MICROSOFT FLIGHT SIMULATOR - MÁS ALLÁ DE LA NEXT GEN

Mi primer simulador de vuelo, y diría que mi primer simulador en general, salvo que consideréis el Pro Evolution Soccer un simulador de gestionar frustraciones. Microsoft consigue, de alguna manera alineando todos sus features, que Flight Simulator haya sido un considerable fenómeno desde su lanzamiento. Por un lado, su tecnología de inteligencia artificial que recrea el mundo a escala real permite volar a cualquier punto del planeta desde los millares de aeropuertos que refleja a la perfección. Por otro lado, una calidad gráfica de otro mundo para demostrar el músculo del que hace gala para la ya presente nueva generación. Por último, el lanzamiento desde el día 1 en la plataforma de suscripción que está redefiniendo la estructura de mercado de la distribución digital. Game Pass no sólo ha permitido que tengamos Microsoft Flight Simulator desde el principio en nuestro PC y futuramente en las consolas de Microsoft, ha permitido que millones de jugadores que no estaban en esto de la simulación se queden.

 

Sin duda el principal logro de la fusión de todo lo que ofrece Microsoft a día de hoy aplicado al nuevo Flight Simulator es conseguir casualizar un nicho tan espeso y aterrador para el jugador común como es el de los simuladores. La altura de la vara la pones tú. Puedes coger tu mando de Xbox y pilotar los aviones de una forma muy similar a la que pilotas un avión en GTA V o puedes construirte una cabina de piloto en tu habitación y colocarle mil monitores para una experiencia totalmente inmersiva. Por supuesto hay términos intermedios, desde jugar únicamente con mando -está bastante preparado para que todo sea accesible gracias a varias combinaciones de botones-, únicamente con teclado y ratón o comprarte uno de esos joysticks con sus palancas preparados para estos simuladores -agotados cuando salió el juego-. También puedes hacer lo que hago yo, y utilizar por primera vez en mi vida una mezcla de teclado y mando de Xbox para tener la precisión de los sticks de este último en su control y a la vez tener acceso de forma cómoda al resto de botones que componen las imponentes cabinas perfectamente recreadas.

Next gen. Llevamos tanto tiempo hablando de la siguiente generación, que ahora que ha llegado todavía demostramos inconformismo hablando de la siguiente. Microsoft Flight Simulator ha sido, sin duda, mi primera experiencia next gen, y me atrevería a decir mi primera experiencia que va más allá de la next gen. Por mil razones, da la sensación de haberse adelantado al futuro y, aunque este párrafo envejecerá mal, traernos una pequeña demostración de lo que nos puede esperar. Next gen no son simplemente gráficos, no estamos hablando de potencia en sí misma, sino de amoldarse a los tiempos que corren, o que van a correr, de una manera tan eficaz. Veamos algunos de estos aspectos.

 

Empezando por el mero hecho de que Flight Simulator proyecta su planeta Tierra utilizando los mapas por satélite de Bing. Esto tiene sus problemas, pero pocas cosas suenan más next gen que dejar que una IA te haga el juego. Existen ciudades hechas a mano, sobre todo en Estados Unidos, aunque esto se va cambiando con actualizaciones que van añadiendo “rediseños” para reflejar mejor las ciudades. De hecho, Flight Simulator es un juego que luce mucho mejor ante la naturaleza, ante accidentes geográficos que a edificaciones humanas. Sí, si te lo estás preguntando tu casa está en el juego, pero a menos que vivas en un monumento o un edificio representativo lo que verás será una proyección semilógica creada por una IA que simulará tu edificio tomando formas y colores de la manera más simple posible. Desde el aire, estas ciudades generadas por IA quedan bastante resultonas, pero avisados quedáis de que cuanto más alto mejor, porque desde las alturas Flight Simulator parece un juego de 2030 pero conforme os acercáis parece de 1995. Las catedrales e iglesias ni siquiera se levantan del suelo y figuran como una foto plana 2D, las plazas de toros son tomadas muchas veces como edificios redondos con un techo de color arena, los puentes levantan bloques desde el suelo que directamente componen glitches -no puedes, por ejemplo, pasar por debajo salvo que estén hechos a mano-. En definitiva, es increíble poder ver tu casa por el mero hecho de poder ir hasta allí, aunque lo que veas luzca de aquella manera. 

Next gen es ver el tráfico en tiempo real y poder incorporarte al mismo. Podrás, literalmente, acompañar a tu familia desde casa en un vuelo transatlántico. Next gen es ser perfectamente conocedor de cómo la multipantalla se está abriendo un importante hueco en las mesas de los jugadores y permitirles arrastrar ventanas del juego a un segundo monitor para ir controlando el juego y no llenar tu pantalla principal de mil ventanas que enturbian la experiencia. Next gen es ofrecer meteorología en tiempo real, que te permite ir a ver esa nube que descarga lluvia que estás viendo a través de la ventana de tu habitación o directamente volar hacia el tifón que han anunciado por la tele y juntarte allí con miles de jugadores que han tenido tu misma idea. Flight Simulator está cargado de razones para ser considerado un juego vanguardista a muchos niveles, por encima de su propia experiencia visual única.

¿Lo malo de todo esto? Ya lo he comentado superficialmente. Es un juego con vistas a unos diez años, que irá recibiendo actualizaciones continuadas. Voy más allá, los usuarios de PC estamos siendo utilizados casi como conejillo de indias para realizar las opciones de testeo necesarias para que este Flight Simulator llegue a consolas de la mejor manera posible. El juego está muy falto de tutoriales intermedios y de varias opciones que consigan mantener a esos jugadores más anecdóticos que se han pasado para ver cómo era esto de Flight Simulator. Le falta depurar más su inteligencia artificial para no tener que estar corrigiendo el planeta entero a mano. Hubiera sido más sincero sacar esto como un acceso anticipado y esperar a una 1.0 que implicaría el lanzamiento definitivo en consolas, por mucho que el juego vaya a estar presente en nuestras vidas durante toda la generación.

 

Flight Simulator es sin duda uno de mis juegos del año, y probablemente una experiencia que no volveré a vivir hasta dentro de mucho, mucho tiempo. La sensación de estar jugando a algo que bien podría ser el buque insignia vanguardista tecnológico de la generación es motivo suficiente para meterse a un género que para muchos resulta desconocido y que, comprensiblemente, no todo el mundo encuentra atractivo. Para los que sí hemos aterrizado en él, nos queda ese regustillo algo agridulce de que lo que estamos jugando es sólo el principio, y que quizá es incluso aconsejable desinstalarlo para volver a él dentro de unos años, consiguiendo así ver su evolución con la suma de sus actualizaciones en lugar de ir ganando terreno con cada pequeña actualización que va lanzando.