Bikini Karate Babes

El juego que propuso Sayo es una de las mayores desgracias que el ser humano ha tenido el "placer" de jugar. Sacad vuestros bikinis, lanzad rayos por los pezones y asfixiad a vuestras enemigas en vuestras tetas en la secuela no reconocida de Mortal Kombat.

Bikini Karate Babes es uno de esos juegos pensados para jugadores que usan una sola mano. Por desgracia para ellos, el reparto de jamonas es de lo más cardoborriquero, salvándose de entre ellas tan sólo un par. Hay para todos los gustos: asiáticas, rubias, morenas, latinas, regordetas... todas con nombres mitológicos en clara búsqueda de un crossover con God of War. Ocho podremos elegir al principio, hasta un total de once si conseguimos desbloquear todo lo que nos ofrece el juego de Creative Edge Studios.

Combates de uno contra uno con gráficos digitalizados al estilo Mortal Kombat, que ofrecen jugabilidad nula e impacto visual tan bueno como elevadas sean tus exigencias en términos de féminas. Puñetazo, patada, y ataque especial son los únicos botones de acción que tenemos, y sirven para comprobar el terrible lag que tiene el juego. Ah, también hay un botón de bloqueo, que con suerte, ejecutaremos cinco minutos después de haberle dado. Además, los ataques se van acumulando y, si hemos presionado cinco veces el puñetazo en el siempre socorrido modo aporreabotones ante la inminente derrota, tendremos todos los puñetazos sin opción a cancelar la secuencia.

¡¡VA POR TI SAYO!!

Pero detengámonos en el maravilloso botón especial capaz de hacer un simulacro de llave que varía en función de nuestro rival. En ése momento contaremos con un poderosísimo zoom que nos permite ver la acción más de cerca, y comprobar como nuestra luchadora hace un movimiento que no sirve para nada. En el mejor de los casos, para dejar al rival de espaldas, cosa que no es moco de pavo porque darse la vuelta en el juego es más complicado que pasarse el Dark Souls sin morir. Los ataques especiales son de lo más realistas. Hay luchadoras que se quitan el bikini y, previos brillitos de censura, te lanzan proyectiles desde lo que suponemos son sus pezones. Hay otras centradas en quitarte el bikini para que no puedas seguir luchando de la vergüenza que nos regaló Dios por morder la manzana del pecado. Todo muy de porno de serie Z como mínimo. En cualquier momento te cuadra que aparezca Pipi Estrada. Encantador es poco.

En la cara de las luchadoras se ve la verdadera dureza de los combates

Hay varios modos de juego. Permite un modo de dos jugadores para que juntos/as podáis restregar vuestros senos haciendo la delicia de quienes estáis a los mandos (porque estáis a los mandos, ¿no?), o si estáis solos también podéis hacer uso del modo espectador donde podéis ver a las jamonas dándose golpes controladas por la CPU (con una IA aterradora y para colmo difícil, capaz de no dejar que te levantes del suelo jamás).

Esto es... ¿erótico?

El juego, que prácticamente se acerca a lo injugable, consta de 342 escenas pregrabadas donde se reparten todos los movimientos posibles entre las más que desbalanceadas luchadoras. Al parecer, existe una secuela que jamás jugaré. Dicho sea de paso, me costó horrores encontrar el juego, y me pasé más tiempo buscando un fix para que funcionara en Windows 7 que jugándolo. Si a todo eso le sumamos que tuve que cambiarle el nombre para que mi hermano no viera que en el ordenador había algo así (le puse CoD sin más para que pareciera que jugaba a algo serio) y que lo jugaba de noche a las tantas de la mañana con auriculares, podemos decir que para mí Bikini Karate Babes ha sido más un juego real de infiltración que uno de combates. Imaginad que me pillan a las tres de la mañana jugando a esto. ¿Qué digo? "Mamá, es que Sayo me obligó" mientras que se oyen gemidos de fondo provenientes de mis auriculares. Esto de ¿A qué juego quieres que juegue?" no está bien pagado...