A veces uno, casi por cosas del destino, se topa con juegos de los que jamás ha oído hablar y que automáticamente pasan a ser de sus favoritos. Elemental Gimmick Gear (también conocido como E.G.G.) es un juego muy desconocido de Dreamcast que salió en 1999 sólo en Japón y en América, y que bien podría denominarse como un Zelda para la consola de SEGA. Acción+RPG con una ambientación pseudo steampunk inmejorable y una jugabilidad irresistible. Caer en su embrujo es casi cuestión de minutos.
El juego nos sitúa en uno de tantos futuros apocalípticos donde los humanos encuentran unas ruinas con un hombre dormido dentro de un mecha. Tras las pertinentes investigaciones, se data al mismo de 5000 años de antigüedad, y todos los intentos por despertarle son en vano hasta que, 100 años después de encontrar a dicho individuo, las ruinas misteriosamente se "activan" creando tentáculos biomecánicos por todo el territorio. Por supuesto, en este momento nuestro protagonista (bautizado como Leon) despertará, con un típico episodio de amnesia profundo. Hasta ahí la sinopsis inicial, aunque la cosa va más allá y se vuelve muy interesante con el paso de las horas.
Manejamos a nuestro personaje dentro de su E.G.G. aunque hay partes (cuando interactuamos con humanos básicamente) en las que abandonamos nuestro mecha. Tendremos que avanzar por un mundo que no es muy grande e iremos resolviendo todos los enigmas en torno a la historia. La vertiente RPG está bastante moderada y no sería erróneo descatalogarlo como tal. No nos encontraremos con niveles ni experiencia ni nada por el estilo, en cambio, sí que mejoraremos a nuestro personaje con cápsulas de ataque, defensa y mente al igual que podremos disfrutar de un puñado de misiones secundarias. E.G.G. tiene de RPG lo que Zelda, así que la cosa es un poco subjetiva en ese aspecto.
Como digo, nos movemos por un mundo muy limitado y lleno de particularidades que hacen que cada pantalla quede grabada en la retina. Esto, en un juego donde la memoria fotográfica es muy importante (no contamos con un mapa como tal), ayuda mucho a no perdernos. El único mundo que hay es, en realidad, una especie de mazmorra llena de secretos que vamos desbloqueando conforme vamos adquiriendo mejoras y aparatos para nuestro E.G.G. Dentro de esa gran mazmorra que realmente es, hay otras pequeñas mazmorras que actúan como tal dentro del juego.
En lugar de varias mazmorras diferenciadas y que se terminan enteras cuando uno entra, lo que ofrece E.G.G. son mazmorras grandes que vas explorando por partes, y que tendrás que visitar de nuevo para avanzar en la historia. Así, nos encontramos con Fogna y Fog Tower, además de la parte de Moon Bay que sí que es más autónoma. Tendremos que ir viajando de una localización a otra para progresar con los objetos que hayamos cogido y llegar a las profundidades de Fogna y a las alturas de la Fog Tower. Suena mareante, y no os voy a engañar, lo es. E.G.G. es un juego que engancha mucho, pero como te dé por abandonarlo y dejar algunos días antes de seguir con él puedes acabar realmente perdido. Como digo no hay mapa y ni siquiera hay a veces un objetivo claro por donde continuar. Yo me perdí seriamente un par de veces, aunque como el mundo no es muy grande acabas encontrándote.
Saber en todo momento lo que se está haciendo es fundamental (bueno, aquí y en todo en esta vida, claro). Los puzles no son por sí mismos complejos, pero la mayoría se centra en activar interruptores que tendrán efectos en otras habitaciones. Siempre he preferido que no me liaran las cosas en exceso, pero en E.G.G. todo está muy bien pensado para que más allá de la atención continuada que exige no exista ningún otro "castigo". Su dificultad es todo lo alta que te pueda parecer teniendo en cuenta que cada vez que mueres te ponen al principio de la habitación donde has muerto, aunque con menos vida por lo que suele ser más difícil.
Jugablemente es magnífico. El manejo de nuestro personaje es muy suave, y sus funciones tan reducidas como efectivas. Un botón para golpear, otro botón para usar la magia (hasta cuatro poderes elementales que también usamos para salir de las habitaciones de las mazmorras, basados en tierra-hielo-fuego-plasma) y otro para hacer nuestro E.G.G. una bola que gana en velocidad, defensa y ataque. Su manejo es un poco caótico y hace que nos caigamos por los precipicios más de una vez, pero es muy efectivo para ciertas partes. Cuando vamos en este modo iremos perdiendo un punto de salud poco a poco, aunque como hay bastantes enemigos solemos toparnos con esferas de vida que neutralizan ese efecto negativo. Además, este movimiento se usa para numerosos puzles y para encontrar puertas secretas a lo largo del juego.
Una de las peculiaridades jugables es que las batallas contra los jefes no se realizan en la misma perspectiva que el resto del juego. Pasamos a un entorno 3D (bastante pobre pero resultón) donde lucharemos con los mismos movimientos que siempre pero con un encanto mucho más reducido. Es un poco parecido a lo que sentías cuando jugabas al Deus Ex: Human Revolution y emprendías batallas sin mucho sentido. Aquí pasa lo mismo, y es como si fuera un estudio independiente el que ha hecho estas batallas, como si eso no tuviera nada que ver con el juego de verdad. Además, algunas de ellas son bastante aburridas.
