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11 oct 2024

PAWNBARIAN - AJEDREZ ROGUE-LIKE - ANÁLISIS


Enrogue-like.




Hemos visto mezclas de todo tipo en videojuegos, desde juegos de estrategia entremezclados con fútbol, pinball-metroidvania, rogue-like musicales... la creatividad a veces no pasa por venir con algo nuevo, sino por juntar dos cosas que a priori son difíciles de mezclar pero que al final acaban dando resultado, algo así como el melón con jamón -si a mí me preguntan, esto no ha dado resultado tampoco-. Así pues, hoy toca hablar de rogue-like mezclado con ajedrez.


J4nw no es un aporreo de teclado, sino el nombre del desarrollador que se esconde detrás de este ambicioso y a la vez humilde proyecto que vio la luz en 2021, en plena fiebre de los rogue-like. Con un destacable éxito en Steam, intuimos que el suficiente como para haber, como mínimo, recuperado la inversión, Pawnbarian se presenta como un ajedrez entremezclado con rogue-like, donde nuestro personaje se moverá en función de la figura que seleccionemos en la rueda de opciones disponibles. Así, cada personaje -que añade modalidades extra al juego- tiene un número determinado de piezas, con algunos con más peones mientras otros gozan de más piezas especiales a cambio de pagar con otras habilidades más restrictivas. El objetivo: eliminar del tablero a todos los enemigos. Esto lo haremos teniendo siempre en cuenta que cada enemigo tiene sus particularidades, que van desde esquivar el primer movimiento de ataque que hagas -te conceden dos movimientos por turno, salvo que los extiendas con potenciadores- hasta dejar una nube tóxica allá por donde han pasado que drenará tu energía.




Como suele pasar en este tipo de juegos, la interfaz es el verdadero termómetro para saber si estamos ante un juego bueno o malo dentro del género. Creo, firmemente, que la razón por la que he echado centenares de horas a Slay the Spire se debe a la facilidad con la que, de un vistazo, tienes presente todas las posibilidades del combate, sin informaciones confusas ni escondidas. Pawnbarian no es el mayor ejercicio de gracilidad en cuanto a interfaz, desde luego, aunque consigue que lo básico lo tengas en mente: sabes en qué casillas vas a ser golpeado y en qué casilla no, pero a la misma vez, lecturas más estratégicas de la partida requieren de demasiado tiempo pasando por encima de menús e interfaces superpuestas, acercando muchas veces el turno a un tedio donde estudiar demasiado. Esto se agrava más si tu partida es en un dispositivo portátil, como puede ser la Steam Deck o una reproducción por nube vía Steam Link.




El juego ofrece un número algo limitado de mazmorras, con nulas diferencias visuales entre ellas. Los personajes a elegir coquetean incluso con otros juegos relacionados -véase el Shogi-, y en ese sentido sí que hay una preocupación por haber ido ampliando el contenido. No es mi juego favorito, como podéis ver, pero sí que me ha dado los suficientes ratos buenos como para que se gane el aprobado con cierta soltura.




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