Project Zero

El survival horror que no puede faltar en ningún ¿A Qué Juego Quieres que Juegue?, que vino de la mano de Yuni en la última edición.

Uno de mis géneros favoritos, sino mi favorito -hace unos meses lo tenía bien claro pero ahora no tanto-, es el de los survival horror. Siempre me ha atraído el terror, y ya de pequeño sentía devoción por películas/videojuegos/lo que sea de dicha temática. Ya de mayor descubrí las virtudes del terror oriental, con ese J-Horror que tanto nos invadió y que me ha hecho tragarme todo tipo de películas: que si fantasmas que se manifiestan a través de un VHS poseído, que si a través de un móvil, que si a través de una peluca, que si a través de una página web... hasta he tenido el placer de ver una sobre una canción de K-pop poseída -y no era de las peores-.

Project Zero es un juego survival horror con el J-horror fantasmagórico como protagonista. Apuesta segura para alguien como yo. Por tu pantalla pasarán un montón de fantasmas azulados, de pelos largos y bien lisos que deberás capturar con tu cámara de fotos para evitar que acaben con tu vida. Ya sabéis el mito ese de que las fotos roban tu alma, pues aquí se aplica de una manera bastante literal. Además de todo esto, Project Zero destaca por su propio universo, su propio folclore con rituales y derivados que realmente atemorizan más que los fantasmas que intentarán complicarnos la vida.

Es un juego tedioso, pero voluntariamente. Nuestros movimientos son por lo general lentos, y la cámara no acaba de funcionar tan bien como quizá se espera. Por suerte hay suficientes objetos que nos salvarán de la muerte, pero no es un juego que podamos considerar fácil.

Pa-ta-ta

Pero el problema, más allá de su propia aura fantasmagórica capaz de tirar para atrás a aquellos más ávidos de acción, es el hecho de que todo transcurre en una casa encantada que debemos recorrer una y otra vez. Vale que en otros juegos como Resident Evil eso tenía bastante encanto, pero aquí nos encontramos en una mansión-templo cuyas habitaciones gozan de cierto parecido debido a los filtros llenos de ruido propios de PS2 -cada vez me cuestan más los juegos de PS2- y a esos marrones grises predominantes propios de la generación foto-realista.

Pero las cosas como son, además de que el juego me ha gustado, no he jugado a nada que se le pareciera más allá de clones estúpidos y horrendos. La personalidad de este Project Zero -y probablemente toda su saga- es única, y lo cierto es que por momentos me recordó a juegos de la importancia de Alone in the Dark. Miedo como tal no consigue darme, porque estoy muy curtido en demasiadas batallas, pero llega a inquietar en muchas ocasiones.

Es más interesante que jugable a día de hoy, pero no tiene grandes defectos que achacarle.