Saya no Uta

Saya no Uta es el juego que eligió mi admirado Roy  y que supone un nuevo intento por definirme dentro del género de las Visual Novel, ése género del que he jugado entre poco y nada y que todavía no acaba de propiciarme una opinión sólida. Tienen su encanto, está claro, pero si alguien me pregunta si me gustan las Visual Novel... sigo sin saberlo.

Lo que está claro es que, si yo fuera una tercera persona y tuviera que recomendar al tal NeoJ una Visual Novel, probablemente Saya no Uta sería de las primeras cosas que se me vendrían a la cabeza. Su argumento y atmósfera pega tanto con lo que me suele gustar que parece un juego ideado para mí. Si en vez de aquí, hubiera visto esto en una película, hablaría auténticas maravillas, pero... es posible que no me gusten las Visual Novel. Todavía no lo tengo claro, como he dicho, pero teniendo en cuenta el inmejorable argumento para mi gusto, el hecho de que en ocasiones me aburriera y echara tanto de menos la interactividad me hace pensar que no va a ser nunca uno de mis géneros predilectos.

La razón de mi "desamor" con las Visual Novel es evidente: no me gusta leer. No leo libros y mi única relación con las letras es la que tengo con los mangas/cómics. Es muy lógico pensar que las Visual Novel no lleguen a calarme. Sin embargo, y es lo que me hace continuar dando oportunidades hasta posicionarme, me apasiona eso de tomar decisiones y que la historia cambie a razón de ello. Ya pudisteis ver que odié Katawa Shoujo por su nula interactividad y, opuestamente, adoré bastante Hatoful Boyfriend. También me gustó Silent Hill: Play Novel. Saya no Uta, más en la línea del primero que del segundo, me ha dejado bien claro que la única manera de que me triunfe una Visual Novel es que tenga mucha interactividad y toma de decisiones, porque argumentalmente es difícilmente posible que me encuentre algo tan atrayente.

Centrémonos en Saya no Uta, un juego que cuenta la historia de Fuminori (sin spoilers, esto es la sinópsis), un joven estudiante de medicina que sufre un accidente y es sometido a una operación cerebral experimental que le permite salvar su vida, pero que le produce una especie de agnosia como efecto secundario que altera su percepción. Desde entonces, Fuminori percibe el mundo como un lugar repulsivo y asqueroso lleno de vísceras, y donde antes veía humanos ahora ve horribles monstruos hechos de carne, sangre y órganos humanos. Una especie de Silent Hill a lo gore.

Podría ser peor, imaginad que Fuminori fuera vegetariano

Fuminori, tras pensar en acabar con su vida dada su nueva condición, conoce en el hospital a una chica llamada Saya, a la que ve como una chica normal y adorable y con la que comparte experiencias durante su estancia en el hospital. Tras ser dado de alta, Fuminori, dado que sus padres fallecieron en el accidente, propone a Saya irse a vivir juntos. Aquí empieza una historia con el terror como el principal ingrediente que te llevará a algún que otro giro argumental (aunque todo parece bastante evidente desde el primer minuto) y que acabará con uno de los tres finales que se nos tienen preparados, en función de las decisiones que tomemos.

Saya no Uta destaca también por su nulo pudor. Hay un montón de escenas de sexo que se presentan con bastante normalidad, aunque a veces sí que sentí que se buscaba escandalizar. Se abusa bastante de ése recurso, y aunque ayuda a hacer todo mucho más oscuro y "perverso" el efecto se disipa conforme va avanzando la historia y cobra protagonismo la vertiente terrorífica.

El miembro viril está pixelado, claramente para hacerlo más indie

Así, el juego es, básicamente, Saya. Cada vez que aparece en pantalla y suena su canción abres los ojos expectante por saber qué va a ocurrir, y cada vez que sale del encuadre notas como el interés baja peligrosamente. Te recreas una y otra vez que viajas al "mundo" de Fuminori, y pasas con la mente puesta en automático cada vez que te topas con una escena del día a día donde no intervenga Saya. Estas partes son necesarias, que no todo va a ser intranquilidad y tensión, pero he de reconocer que me aburrí.

Pero lejos de todo esto, mi principal problema con Saya no Uta es la ausencia de decisiones. No hay más de tres o cuatro en todo el juego (¿o eran dos?). La primera, de hecho, no llega hasta bien avanzado el juego. Me gusta tanto lo de tomar un camino y me cuesta tanto ponerme a leer que las Visual Novel son una contradicción para mí. El efecto, de todas maneras, no fue tan acusado como cabría esperar ya que Saya no Uta tiene una duración bastante reducida.

Saya no Uta es, como veis en la puntuación, un juego que me ha dejado más dubitativo incluso que antes con respecto al género. Objetivamente no es un 5.5, ni mucho menos, y puede que si acabo jugando a muchas cosas de estas me arrepienta de dicha nota, pero no puedo evitar acordarme de lo que me aburrí en muchas partes.

PUNTUACIÓN

5.5

*Por un horrendo fallo técnico no hay ficha.