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16 jul 2023

LA NECESIDAD DE DEJAR MARCHAR - OXENFREE II: LOST SIGNALS - ANÁLISIS

 

Uno de los juegos del año, otra vez.




Ha llovido mucho desde el primer Oxenfree, en todos los sentidos. La primera parte es uno de los juegos mejor valorados en El BloJ, y aunque normalmente el paso del tiempo suaviza un poco mis experiencias pasadas, lo cierto es que no me arrepiento ni un ápice de tener al juego de Night School Studio entre mis favoritos en lo que se refiere a las producciones independientes. Aquel Oxenfree de 2016 fue un juego tremendamente especial, que consiguió sorprenderme como pocos. No solo eso, si hubiera jugado Oxenfree hoy, en 2023, me hubiera sorprendido de la misma manera. Por ello, por lo especial que fue, le hice también uno de los análisis más únicos que figuran por este BloJ. Mucho más profundo, saltándome la norma de no lanzar spoilers, porque la situación realmente lo necesitaba. Sigo pensando que no se puede desgranar Oxenfree sin meterse de lleno en él, e incluso sabiendo todo lo que figura en ese texto antes de jugarlo, sigue siendo una experiencia verdaderamente única.


La primera parte causó bastante sensación, no ya solo por sus capacidades narrativas y su cautivadora atmósfera potenciada por una banda sonora única, sino por los truquitos que era capaz de lanzar en pantalla. Oxenfree no rompía la cuarta pared, simplemente se la saltaba para cogerte de la mano y meterte en su mundo, y no he visto desde entonces ningún juego que haya alineado tan bien su idea con lo que acaba presentando, haciendo del medio algo completamente necesario para ello.




Es por esto que, y ya con esto enlazamos con las primeras pinceladas de Oxenfree II: Lost Signals, me ha resultado llamativo que la nueva propuesta no incluya ninguno de estos trucos audiovisuales que tanto destacaban en el primero. Sinceramente, no sé si es así o que yo no he visto nada, que también puede ser, ya que el juego lleva pocos días en el mercado y todavía queda por ver información al respecto. No olvidemos que muchas de las genialidades del primer Oxenfree no se descubrieron hasta varias semanas después de su publicación. En cualquier caso, me gusta pensar que Night School Studio ha apostado tanto por su historia y su mensaje, que no ha querido desviar su atención a otros artificios.


Y es que, si Oxenfree era un juego que nos enseñaba la importancia de recordar y ser recordados, Oxenfree II: Lost Signals quiere enseñarnos a saber dejar marchar todo aquello que nos rodea, incluso lo que estuvo a punto de pasar.




Es ese, y no otro, el eje central de la obra de Night School Studio, que esta vez se desarrolla en la costa de Camena, muy cerca de la isla Edwards donde se desarrollaban los acontecimientos del anterior título. Una secuela que, antes de que lo preguntéis, sí que en cierta manera nos obliga a haber jugado a la primera parte, y que se siente más como un regalo para los que entendimos la propuesta en aquel momento. Quizá por esto, y si lo unimos a su lanzamiento en una plataforma como Netflix, más de uno llegue sin el bagaje suficiente para entender por completo lo que está ocurriendo, y salga algo confundido de más mientras ve pasar los títulos de crédito. Para los que presten especial atención, encontrarán una bastante memorable secuela, que no es poco.


Oxenfree II: Lost Signals es, básicamente, el mismo juego en un escenario distinto, con un esfuerzo extra por la simplificación. A la eliminación de aquellos detalles que mencionaba con anterioridad, se une un reparto mucho más escaso en comparación con el anterior. Básicamente contamos con la protagonista, Riley, a quien se le une un personaje de apoyo llamado Jacob, con el cual pasaremos la mayor parte del tiempo en lugar de ir cambiando entre un acompañante u otro. El resto de personajes se sienten accesorios, meros desencadenadores de factores de trama, con un lugar especial reservado a esos personajes con los que solo contactaremos por radio y que sirven para rellenar algunos silencios durante las caminatas, además de funcionar, en ocasiones, como contenido secundario en forma de encargos, los cuales no celebré demasiado por desviar demasiado la atención de la trama principal.


El sistema de conversaciones de Oxenfree II esta todavía más mejorado con respecto al original. Ya le gustaría a muchos estudios de enormes presupuestos tener un sistema tan dinámico y sobre todo natural. Las interrupciones por observar elementos del escenario o por situaciones que van ocurriendo se subsanan de una manera tan quirúrgica, que uno se pregunta si se de verdad han grabado cada línea de diálogo un par de veces por si sufrían interrupciones, ya que es la sensación que transmite en todo momento.




Es verdad que la presencia continua de Jacob a tu lado, junto a su propio perfil de personaje, lo convierten en un elemento un tanto cargante. Entiendo la apuesta por convertir esto en un juego donde no se acaben las conversaciones, pero a veces resulta tedioso escucharle divagar sobre las mismas cosas una y otra vez. También en relación a la construcción de personajes, me resulta llamativo que Oxenfree II repita el mayor problema que tuve con el primero, lo cual me confirma que es algo buscado y que, simplemente, a mí nogustó en su momento y sigue sin hacerlo. Hablo del tono de voz de la protagonista, que en situaciones dramáticamente tensas, es capaz de lanzar chascarrillos o mostrar una actitud un tanto distante que, en mi caso, logra sacarte de la ambientación.


"Si Oxenfree era un juego que nos enseñaba la importancia de recordar y ser recordados, Oxenfree II: Lost Signals quiere enseñarnos a saber dejar marchar todo aquello que nos rodea."


Lo cierto es que probablemente me estoy precipitando escribiendo este análisis, cuando el primer Oxenfree demostró durante mucho tiempo después de su lanzamiento, que era mucho más que una mera aventura con una base de toma de decisiones. Celebro esta apuesta por la sencillez, por no buscar el golpe de efecto, y por alinearse con su idea principal, aunque hecho un poco de menos la transcendencia que se sentía en el primero. Desconozco si Night School Studio piensa en una continuación o si va también a saber dejar ir a Oxenfree, pero me gustaría que las enseñanzas que predica se las aplicara, y nos permitiera así guardar tanto Oxenfree como su secuela, en ese rincón de juegos tan especiales que cada vez cuesta más ver en el mundo de los videojuegos.




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