Suditeh es lo suficientemente importante como para que una saga entera fuera elegida en el último ¿A Qué Juego Quieres que Juegue? #12: NeoJin I de Albacete.
Nicklas Nygren, un desarrollador de juegos independientes, empezó en estos extraños mundos de Knytt con un título de mismo nombre. Knytt es ante todo un buen juego, que se hace bastante corto pero que siembra la semilla de lo que realmente ocupará nuestro análisis: Knytt Underground. Knytt es un juego gratuito que, si no me equivoco, vio la luz en 2006, y que cuenta con un montón de pantallas que conforman un mapa considerablemente grande al que tendremos acceso en todo momento. Esta estructura no se cambiará en ninguno de los tres juegos de la saga, pero este primer juego es el único donde, con plena libertad, podremos desplazarnos por todo el mapeado en busca de las piezas del ovni que se ha estrellado por culpa de un choque con un meteorito con el objetivo de volver a casa. En este juego, Nygren ya nos deja a ver su esencia que se desarrollaría en el resto de la saga, con esa pasión por lo puramente visual casi por encima de cualquier otra cosa.
Un año más tarde aparecía Knytt Stories, un juego que incluía dos historias diferentes además de un editor de niveles y, en definitiva, código abierto con el objetivo de que salieran varios mods y similares de su obra. Knytt Stories guarda la misma estructura que su antecesor, pero esta vez tendremos que ir encontrando los objetos que nos darán distintas habilidades -doble salto, planeo y similares- que nos permitirán acceder a zonas donde antes no podíamos llegar. También existen pantallas secretas que se desbloquean con los items correctos. En definitiva, de un "plataformas abierto" que era Knytt pasamos a un Metroidvania -sin acción- donde lo visual se sigue anteponiendo a todo lo demás.
Llegamos ya a Knytt Underground el juego que ocupa el pilar central del análisis y que, simplemente, mejora todo lo visto anteriormente, al menos en lo que a jugabilidad se refiere. Knytt Underground ya no es ningún experimento, y es un juego de pago mientras que los anteriores eran gratuitos. Gracias a Dios Kyntt Underground justifica su compra gracias a todas sus virtudes.
La hora de la verdad |
Tres historias se abren ante nosotros en Knytt Underground, de las cuales dos funcionan como tutorial. Es en el tercer capítulo donde pasaremos el 90 % del juego, con un mapa abrumador donde cada pantalla casi tiene una historia que contar. Aquí la explosión visual salta a la vista, teniendo unos escenarios muy llamativos llenos de vida. Knytt es como meterse a un jardín con unas gafas que funcionen como un microscopio y poder ver en él todo el microcosmos que nos rodea. El problema está en que este jardín está bajo tierra, y desgraciadamente hay demasiado negro en lo que sin duda es una maravilla gráfica de escenarios. De alguna manera entiendo su puesta en escena, pero no dejó de parecerme en todo momento que se me estaban tapando partes de un cuadro precioso.
La estructura de Metroidvania aquí está suavizada, y es que habilidades como tal no iremos recogiendo. Tan sólo existirán zonas inaccesibles al principio por el propio transcurso de la historia. Una historia más adulta de lo esperado, con personajes interesantes que, en su faceta de principales, actúan casi como conciencia. El típico lado bueno y lado malo que actúa de manera bien diferente ante la misma situación. Así, Knytt acaba funcionando con misiones secundarias y que tiene un mensaje muy claro que el propio Nicklas -que no duda en tirar la cuarta pared varias veces durante el juego- se encarga de remarcar: lo importante es el viaje y no el destino. Cuando nuestra locura exploratoria se nos haya agotado, tan sólo tenemos que ir a un punto concreto del mapa para presenciar la escena final. Un final interesante, aunque entiendo que para muchos un tanto soso. En definitiva, el juego puede durarnos bien poco si así lo deseamos.