Si ya de por sí el juego es entretenido, el tremendo apartado artístico lo empuja a un nivel superior. Los escenarios están pintados a mano, y no es algo que se diga por decir como en muchos juegos. Aquí la cosa va en serio, y se nota. Es curioso ver como todo solapa tan bien mezclando lo hecho a mano con lo digital. Su tremenda paleta de colores y su variedad hacen que E.G.G. sea una experiencia visual totalmente satisfactoria. La primera vez que salí fuera del laboratoria y me topé con Eastokion quedé anonadado. Creo que nunca he visto unos gráficos tan personales, o por lo menos lo que estaba viendo no me sonaba a nada que haya visto antes.
Es uno de esos juegos con una duración idónea (unas 18 horas al 100 %). Como decía hay misiones secundarias, aunque su importancia es significantemente menor que en otros RPG. Podemos incluso realizar carreras con nuestro E.G.G. que nos proporcionan suculentos premios. Estas carreras, lejos de ser un odiado minijuego como pasa en la mayoría de juegos, suponen un bonus que se agradece. También tenemos unas extrañas criaturas llamadas Metamos que debemos criar como tamagotchis. Cuesta encontrarlas porque encima no hay guías del juego completas, pero si eres de los que quieren encontrar todas las cápsulas y todo lo que ofrece el juego te toparás con ellas.
Me ha encantado y no puedo ocultarlo. Sin embargo, soy consciente de que parte de ese encanto se debe a que me topé con él por casualidad. Imagino el mismo juego conocido por todos y recomendado un millón de veces por distintos sitios y la verdad es que me hubiera quedado un poco igual. Buen juego, sí, pero demasiado Zelda en ejecución. E.G.G. tiene un encanto único, pero más allá de eso no deja de ser un muy buen juego, sin más.
Lo que cuesta encontrar imágenes de ciertos juegos no lo sabe nadie... |
PUNTUACIÓN
8
"Lo que cuesta encontrar imágenes de ciertos juegos no lo sabe nadie..."
ResponderEliminarTe invito a buscar fotos nítidas y a una resolución decente del estreno en el SpaceWorld de 2001 del Super Mario Sunshine sin marca de agua, a ver qué tal te va :D
El juego lo conocía ya desde hace años, pero aunque tengo alguna canción suya en el mp3 sigo sin plantearme el jugarlo.
Ya he conseguido una forma de hacer capturas para la Dreamcast, así que no sufriré tanto XD.
Eliminar¿Puedo preguntar por qué no te lo planteas? A mí me ha encantado *^^*
Lo tengo requetebien apuntado desde hace tiempo, a ver si le llega el día ^^
ResponderEliminarEspero haberte dado más ganas xD
EliminarNo conocía de nada el juego, y me ha encantado la reseña, se nota que te ha gustado mucho (y tú no das un 8 así como así, por lo que te tomaré la palabra y pensaré que es juegaso). Los gráficos parecen muy bonitos, la verdad... Una pregunta, ¿has jugado a Alundra? Por ser "el zelda de sony" y saber cuánto te había gustado con respecto a éste, para hacerme una idea xD.
ResponderEliminarLa verdad es que ahora mismo no puedo emular dreamcast, pero créeme que lo tendré en cuenta.
Me alegro de que haya despertado en ti la curiosidad! La verdad es que es un juego que creo que "te pega"!
EliminarNo he jugado al Alundra aunque lo he visto bastante. Éste es menos Zelda desde luego ^^. Es que tengo un gran vacío en la generación de PSX porque fue cuando ya di el salto al PC :/
Hola, quiero jugarlo pero no logro correrlo en emulador, puedes guiarme?
ResponderEliminarPerdón por haber tardado tanto en contestarte, pero es que ha estado esto abandonado un tiempo.
EliminarSobre tu problema, quizá si fueras algo más concreto podríamos ayudarte. Con suerte tras haber pasado tanto tiempo ya conseguiste hacerlo funcionar.
No te puedo ayudar mucho así a botepronto más allá de lo que yo usé. El emulador casi seguro que fue NullDC (no lo puedo comprobar por culpa de un catastrófico formateo) y la ISO/rom la descargué de Emuparadise.
Más allá de esto poco más puedo decirte, a menos que concretes un poco. A ver si pudieras jugarlo que es una maravilla de juego!
Uno de los mejores juegos de Dreamcast. Lástima que pasó lejos del radar de los jugadores del momento
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo. Para mí un imprescindible.
EliminarPues lo ví el otro día para comprar en Wallapop baratillo y me lo compré (NTSC-U) y ya me lo he pasado. 15 horitas me ha durado y me ha gustado muchísimo macho. Pena que fuese un juego 2D en el año 1999 en una consola como Dreamcast. Si se reeditase actualmente perfilando algunas cosas y mejorando otras de calidad de vida, sería un indie muy bien valorado actualmente. Joyita oculta de Dreamcast.
ResponderEliminarMi recuerdo de él sigue siendo buenísimo. Poco se ha hablado de este juego, pero me alegra ver que has llegado a él xDD.
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