras futuristas me dan la sensación de pérdida de imaginación.
Abandoné Wolfenstein II, y dudo mucho que vuelva a la saga. Desde luego por Younglbood no voy a pasar. Gracias a dios que existe Doom y me hace recordar por qué adoro los FPS.
Me identifico bastante con lo que comentas en tu primer párrafo, llegué a The New Order después de haberme jugado otros grandes FPS de esta generación y claro, el impacto en mi fue casi nulo, aunque a decir verdad y a pesar de que el género me gusta mucho, no me considero precisamente un entendido, así que di por hecho que si crítica y público lo alababa, el que no me hubiese terminado de gustar era más cosa mía que del juego en cuestión.
ResponderEliminarComprendo tu punto de vista, en mi caso fue todavía peor, abandoné The New Order y pasé página, este reboot de la saga no es para mi, así de sencillo.
Realmente me ha resultado curioso ver un punto de vista tan parecido al mío dentro del mundillo, ya que, por H o por B, el imaginario colectivo tiene a esta nueva trilogía como un grandísimo reinicio de la saga clásica.
Vaya, pues muchas gracias por tu comentario porque me siento especialmente solo en el tema de esta trilogía. A mí el primero me gustó por lo general, pero ahora pienso por ejemplo en rejugarlo y no lo haría jamás porque mi opinión bajaría.
EliminarEspero que, si has jugado a los Doom nuevos, te hayan gustado tanto como a mí! Un saludo.
Pues desgraciadamente no he podido jugar a Doom Eternal aún, aunque el de 2016 si lo jugué y me encantó, así que espero con muchas ganas el momento de ponerme con su continuación.
EliminarEspero que me guste tanto como me gustó el primero.
Doom Eternal es impresionante, en unos días subiré el análisis, pero ya te avanzo que es tan bueno que hace que me plantee si el primer Doom era tan obra maestra o no xDD
EliminarA mi me gustó el The New Order, en ese momento después de venir de muchos RPG o juegos muy largos y de historias extensas, buscaba un FPS que no le diera mucha importancia a la historia y que simplemente me hiciera divertirme pegando un montón de tiros y eliminando sangrientamente enemigos. Aún no había descubierto el Doom (que apenas lo estoy jugando en este momento) así que no tenía ese punto de comparación y lo disfrute bastante.
ResponderEliminarPero este The new colossus lo intenté jugar hace un par de meses con el Game Pass y aún sin haber jugado el Doom, no lo soporté. Todo lo que mencionas no lo soporté. Ese encierro del submarino, la sensación de no saber ni que recoges del suelo y las dobles armas, creo que no llegué a jugar ni 3 horas antes de desinstalarlo.
Es un gran ejemplo de lo importante que es a veces una interfaz. Me alegro de que coincidamos tanto! Es un juego, en definitiva, demasiado incómodo. Gracias por tu comentario.
EliminarPues yo aun no he probado ningún Wolfestein moderno, jugué el Doom de 2016 y poco más, aunque me resulta raro tan abismal diferencia de calidad, sabiendo que ambos están desarrollados por equipos si no iguales, similares y que excepto el new order, todo los que han jugado a los Wolfestein posteriores los tilden de tan flojos... En fin, algún día intentare darles un tiento a ver como va la cosa.
ResponderEliminarNo esperes mucho y quizá encuentres cosas buenas en ellos. El primero, repito, no me pareció un mal juego, pero en la comparativa con otros sale perjudicado.
EliminarMenos mal que no he jugado ningun doom... Reconozco que la silla de ruedas, la doble arma (queno uso) y el submarino son un coñazo, pero lo estoy acabando y mejora. Cuando lo acabe ire a los doom porque visto como hablais de ellos los voy a disfrutar mucho mas.
ResponderEliminarEspero que así sea! Para mí no hay color.
EliminarSobre éste, puede que le dé una segunda oportunidad algún día, pero de momento me sigue produciendo un recuerdo negativo.
¡Gracias por comentar!