Double Kick Heroes

O de cómo no hacer un juego musical.

Vaya por delante que Double Kick Heroes es un juego en early access, por lo cual, si todo va bien, la mayoría de los tremendos errores que encontramos en este juego deberían ser paliados. La verdad es que pienso que no todos ellos podrán subsanarse, porque muchos de ellos afectan al núcleo de su jugabilidad, pero por lo menos estoy convencido de que se suavizará a día de hoy una experiencia que es frustrante.

Obviamente sería mucho más justo analizar Double Kick Heroes cuando abandonara su situación de juego en acceso anticipado, pero dado que Headbang Club me entregó amablemente una clave de Steam para su análisis me veo en la obligación de plasmar aquí todas las impresiones, sobresalientemente negativas, con fe de que puedan revertir la situación. No me cabe duda de ello y es que puedes ver los foros e incluso las reviews de los usuarios llenas de mensajes de los desarrolladores, unos desarrolladores que han cometido errores de bulto con su juego pero que por lo menos despiertan una gran sensación de estar muy preocupados por su trabajo.

Double Kick Heroes tiene una banda sonora brutal con el metal por bandera. Siendo un juego de ritmo musical, diría que está por encima de la media de este tipo de títulos. Controlamos en todo momento la batería con, a menos que tengáis un controlador especial, el teclado o mando, y atención al mapeado de controles que ya dice mucho de dónde están la mayoría de problemas de este título.

Hay hasta tres pistas para cada uno de los elementos de la batería. Debemos pulsar, como en todo juego musical, la tecla correspondiente en el momento correspondiente. Shift para una pista, Ctrl para otra pista e... izquierda y derecha para la última pista. Sí, izquierda y derecha para una misma pista, y es que los disparos de nuestro coche saldrán por cada uno de los dos cañones situados en sus extremos, uno arriba y otro abajo.

De esta manera, hay que estar pendiente de lo que pasa en la pantalla superior para saber dónde disparar, si arriba o abajo. Sí, hay que apuntar, y no, no es nada natural y es verdaderamente frustrante. Al principio como es de esperar todo es bastante suave, pero cuando se acercan los niveles más duros no es falta de ritmo lo que tienes sino falta de ojos para controlar lo que está ocurriendo.

Agarraos porque vienen curvas. Puedes sobrellevar lo de arriba porque el margen de apuntado es bastante amplio, pero lo que no puedes sobrellevar son las peores batallas contra boss que he visto en un videojuego. A los controles que ya he mencionado se le une algo terrible: el control del coche. Sí, mirad las imágenes. El coche se va moviendo sólo todo el juego hasta que aparece el boss. En ese momento tendrás que pulsar las teclas arriba y abajo para subir o bajar el coche. ¡Sí! ¡¡Mientras estás tocando la batería al ritmo!! Pensad en lo que supone eso, dejar de seguir el ritmo para centrarte en la batalla y mover el coche para esquivar los ataques enemigos, perdiendo claro está cualquier multiplicador y penalizándote con cada fallo. Una experiencia que no recomiendo a nadie.

Eso es sin duda lo peor del juego, y espero que se libren de ello en la versión final. Hay otros detalles terribles, pero terribles terribles que, si no llevan a la frustración como lo anterior empeoran todavía más tu juego. Por ejemplo, absurdo que la música se pare de una para anunciar el boss y vuelva sin sentido ninguno, destrozando cualquier ritmo que pudieras llevar. Absurdo que aunque hagas una puntuación perfecta los enemigos te alcancen igualmente. Absurdo que, en definitiva, este juego haya sido lanzado aunque sea en early access cuando con una partida te das cuenta de todos los errores subsanables que aparecen.

Y aquí está el verdadero dolor, porque el juego está bien pensado. Las sensaciones iniciales son las de un juego adictivo, divertido y con precisión, que es fundamental para este género. Todo eso es reemplazado por frustración extrema y rabia, por lo que te hace el juego pero sobre todo por haber desperdiciado semejante oportunidad. Recemos para que todo ello cambie.