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16 dic 2024

PICTOQUEST: THE CURSED GRIDS - ANÁLISIS


Nonogramas, pero no para todos.




Bienvenidos a otro de esos análisis donde cuesta valorar apropiadamente el juego. PictoQuest es un juego de nonogramas, es decir, un pasatiempo muy concreto, e intentar valorarlo es similar a intentar valorar un juego de crucigramas, o de sopas de letras. Con esto quiero decir, que el juego ya está inventado, y que tan solo todo lo externo al juego es lo que nos queda por valorar, desde interfaz -lo más importante- hasta presentación, opciones para el jugador y otros detalles similares que consigan posicionar a PictoQuest en un lugar concreto en comparación a otros juegos similares.


Modo historia... sin historia


Nano Piko fueron los responsables, en 2019, de traernos esta recopilación de nonogramas con girito, y es que se le pretende dar una estructura de historia y avance como excusa para colar una aventurilla. Pronto conoceremos que Pictoria, lugar donde habitamos, es un reino famoso por sus pinturas, pero Moonface, el malo malísimo, decide robarlas, despojando al reino de su grandeza y belleza. Flöh y Arvel -personajes seleccionables sin ningún efecto en la partida- deciden embarcarse en una aventura para restaurar todas estas pinturas perdidas.


A partir de esta escena introductoria, y quitando una mera pantalla final de "enhorabuena por restaurar la grandeza de Pictoria", no vais a encontrar nada más de envoltorio de historia. Aparecerá un mapa de selección de nivel, por donde hemos de avanzar por orden, que dará pie a algún diálogo con la criatura de turno, pero llegar a decir que hay un modo historia es algo directamente atrevido.




Lo que encontraremos, eso sí, serán un par de modos que hacen que planteemos cada nonograma de una manera distinta. Por un lado, las batallas contra los enemigos requerirán de mayor velocidad, ya que si no vamos completando líneas o columnas, nos irán atacando conforme pasa el tiempo. Por otro lado, los niveles que ofrecen cofres del tesoro exigen de mayor precisión y no tiempo, ya que cada fallo penalizará la recompensa final obtenida. Aparte de esto, encontraremos personajes especiales que nos propondrán desafíos, pero es triste comprobar que no son más que repeticiones de nonogramas previamente hechos. Nuestro viaje se completa con tiendas donde podemos comprar pociones -desde mejoras de vida hasta congelar enemigos, desbloquear casillas y otras ventajas que, sinceramente, no usé ni una sola vez- y batallas con bosses que, la verdad, no se diferencian prácticamente nada de las batallas normales.


Piénsatelo dos veces si es tu primer juego de nonogramas


PictoQuest empieza con paneles de 5x5, y conforme vamos avanzando se van ampliando los horizontes, de manera que acabaremos con paneles de 20x20. Yo no tuve problemas para terminar con bastante facilidad todo lo que ofrece el juego, pero jamás lo recomendaría para alguien que quiere empezar con los nonogramas. Si bien el juego ofrece una acertada progresión en cuanto al tamaño de los puzles, recordemos que estamos ante un juego que desafía al jugador con tiempo y, sobre todo, con constantes interrupciones sonoras e incluso jugables -todo se congela cuando te van a atacar- que pueden desquiciar a aquellos que requieran de una concentración extra.




Los que empiecen con PictoQuest a hacer nonogramas, llegarán a un punto donde no serán capaces de avanzar, porque esto de los nonogramas requiere no solo de práctica, sino también de una paciencia que casi define a este tipo de crucigrama. Los desarrollos lógicos que implican esta clase de puzles acaban empujándolos a una categoría casi de relajación, por lo que todos estos desafíos y presiones de tiempo van casi en contra de las bases que considero adecuadas para un juego así. Hubiera tolerado los desafíos con tiempo, pero encontrar siempre una presión en cada uno de los puzles me parece contraproducente, y eso que yo no la he sufrido en ningún momento.


Para terminar, una de las recompensas finales de los nonogramas es ver la figura que se ha formado con nuestros píxeles, pero por desgracia, en PictoQuest el atractivo de estas resoluciones es nulo. Recuerdo con amor mi querido Picross DS, y como el acabar los puzles llevaban a bonitas recompensas visuales, pero en PictoQuest encontramos imágenes poco inspiradas y bastante difusas en demasiadas ocasiones. Por lo demás, poco más podemos señalar en un juego que funciona bien en términos de control e interfaz, y que es lo suficientemente atractivo a la vista como para ayudar en ese aspecto.




Cumple con su cometido, siempre y cuando no sea tu primera incursión en esto de los nonogramas. Sé que hay mejores maneras de darle un giro a todo esto, y que hay más de un juego que tengo en el radar que tiene pinta de que lo va a hacer mejor. Tampoco puedo engañarme a mí mismo y rebajar más la puntuación cuando me ha dado ocho horas de mi pasatiempo favorito. En cualquier caso, creo que ha quedado claro para qué público este PictoQuest supone un producto atractivo.




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