BROKEN PIECES - THRILLER A LA EUROPEA - ANÁLISIS

Thriller de café y pastitas.

Puede que a alguno le suene Elseware Experience, el estudio francés con Beonit Dereau a la cabeza que en 2020 nos trajo aquella demo técnica de aquella habitación de Paris en Unreal Engine 4 llamada Unreal Paris 2020. Ahora, un par de años después, nos llega este Broken Pieces que, como no podía ser de otra manera, hace gala de unos solventes escenarios pero tropieza en animaciones y jugabilidad. En este batiburrillo, su creatividad raspa los suficientes puntos como para poder ser considerado un juego de culto instantáneo.

Broken Pieces se siente como un thriller psicológico de película de media tarde de sobremesa. Su factura indie, unido a un tono marcádamente europeo, le llevan a un estado que a ratos roza lo somnoliento, donde el misterio junto a unas pequeñas dosis de terror se acompañan por melodías nostálgicas y melancólicas al más puro estilo de Akira Yamaoka. No es casualidad, porque este Broken Pieces toma unas bases sólidas de Silent Hill, para filtrar de ellas toda la parte terrorífica y extraer únicamente el halo de misticismo envuelto por la presencia de una anomalía en un pequeño pueblecito costero de la costa francesa. Descubrir qué ha pasado, y sobre todo cómo salir de ese estado de rotura del espacio-tiempo, será el objetivo de nuestra protagonista.

Y para ello, toca lidiar principalmente con una estructura de survival horror pero sin terror, donde iremos desbloqueando todas las zonas del pueblo en busca del objeto de turno que nos deje interactuar con los enigmas que se presentan. Alguien mencionó, durante mi partida en directo, que tenías ciertas similitudes con Syberia (Microïds, 2002), y aunque es un error venderlo como tal, no es una mala comparación para hacernos un poco idea del tono e incluso presentación del juego, aunque claramente deja de lado la aventura gráfica para meterse en ese terreno de survival horror que mencionábamos.

Si bien varios nombres pasarán por vuestra cabeza, Broken Pieces se siente como algo totalmente fresco y distinto, con un aura única. Si tuviera que mencionar algún juego que de alguna manera resumiera cada uno de los pilares -y problemas- de Broken Pieces, tengo bastante claro que ese juego sería Deadly Premonition (Access Games, 2010). Un juego que de alguna manera presenta una aventura narrativa, pero que de alguna manera se ha visto forzado a incluir pasajes de acción que a todas luces resultan extremadamente deficientes. Si bien en Broken Pieces no suponen un problema, es especialmente llamativo el buen gusto que el juego a veces deja ver enfrentado a estas numerosas partes de acción de jugabilidad y sensaciones más que endebles.

Broken Pieces no va a cambiaros la vida, pero de alguna manera es un juego que siento que pega en un típico listado de fin de año de "juegos de 2022 que no has jugado". Casi persiguiendo la categoría de culto, el mero hecho de sentir una experiencia con bastante personalidad y, sobre todo ante la ausencia de originalidad en el género, me acabaron justificando el resto de problemas.