Algunos de los puzles son inesperadamente ingeniosos |
Knytt Underground desgraciadamente está lejos de ser perfecto. A pesar de haber disfrutado de la saga en sí, ha habido momentos que Knytt Underground me ha parecido incluso el peor de los tres. Para Knytt Underground el "menos es más" no existe, y hay veces que se vuelve demasiado abrumador. Si odias el backtracking éste no es desde luego tu juego, por mucho que consigamos desplazarnos a grandes velocidades con nuestra forma de bola y por mucho que nos dé gusto completar la pantalla entera con el mapa la realidad es que Knytt Underground se hace largo.
También tiene culpa su sistema de teletransporte, basado en una especie de mundo paralelo llamado "la distorsión" que es bastante incómoda de jugar. En definitiva, hay poco aliciente en volver a por esa casilla del mapa que te dejaste durante la exploración, y la pereza se instaura en algunos momentos, sobre todo cuando uno recuerda lo compacto y bien llevado de Knytt y Knytt Stories.
El pac-amníaco mapa de Knytt Underground. Cada cuadradito es una pantalla diferente con algo que contar |
También tiene culpa su sistema de teletransporte, basado en una especie de mundo paralelo llamado "la distorsión" que es bastante incómoda de jugar. En definitiva, hay poco aliciente en volver a por esa casilla del mapa que te dejaste durante la exploración, y la pereza se instaura en algunos momentos, sobre todo cuando uno recuerda lo compacto y bien llevado de Knytt y Knytt Stories.
Otro punto donde falla Knytt Underground es en su ausencia de compatibilidad de controlador. Hay que jugar al juego con teclado, y es un juego que requiere de bastante precisión en muchos momentos ya que, de verdad, tiene partes plataformeras y puzles muy interesantes. El control no está todo lo pulido que debería, y, repito, pide a gritos la compatibilidad con mando. No es algo muy grave porque morir no nos supone gran penalización más allá de reaparecer al principio de la sección, pero no deja de ser algo a remarcar negativamente.
El resumen es fácil. Knytt Underground no me ha gustado tanto como juego, pero sí como "vídeo". Me ha gustado mucho visualmente, al igual que la música y su universo. Toda su saga lo ha hecho. Desde luego entiendo que para disfrutar este Underground haya que pasar antes por los anteriores, primero para meterse en su universo, pero sobre todo para meterse en la evolución de su desarrollador. Nicklas consigue que avancemos por cada uno de sus mosaicos y que ni siquiera necesitemos que haya algo en ellos. Un juego que se disfruta, con una ambientación muy buena y, en definitiva, recomendable.
El viaje por encima del destino.
El viaje por encima del destino.
Lo más indie de lo indie, genial saga ^^
ResponderEliminarMerece bastante la pena desde luego! Gracias por leer el análisis ^^
EliminarHeaven Island Life (Steam key)
ResponderEliminarMBJRW-BD02X-REJ69
Has cambiado algo del blog, verdad? No se por qué pero puedo ver los comentarios y el comienzo de la entrada pero a partir del salto de linea no me deja leer el post desde el móvil
ResponderEliminarDefinitivamente con el móvil no puedo leer ningún post, se ve que el nuevo tema tiene algún fallo con los saltos de linea. Probablemente con el ordenador no ocurra, pero si con el móvil
EliminarVoy a ver si lo devuelvo a como estaba. Si no es mucha molestia avísame si te vuelve a funcionar! Lo siento.
EliminarVale, ya es visible con el móvil. Y no te preocupes, para eso estamos los betatesters
EliminarMil gracias ^^.
EliminarSolo jugué al Underground y me tenía enganchado, pero por algún motivo, dejé de jugarlo durante unas semanas y cuando quise retomarlo me volví loco por su laberíntico mapeado y ya no me acordaba de adonde tenía que ir, dónde me había dejado algo por hacer y eso me desesperó y lo abandoné definitivamente :(
ResponderEliminarEn teoría todo viene bastante marcado, pero sí, yo me fui unos veinte días y al volver sentí que había roto un poco el hilo. En cualquier caso, el juego realmente va sobre descubrir todo el mapeado, que no deja un sólo hueco, así que teniendo el mapa no hay problema en retomarlo.
EliminarA ver si te animas a volver a él. Como digo se puede hacer largo de más si te da por ir a ver todo, pero es un buen juego.